Publicado en el Diario Rumbo Nuevo
erwinmacario@hotmail.com
Las 500 horas de ANJ
Si ves que los árboles se mueven,
es que tu oponente está avanzando.
Sun Tzu / El arte de la guerra
Apenas anoche se cumplieron las primeras 500 horas de gobierno de Arturo Núñez, y pareciera que el desastre financiero, político y moral en que recibió Tabasco es aprovechado por quienes, de adentro y de afuera, buscan crearle desconfianza en los tabasqueños.
Sin entender que hasta los gobiernos priístas mantuvieron en principio un gabinete de arranque —en el que acomodaban a los grupos que influían en el reparto del poder, entre ellos heredados del gobierno anterior—, se ha criticado a la alternancia por algunos nombramientos de sus funcionarios.
Es natural que las principales críticas al respecto provengan de voceros del PRI. Aceptables serían las que provienen del PRD y de los propios círculos cercanos al mandatario, si se tratara de autocrítica y no de lucha de facciones, de tribus, de los inconformes.
En los medios se refleja parte de esto. El mismo Telerreportaje, considerado uno de los aliados mediáticos de Núñez, el martes 15, en lo que algunos ven defensa al gobernador y otros moverse los árboles, concluye que si los del gabinete son los mejores hombres, la responsabilidad total de cumplirle a Tabasco será de Núñez.
Nadie, tal vez ni el mismo ANJ, se engaña. El responsable de lo que pase en Tabasco es el gobernador. En sus funcionarios sólo ha delegado facultades. Los tabasqueños votaron por él, no por quienes integran su equipo. Así ha sido siempre. Así debe ser en la alternancia, so pena de que sea un intento frustrado en seis años, ni siquiera en doce como le paso al PAN en la presidencia de la República.
Los vientos contrarios al cambio mueven algunas ramas. Debe entenderse, con Sun Tzu y El arte de la guerra, que “si los pájaros alzan el vuelo, indica que hay tropas emboscadas…
Los opositores —y los enojados porque no han sido tomados en cuenta— están pendientes de todo lo que se mueve. Así como han aprovechado lo del gabinete, escudriñan todo lo que sale de las bocas de algunos de los funcionarios que han estado en los medios.
De entrevistas que tuvieron, en Telerreportaje, la coordinadora de Comunicación Social y Relaciones Públicas, Dolores Gutiérrez Zurita (110113) y el secretario de Gobierno, César Raúl Ojeda Zubieta (180113), se manejan frases fuera de contexto no sólo para descalificarlos sino para intentar hacer creer a los medios de comunicación que el gobierno de Núñez no quiere ningún trato con la mayoría de ellos.
Lo mismo, aunque en otro sentido —en el de que no habrá el castigo suficiente y general para los que agraviaron a Tabasco—, se interpretan algunas declaraciones del responsable de los dineros públicos de este gobierno así como del titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes.
Ahí están las declaraciones del diputado federal Marcos Rosendo Filigrana, uno de los verdaderos aliados de Arturo Núñez.
Los del PRI, a pesar de que ya hubo un acercamiento del dirigente estatal con César Raúl Ojeda, cachan todo lo que huela a error. Pancho Herrera mostró los dientes nueve días antes que Arturo Núñez asumiera el cargo, aprovechando la amistad de éste con Andrés Manuel López Obrador. “No permitiremos que el presupuesto del estado se convierta en caja chica de quien aspira de nuevo a la presidencia de la República”, dijo.
Lo de Lorena Beaurregard y su observatorio ciudadano, ya se esperaba. Es otra forma de hacer política en el trópico.
En las propias redes se nota el descontrol. En relación a represores de perredistas en el gabinete, el licenciado Antonio Javier Nucamendi Otero, un crítico del gobierno pasado y posible aliado de ANJ, copió una sinopsis de la película “Las fuerzas vivas” y la subió a FB:
En un pueblecito aislado por una cadena de montañas reciben la noticia de que ha estallado la revolución. Dos partidos políticos se enfrentan: el conservador, en el poder, y el liberal…La única fuente de noticias que poseen es un viejo aparato telegráfico que rara vez funciona, y como carecen de información los liberales tratan de hacer una revolución, sin programas ni ideología, más intuitiva que eficaz. Por supuesto encuentran la oposición de los conservadores y en la pugna dominan más las pasiones y rencillas personales que los ideales verdaderos. Pero como en el fondo se estiman, porque siempre han convivido, y muchos, aunque de bandos opuestos, son parientes, las cosas no pasan de discusiones, pleitos y algunos encierros en la diminuta cárcel. Cada vez que el telégrafo anuncia triunfos revolucionarios o de las tropas federales, el gobierno pasa de unas manos a otras, hasta que tantos cambios hacen que los del pueblo pierdan interés y todo se limite a que las llaves del Palacio Municipal sean entregadas al vencedor momentáneo. Una vez que la revolución ha triunfado, los conservadores se aprovechan de la buena fe y la falta de malicia política de los liberales para convencerlos de que se han convertido a la causa revolucionaria y poder así seguir en el poder.
Me faltó espacio.
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