domingo, 14 de noviembre de 2010

Solo en Domingo: Francisco Peralta Burelo / Columna / Nov 14

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

¿Quién puede amar a las cabronas?

"Por qué los hombres aman a la cabronas" es un libro de Sherry Argov, editado por Diana y que usted lector, lectora, puede adquirir en Sanborns, que ha vendido más de un millón de ejemplares en el mundo", según presumen sus editores. ¿Qué le parece?. ¿Está usted entre ese millón de personas que lo han comprado, o cuando menos de las que lo han leído de prestado o de las que han tenido noticias de él?. Si ya lo leyó pues ya sabe de lo que trata la obra, que ha recibido elogios de todas partes. Si no lo ha hecho tendrá todo el tiempo del mundo para hacerse de un ejemplar y percatarse del por qué los hombres aman a las cabronas. ¿Quiere saber por qué los hombres aman a las cabronas? Usted lector, ¿ha amado alguna vez --o por toda su vida-- a una cabrona?, ¿a una mujer que se la haga de cuadritos? ¿a una novia que le regatea todo, hasta un besito, y que siempre se salga con su capricho?, ¿a una esposa --o pareja-- que no esté pendiente de usted, que no lo consienta, que lo mande a lavar trastos y a hacer quehaceres caseros, que le endilgue a sus hijos mientras ella se va de jelengue con sus amigas?. Usted lector ¿está dentro de esos hombres que aman a las cabronas, o particularmente a una cabrona, a una de esas que luego le hacen perradas al enamorado, al novio, al esposo, a la pareja?. ¿O es de los que prefieren a las mujeres sumisas, a las que dan la vida por su hombre, a las que no regatean nada y a las que se desviven por su compañero, a las que se visten como usted quiera, le hacen los guisos que le gustan y ni siquiera le deja entrar a la cocina ni le pone a talachar en casa?. Está cabrón eso de amar a las cabronas. De veras que sí (aunque, claro, tiene que haber muchos hombres, sobre todo esos a quienes gusta la mala vida, que las amen). Y es que no hay nada mejor que una mujer dulce, abnegada, dedicada al marido y a los hijos (o al novio o pareja), que aguante todo y ni siquiera chisté. ¿Pero donde las encuentra uno hoy en día? (bueno, de que las hay las hay: El caso está encontrarlas). Según el libro de la Sherry los hombres aman a las cabronas (cosa que ojalá no se crean del todos las mujeres modernas y que menos se les vaya a pasar la mano volviéndose cabronsísimas). ¡Mientras alguien no nos vaya a salir con que las mujeres aman a los cabrones! (aunque también hay algunas que son hijas de la mala vida y que les gusta tener a su lado a alguien que les dé malos tratos). Pero hay otro libro que anda por ahí --y que también se vende en Sanborns-- que se llama "Por qué las mujeres aman a los pendejos". Este es de la autoría de Antonio Garci, un caricaturista muy conocido y agudo a quien le dio por meterse a tan escabroso tema. Según Sherry Argov los hombres aman a las cabronas y de acuerdo a Antonio Garci las mujeres aman a los pendejos. ¿Cómo lo ve lector, lectora?. Mujeres amando a pendejos y hombres amando a cabronas. ¿Por qué no mujeres amando a los cabrones y hombres amando a las pendejas?. Así debería ser, ¿o no, lector?, pero según estos dos autores no es así?, lectoras (así que tranquilitas). Ambas son obras divertidas --no se crea que son estudios o investigaciones profundas; no, nada de eso--, quizá más llenas de sabor y de picardía, y desde luego de buen humor, que de sicología o todo eso que sirve para determinar este tipo de preferencias y de conductas. Es más que nada algo de picaresca (tal vez una intención de picarle la cresta a los hombres, como dice Antonio Garci, "cada vez más domesticados por las mujeres", que ya también aprendieron a jugar su rol en la relación interparejas, en las que antes llevaban la peor parte ante aquel machote y mandón, siempre ufano de decir en casa la última palabra). ¿Para hacerse amar por una mujer habrá que ser un hombre pendejo?. ¿Qué cree usted, lector?. ¿Para que una mujer sea amada tendrá que ser cabrona?. ¿Qué cree usted, lectora?. Exageraciones, ¿verdad?, manera de titular libros para venderlos más. Nada más, algo muy alejado de la realidad (¿?). Sherry no tiene razón. Tampoco Garci. Lo que una y otro dicen no son más que imaginaciones suyas. Los hombres aman a las que no son cabronas y las mujeres aman a los que no son pendejos. ¿O no es así, lector, lectora?

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