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SIGUE LA MATA DANDO
Las alusivas mantas que portaban en
Plaza de Armas militantes del PRD, Morena y Movimiento Ciudadano (MC) durante el
mitin del malogrado candidato presidencial, Andrés Manuel López Obrador, y las declaraciones tronantes del
diputado federal Antonio Sansores Sastre,
demuestran el descontento que ha producido en los partidos políticos de
izquierda la designación en la estructura gubernamental de vivales ex priistas,
y principalmente, el mal funcionamiento de algunos secretarios.
Y es que la situación política está
que arde en Tabasco, pues las críticas en contra de la presente administración
ya rebaso el ámbito político. Hoy el hartazgo surge de todos los rincones del Estado.
No es ya un asunto de los adversarios del mandatario estatal, sino de sus
propios aliados políticos, como lo evidenciaron las mantas de anteayer.
De verdad son muchísimas las pifias
políticas que han cometido en menos de tres meses los funcionarios mencionados
líneas arribas. Es cierto que no son los únicos, pero son los que han generado
más escándalo en este tiempo. Con dos dedos de sentido común pudieron haber
evitado más de un desaguisado político.
El otro gran culpable, que por
obvias razones políticas omiten señalar públicamente -en corto lo hacen
salpicón- sus correligionarios, es el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta, quien como
operador político ha resultado un rotundo fracaso. El cargo le ha quedado
demasiado grande, a pesar de los añitos que tiene encima y su experiencia en el
quehacer político.
Hay plena coincidencias de los
actores políticos tabasqueño; esas son áreas de gobierno que están fallando por
la falta de oficio político y desconocimiento de sus roles a desempeñar, de lo
contrario, los escenarios políticos internos no estuvieran tan complicados,
enrarecidos y contaminados.
Y eso que el PRI anda perdido. Todavía
no les ha caído el veinte de que son oposición. Si no, el espectro político
local ardiera, pues no han sabido explotar los horrores públicos cometidos por
quienes ahora mandan desde el Palacio y el Congreso.
Pero eso es bronca de ellos. Que con
su pan se lo coman. El quid del asunto es que más temprano que tarde, el
inquilino de la Quinta Grijalva va a tener, como decimos coloquialmente, que zamarrear
el árbol. La presión de quienes coadyuvaron a su triunfo político y electoral
está llegando a su máximo límite.
O hace los cambios pertinentes o se
hunde con ellos. Así de simple y sencillo.
“SQUOD
SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO,
ESCRITO ESTÁ)
Está comprobado que la destitución
del Procurador de la Defensa del Trabajo, Fermín
Contreras Sánchez, fue un pago de factura al PT; en cambio, la renuncia de José María Bastar Camelo a la presidencia
de la Junta Especial Tres de Conciliación y Arbitraje se debió a problemas de
salud. “La presión era mucha” arguyó cuando se despidió.
Y pensar que hasta de su bolsa tuvo
que poner para arreglar las asquerosas oficinas de la Procuraduría. Motivo más
que suficiente para estar encabronado.
Como no van a estar encolerizados
los históricos contrincantes del PRI, si hay más felones ex priistas, con
mejores posiciones políticas y administrativas, y por ende, cobrando mejores
sueldos que los perredistas y “morenistas” colocados en el gobierno.
Y para acabarla de amolar con fama
de corruptos y negligentes, verbigracia, el recién nombrado director
administrativo del hospital Juan Graham, William
Ferrer Aguilar, y el mismísimo ex titular de Salud de Manuel Andrade Díaz, Jaime
Mier y Terán Suárez.
Es penoso y lamentable, pero la
administración “nuñista” está lleno de traidores, deshonestos, ineficientes y
oportunistas. A ver cuánto duran.
Resultó decepcionante el discurso del
coordinador general de Asuntos Jurídicos, Juan
José Peralta Fócil. Dejando pasar una brillante y magnífica oportunidad
para fijar una posición seria y responsable respecto a la Reforma Energética
del presidente Enrique Peña Nieto.
A lo mejor no quiso hacerle sombras
a Andrés Manuel López Obrador, quien
sí aprovechó el evento de la expropiación petrolera para poner los puntos sobre
las íes. Cuestión de enfoques y amores.
Un gran acierto el que logró la
diputada del PVEM, Aracely Quevedo
Custodio, consiguió el apoyo unánime de todos sus homólogos para que la
irresponsable Junta Estatal de Caminos (JEC) ponga señales viales en la
carretera La Isla-Paraíso, específicamente en el tramo que comunica al
municipio de Cunduacán con Comalcalco.
A decir verdad, faltan señales por
todos lados y partes, incluyendo en la capital tabasqueña y en las cabeceras
municipales. Claro que esta parte le corresponde a la Policía Estatal de
Caminos.
Sin lugar a dudas es un buen punto
de acuerdo de la conspicua legisladora.
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