COINCIDENCIAS
ADVERSAS
A casi tres meses del gobierno del
Cambio la mayoría de los actores del quehacer político tabasqueño siguen
pensando que el gabinete (salvo sus contadísimas excepciones) del gobernador Arturo Núñez Jiménez no ha estado a la
altura de las circunstancias y condiciones políticas, económicas y sociales de
Tabasco.
Si bien es cierto que es muy pronto
para calificar el desempeño de la actual administración pública, sí hay
suficientes pruebas que evidencian, no sólo la falta de profesionalismo
político de los colaboradores del primero y segundo nivel, sino su manifiesta
incapacidad e inexperiencia técnica y administrativa, lo que demuestra que las
maestrías y los doctorados no suplen la experiencia ni el oficio político que se
aprenden en el trabajo diario y no en
las aulas.
Las principales pifias cometidas se
han dado en el área de la Educación, Salud, Contraloría y secretaría de
Gobierno, en donde sus titulares Rodolfo
Lara Lagunes, Ezequiel Toledo Ocampo,
Patricia Jiménez Oropeza y César Raúl Ojeda Zubieta,
respectivamente, han dejado muchísimo que desear.
Muchos de los dolores de cabeza del
actual mandatario estatal no se deben solamente a los graves problemas
financieros que existen, sino a causa de la falta de operatividad, habilidad,
imaginación y talento político. Ejemplo son los conflictos con la sección 29
del SNTE, con las normales y los tecnológicos, por mencionar los más ruidosos.
Los grotescos errores de los
secretarios, el galopante desempleo y el inocultable incremento de la
inseguridad pública comienzan a socavar la confianza y opinión favorable que
los ciudadanos tenían del gobierno del Cambio, así como los nombramientos de ex
priistas de dudosa honorabilidad que llegaron oportunistamente a desplazar a
opositores con mayores méritos, antigüedad y capacidad para ocupar los cargos
que están pesimamente desempeñando.
De ahí precisamente que en los cafés
y restaurantes más concurridos por la clase política local, el tema dominante
en las mesas, y en las propias oficinas y cubículos del gobierno y del Congreso
es la mediocridad y el golpeteo interno de los integrantes del gabinete
“nuñista”.
En los centros de abastos y vehículos del
servicio público (taxis, combis, minibuses, camiones…) también se escuchan cada
vez más voces ciudadanas que reflejan la gran decepción que les han provocado
en estos primeros meses las desacertadas decisiones gubernamentales.
Lo que está aconteciendo en la
entidad es para preocupar a cualquiera, ya que las críticas más severas han
salido de connotados políticos del PRD, Morena y Movimiento Ciudadano. Partidos
políticos que coadyuvaron a sacar al PRI del Palacio de Gobierno.
Posición que refleja en su exacta
dimensión el encono alcanzado en contra
de la administración por tirios y troyanos.
Es la situación tan alarmante y
preocupante, que ayer mismo el dignatario tabasqueño tuvo que salir a advertir
que en la conformación de su gabinete no hay compromisos con nadie: “…por lo
que todo aquel funcionario o servidor público que no cumpla o no corresponda a
las expectativas tendrá que salir de la administración pública estatal”.
“Mi único compromiso es con Tabasco,
no tenemos compromiso con ninguna persona en particular, si alguien falla y no
responde a lo que esperábamos de él, se va del Gobierno del Estado”, sentenció.
Dejó claro que su equipo de
colaboradores “está sujeto a una evaluación permanente, de allí que habrá
cambios donde sea necesario”, anunció.
De que los escenarios internos y
externos están complicadísimos ni duda cabe.
“SQUOD
SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO,
ESCRITO ESTÁ)
Tras la balconeada pública del
coordinador de la fracción parlamentaria del PRD en la Cámara baja del Congreso
de la Unión, Marcos Rosendo Medina Filigrana
en un medio de comunicación electrónica, el ex ferviente seguidor del ex
gobernador Andrés Rafael Granier Melo, Enrique Morales López perdió la
poquita credibilidad que tenía, pues fue acusado de oportunista, mentiroso,
deshonesto y traidor.
Y es que su compadre del alma le dio
hasta por debajo de la lengua. Ahora si, como decimos coloquialmente: cachete
le hizo falta al pobre licenciado, y todo por andarse luciendo y quedar bien
con el gobernador.
A quien dejaron plantado fue ni más
ni menos, que al presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), Jorge Javier Priego Solís, pues por
llegar tarde, el edil de Centro,
Humberto de los Santos Bertruy, decidió no asistir a la comida con motivo
del cierre de la sesión plenaria de presidentes de la Comisión Nacional de
Tribunales de Justicia de la República Mexicana (Conatrib), y las Jornadas de
Control de Convencionalidad Región Sur que efectuó en la capital tabasqueña.
Y es que el alcalde se molestó, con
justa razón, porque no tuvieron la decencia de avisarle del retraso del evento
programado después del mediodía.
Insisto: no hay oficio político.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.