(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
‘Ambiciosos vulgares’
Seguramente podrían utilizarse mil y un adjetivos para calificar el actual dispendio de fondos públicos en campañas políticas, pero "grotesco" e "insultante" son los primeros que le vienen a la mente al reportero. En razón de que los recursos gubernamentales son descaradamente "malversados", una y otra vez, otra y muchas más, es que las demandas fundamentales de la población no se resuelven al paso de los gobiernos y los sexenios. Y aunque así venimos desde hace mucho tiempo atrás, lo cierto es que, como en muchos otros apartados, también en el de "financiamiento de ambiciones políticas con dinero del erario" estamos cada vez peor. De perdida dijéramos que somos como alemanes o ingleses, vivimos a todísima madre, y nos sobra el billete… Pero nunca ha sido así, y mucho menos ahora. Sólo hay que recordar las palabras que Andrés Granier ha pronunciado en repetidas ocasiones, en el sentido de que las inundaciones que a fechas recientes padeció el Edén lo dejaron devastado. Por eso es complicado de entender que, habiendo tanta gente que necesita tantas cosas, un puñado de "ambiciosos vulgares" (parafraseando a AMLO) se gaste tantísima lana ajena con tal de entrar a la Quinta Grijalva. ¿No sería mejor, ya que tanto desean "servir a su pueblo", que invirtieran de su propio bolsillo para pagar sus campañas? Sin embargo, nada cambiará hasta que haya un castigo para los malos funcionarios públicos, sean estatales o municipales. Y no únicamente nos estamos refiriendo a las penas de cárcel, aunque ¡claro que ése sería un buen comienzo! (Obviamente, en estancias de a de veras en prisión, no como las vacaciones de Toño Priego). Pero en fin: lo que al final pasa, y por eso los desviadores de recursos públicos continúan haciéndolo, es que a la hora de la verdad los votantes no los castigan en las urnas por burlarse de ellos. Porque sí, una burla es andar repartiendo limosnas con el mismo dinero con el que se podrían hacer cosas verdaderamente útiles (pavimentar calles o comprar medicinas, sólo por poner dos ejemplos). Siendo así, ni siquiera se sanciona a los despilfarradores impidiéndoles alcanzar el poder. Y así, mientras los ciudadanos seguimos eligiendo a quienes disponen del erario como feudo personal, con el tiempo se ahonda la marginación económica y social que Tabasco registra a propósito de la región… »Y DE MAÑANA… YA QUE ESTAMOS en lo de los políticos que derrochan el dinero del pueblo a manos llenas, cómo olvidar el "edificito" que los senadores se mandaron a construir. Costó, "nada más", ¡2,700 millones de pesos! Sería interesante que el mandamás del Senado --o sea, Manlio Fabio Beltrones-- explicara, en vez de seguir fatigando al auditorio con lo de su "reforma política", si no considera que un país con 50 millones de pobres tiene otras prioridades…
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