lunes, 23 de mayo de 2011

Heraldo Político: Juan Ochoa Vidal / Columna / May 23

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)

El ciber-amarillismo nos amenaza

Noche de sábado. Iban a dar las ocho. En Twitter, se leían mensajes como el siguiente: "Circula por redes sociales que ocurrió balacera en la feria, y que llegarán los zetas, es verdad?" Principalmente a través de esa red social, pero también en Facebook, se esparcirían rumores como el de que militares habían entrado al Parque Tabasco y obligaban a la gente a abandonar el recinto ferial.

Veinticuatro horas antes, en la secuela de una serie de sucesos delictivos que incluyó un ajuste de cuentas entre criminales, la ejecución de un policía y la supuesta amenaza a estudiantes de bachillerato, desató una inusitada histeria también transmitida ya no sólo mediante movimiento de lengua, sino por medio del ciberespacio.

Ese jueves, prácticamente todo el comercio, así como muchos negocios de comida rápida cerraron puertas al atardecer y se suspendieron labores escolares durante el viernes. En redes se repitió la versión falsa de que se había declarado toque de queda en Cárdenas.

La noche del sábado, el momento más álgido se alcanzó al conocerse que en el Periférico de Villahermosa, en San Joaquín, una patrulla policiaca fue atacada por individuos que dispararon ráfagas de armas de alto poder y lanzaron una granada. No hubo muertos, pero las esquirlas alcanzaron a civiles.

¿Qué pasó en realidad, tanto en Cárdenas el jueves como en la capital del estado el sábado?

Primero se produjo un ajuste de cuentas entre grupos delictivos, como parte de la guerra por espacios de acción que se libra en todo el territorio nacional. La acción coordinada de las corporaciones policiacas estatales y federales con las Fuerzas Armadas condujo a la localización y captura de varios de los participantes en esos sucesos.

Sin existir motivo, como no fuera la antigua práctica del chisme que ahora no se transmite de individuo a individuo, sino que cobró fuerza mediante el uso irresponsable de las redes sociales, una parte del conglomerado social cardenense dio credibilidad a falsas versiones.

Hasta hace algunos años, esas versiones infundadas cobraban fuerza sólo cuando a través del amarillismo eran divulgadas en medios electrónicos o publicadas por periodistas o locutores carentes de profesionalismo. Hoy, cualquier hijo de vecino, equipado con un smartphone o con computadora en casa, tiene capacidad para sembrar el pánico, en la medida en que haya personas que concedan veracidad a rumores.

Con ese antecedente -pese a que el viernes las cosas se tranquilizaron en Cárdenas luego de que el gobernador se reunió con diversos grupos sociales e inyectó certidumbre- el sábado volvió a prosperar el chisme, el rumor, ahora en la capital del estado.

De nuevo el vehículo para la transmisión de falsos rumores fueron Twitter y Facebook, así como el intercambio de mensajería instantánea Blackberry y WhatsApp: que si estaban la policía y militares buscando bombas en el parque Tabasco, que si se iba a cancelar la feria, que si había habido ya balaceras...

Algunos usuarios de la red, entre ellos el funcionario gubernamental Arturo Abreu, se esmeraron en aclarar, con mensajes propios, que nada de aquello era verídico.

Al filo de las 21:00 horas, Twitter se llenó de mensajes que daban cuenta de una balacera en las cercanías del Centro Comercial San Joaquín. Un hecho que sería corroborado más tarde por reportes oficiales, fue utilizado por usuarios irresponsables del ciberespacio para sembrar más zozobra.

Puntual y responsablemente, algunos comunicadores subieron a la red información concreta y equilibrada; pero lo que continuó predominando fue el chisme, la exacerbación, el amarillismo que ya no es privilegio de periodistas tendenciosos.

El gobierno precisó este domingo que el ataque de delincuentes en contra de una patrulla policiaca constituyó una aparente respuesta ante la acción policial por el caso de las personas ejecutadas en un taller mecánico de Cárdenas.

Por otra parte, no sólo este año sino también el anterior, se ha visto la colaboración de elementos militares y de agentes de diversas corporaciones policiacas en tareas de prevención y protección en las inmediaciones del parque Tabasco, al igual que en otros puntos del estado. Eso nada de raro tiene.

Es normal y no tiene por qué alimentar rumores, tampoco, la realización de operativos de seguridad dentro y fuera de la capital. ¿O qué acaso no es eso lo que siempre estamos pidiendo los ciudadanos?

En conclusión:

Aunque a diario escuchamos que en otras partes del país -y también al sur de nuestras fronteras- se registran hechos de sangre relacionados con el crimen organizado y también con delitos del fuero común, pareciera que en Tabasco nos resistimos a aceptar que estamos siendo afectados por un complejo fenómeno delictivo que no será abatido por arte de magia.

Como integrantes de esta sociedad tan diversa, tan cuestionadora, tan dañada por el problema de la droga, la desintegración familiar y también por la corrupción, lo menos que podemos hacer, en lo individual, es empeñarnos en actuar con mucha responsabilidad, con serenidad, con prudencia.

Como norma, pidamos a nuestros hijos evitar situaciones de riesgo. Cuidémonos nosotros mismos. Empero, no permitamos que el miedo nos enferme y que la desconfianza contamine más nuestro modo de ser.

En lo personal, a los usuarios de las redes sociales les pido: sean responsables. Absténganse de notificar la ubicación de operativos de revisión policial. No difundan versiones sin sustento. Dense cuenta del poder que tienen en sus manos y adminístrenlo con responsabilidad. No nos hagamos más daño.

Juan-ochoa45@hotmail.com

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