Otro dolor para el gremio periodístico
Jorge Núñez
Foto: Redes Sociales
Jaime Lastra Bastar |
El asesinato de Norma Sarabia en Huimanguillo, que se suma al de Jesús Eugenio Ramos Rodríguez en Emiliano Zapata, en este 2019, refleja el enorme riesgo de la profesión y lo incómodo que llega a ser para ciertos grupos lo que se publica.
El periodismo sigue teniendo un fuerte impacto en la sociedad. Como contrapeso del poder, como un auscultador público en defensa de los intereses generales de la sociedad.
Por desgracia, muchos siguen tratando de devaluar el periodismo, de despreciarlo. Muchos políticos buscan convertirse en sus sepultureros por medio de minimizar su importancia en aras de dar más relevancia a las redes sociales.
Sin embargo, las redes sociales, a pesar de su innegable influencia en estos tiempos, han sido invadidas por muchos que no practican el periodismo sino la simple propagación de información carente del mínimo rigor profesional.
La clase política se escuda en el periodismo cuando así le es útil a sus intereses. Cuando no, la relega como si se tratara de una plaga que es necesario exterminar para siempre.
El discurso político de defensa del periodismo, de la libertad de expresión, no se ha traducido en mejores condiciones para quienes ejercen esta profesión. Por lo general, los periodistas carecen de un salario digno, de prestaciones acorde a la importancia de su labor en una sociedad democrática.
El crimen de Norma, que el Fiscal General del Estado, Jaime Lastra Bastar, se ha comprometido a esclarecer, debería llevar a una reflexión sobre la falta de garantías para el desempeño periodístico.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, con el homicidio de Norma Sarabia suman ya 149 los periodistas asesinados desde el año 2000 (16 eran mujeres), y 8 en el transcurso de 2019.
Estas cifras demuestran la crítica situación que el país enfrenta en materia de libertad de expresión, y la urgente necesidad de brindar condiciones óptimas para que periodistas y medios de comunicación puedan realizar sus labores con seguridad.
El periodismo no sólo es hermoso, como decía Gabriel García Márquez, sino necesario. A partir de esta premisa, la clase política, de todos los partidos e ideologías, debería empezar por dejar de lado la hipocresía. Esa hipocresía que habla en público de la defensa de la libertad de expresión, cuando por debajo de la mesa la menosprecia y busca debilitar.
: ATENCIÓN
El gobernador lamentó y condenó el asesinato de la periodista Norma Sarabia.
Adán Augusto expresó su solidaridad con los deudos de la comunicadora al tiempo que garantizó que la FGE investigará los hechos hasta sus últimas consecuencias y deslindará responsabilidades.
Los tabasqueños esperan que así sea.
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