El Clausura 2011 Fue Azul y Oro
22/05/2011 | 14:24 hrs.
¡Gooooya, gooooya, cachún cachún ra ra, cachún cachún ra ra, gooooya, Universidad!
El estruendo de ese grito volvió a hacerse del Futbol Mexicano; los Pumas con su juventud, frescura y deseo de triunfo se montaron a lo más alto de la Primera División con su nueva estrella en el uniforme, con el campeonato del Torneo Clausura 2011 de la Primera División.
La fiesta estaba en comunión con el sol, todo amarillo iluminando el Pedregal Universitario con sus miles de rugidos tras el Puma auriazul, pero sin olvidar que el mismo sol brillaba en las alas de la mariposa monarca que desde Morelia había acompañado a sus ates por la copa.
No pasó mucho para que la grandeza de la UNAM se hiciera presente de nueva cuenta con un gol. Todo el azul y el oro que bañan el sur de la capital se mostraron en el inmueble como un rugido violento pero alegre cuando Palencia mandó la de gajos guardar.
Pumas iba por una nueva estrella.
Pero el espíritu purépecha se veía a flor de piel en los jugadores michoacanos, su garra provoco una calca del tanto universitario y Jaime Lozano se encargó de emparejar todo desde el manchón penal.
El canto puma calló por unos segundos al ver que un ex universitario horadaba la puerta que antes defendió con la vida. La magia del futbol estaba en el ambiente, aunque el auriazul era mayoría, el amarillo y rojo seguía sin ceder nada.
La rebeldía puma tenía que esperar para honrar sus años de historia, el Morelia estaba enseñando por qué fue el mejor visitante y su andar por pasto quitaba por lapsos la bola a la escuadra local.
El olor a penales quería opacar la adrenalina de las hinchadas. El segundo tenía el nerviosismo como sello en una Final que estaba regalando tensión hacia todos lados.
Pero la grandeza de la UNAM siempre se ha estado cimentada en su juventud, y justamente uno de los nuevos hijos auriazules, Javier Cortés, se encargó de bajar el cielo a territorio puma con disparo cruzado que superó a Federico Vilar para el dos a uno.
La plata de los trofeos iba a ser arañada por la garra felina. El goya, el canto deportivo de esos colores universitarios llenaba de gloria una vez más el Pedregal. Desde Rectoría al Espacio Escultórico. De la frontera norte a la frontera sur del territorio nacional, por la raza de los universitarios habló el espíritu, por su escuadra felina de oro y azul hablaron sus goles.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.