Opinión: Dolores Gutiérrez Zurita / Oct 29

(Publicado en el Noticiero de Juan Urcola en el 90.9 FM)

Orientar en lugar de perseguir; asesorar en vez de reprobar; aceptar en lugar de negar.

Se cumple una semana desde que un joven estudiante del Colegio de Bachilleres iniciara una inusual protesta por lo que él mismo denunció como trato discriminatorio en su contra por la directora del plantel educativo, a consecuencia de su preferencia sexual.

El tema ha ocupado  importantes espacios tanto en los medios impresos como electrónicos estatales, nacionales e inclusive internacionales así como en las principales redes sociales de la súper carretera de la información.

La denuncia del joven estudiante ha sido analizada desde diversas aristas, todas validas e importantes por los razonamientos planteados. El caso, también ha permitido medir la capacidad e interés por resolver a la brevedad posible una situación tan singular, por parte la Dirección General del Colegio de Bachilleres de Tabasco.

La prolongación innecesaria de la huelga de hambre del estudiante agraviado por su muy libérrima preferencia sexual, la manipulación que se ha hecho de un grupo de padres de familia ha exhibido de cuerpo entero la incapacidad manifiesta de quien antes de ocupar la titularidad del COBATAB, se desempeñó como defensor de los derechos humanos, cargo en el que también dejó un saldo negativo para los intereses ciudadanos.

De una u otra forma, este caso tendrá que resolverse en lo inmediato, aplicando sanciones ejemplares a quienes valiéndose de su cargo satanizan la diversidad sexual. Pero también tendría que motivar a que el Colegio de Bachilleres y sus dirigentes, administrativos y sindicales, con responsabilidad y compromiso opten por desplegar una campaña al interior de los planteles educativos para orientar en lugar de perseguir; asesorar en vez de reprobar; aceptar en lugar de negar.

Como dicen los estudiosos, la impartición de la  educación es una tarea integral y es ahí, en donde en

todos los niveles se falla. A los jardines de niños y primarias, se les han convertido en guarda hijos, no en centros  de enseñanza; en las secundarias y preparatorias los jóvenes son estigmatizados, calificándoles como un peligro para la sociedad, sin darles oportunidad de canalizar sus potencialidades, sus rabias y frustraciones, sus sueños y anhelos por la vía de la superación y la preparación académica.

En todos los planteles educativos urgen además de maestros, sicólogos, terapistas sociales, sexólogos, especialistas que den respuesta y reencaucen la ignorancia juvenil que casi siempre marca  la edad adulta.

Que sirva la denuncia del joven preparatoriano del COBATAB para que los padres de familia y las autoridades dejen de pasarse la bolita de las responsabilidad y sumen recursos y talentos en bien de la niñez y la juventud tabasqueña, de lo contrario, Tabasco seguirá ocupando deshonrosos primeros lugares en el fracaso educativo; en las estadísticas mortales de suicidio juveniles; en drogadicción y alcoholismo en edades tempranas y particularmente los y las  estudiantes de los planteles del Colegio de Bachilleres serán los mas vistos en los videos pornográficos que ellos mismos suben a las redes sociales.