TABASCO POLÍTICO / José Luis Gutiérrez Gutiérrez / ARDE, EL EDÉN / Columna / Vier Ju 29

TABASCO POLÍTICO

José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com

ARDE, EL EDÉN

            Si uno escucha con atención en el transporte público, en los restaurantes, en los centros de abastos, en los propios súper mercados, a los amigos y conocidos y a la propia familia, y lo que diariamente escriben y dicen los medios de comunicación escritos y electrónicos incluidas las redes sociales, el asunto de la inseguridad pública, es más grave de lo que afirman en sus estadísticas las autoridades nacional y estatal.

            Hoy por hoy, el tema dominante en todos lados, es el que está relacionado con la delincuencia en cualesquiera de sus manifestaciones. Ni el desempleo que en la entidad es alarmante y preocupante, alcanza los altos niveles de la inseguridad pública. ¡Vaya!, ni la galopante corrupción anda de boca en boca como la asignatura en cuestión.

            Adonde usted vaya, así sea el lugar más apartado de Tabasco, la queja y la demanda principal de los gobernados, tiene que ver con la evidente y puntual ineficacia e ineficiencia de los cuerpos policiacos en su conjunto. Literalmente están rebasados en los cuatro puntos cardinales.

            Los linchamientos aquí y allá, la profusa protesta ciudadana y de los mismos integrantes de la secretaría de Seguridad Pública son la mejor prueba de la proverbial incompetencia de sus titulares, capitalmente del general Sergio Ricardo Martínez Luis.

            La gente está harta, cansada, encabronada y principalmente decepcionada de sus autoridades locales. En tres años y casi siete meses no han podido, ya no digamos acabar con el crimen organizado o no, es utópico pensarlo, sino tan siquiera disminuirlo, atenuarlo, reducirlo, al contrario, exponencialmente se ha disparado, literalmente han sido rebasados. Les guste o no.

            Esto es lo que tiene a los tabasqueños, y avecindados aquí, abrumados, afligidos, de mal humor, y es que nunca como ahora, ni en el peor de los gobiernos priistas, habíamos padecido una situación tan cabrona, que tiene el tejido social hecho pedazos.

            Es tan enorme el problema, que ni en su casa puede uno descansar en paz, a gusto. Salir a cualquier parte por X o Y motivo, se ha convertido, sobre todo en Villahermosa y en la región de La Chontalpa, en una gran verdadera pesadilla, prácticamente, en un vía crucis. En serio, hay que encomendarse a todos los santos para que nos hagan el milagro de regresar sanos y salvos. Así de difícil está la situación.

            Y sabe usted, qué es lo peor, que no se ve en el corto y mediano plazo cuándo vaya a mejorar este triste, angustioso y desolador panorama, por el que estamos atravesando desde hace muchísimo tiempo.

            Lo más seguro, es que los escenarios se compliquen más de lo que ya lo están, pues económicamente no se ve una pronta recuperación, pues los precios del petróleo seguirán bajando, el deterioro del peso mexicano comienza a resentirse, los recortes presupuestales van a continuar el próximo año, el mercado financiero internacional es inestable y un largo etcétera, pero largo etcétera.

            En conclusión: la inseguridad pública va a agravarse, no tiene para cuando terminarse.

            Así que no nos queda de otra, que seguir rezándole, hasta al mismísimo diablo, con tal de regresar sanos y salvos a casa o, madreados y robados, pero vivitos y coleando.

            Ni modo, a aguantar vara, ya que nuestra policía, solamente sirve para un ¡carajo!

“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”

(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

            Y cómo todos los viernes, y más que ahora cayó quincena, cuídese un chingo. En serio, que la situación está que arde. Para qué el gobierno esté pidiendo el auxilio de la gendarmería, es porque “el horno no está para bollos”.

            Ya no les quedó de otra, era una exigencia no solo de la sociedad civil, sino de los partidos políticos, y capitalmente de la iniciativa privada, que ya no siente lo duro, sino lo tupido. Han sido lo más perjudicado, la delincuencia se ha ensañado con ellos.

            Han sido en sus negocios asaltados, y en algunos casos secuestrados u obligados en otros, a pagar derecho de piso. Así como usted, lo está leyendo con todas sus “letrotas”.

            Díganme entonces si no tiene toda la razón para estar más enchilados que nunca.

            Así que compitas, cuídense…más vivos que nunca. ¡Ah!, y por ninguna excusa o pretexto, deje de rezarle a todos los santos, y si puede cómprele hasta su veladora. Acuérdese que la fe mueve montañas.

            Y si tiene mamá y papá no está de más, que le den su bendición antes de salir de casa, no vaya a ser la de malas, y sea la última vez que los vea.

            Si todo sale bien, nos leemos el próximo lunes. Dios me los cuide incluidos a mis detractores y contestatarios, que por fortuna no son muchos, ni muchas. ¡Adiuuu!              

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