Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Oct 23

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Placa Juchimán de Plata

La Fundación Juchimanes de Plata, A. C., decidió que uno de sus premiados con la Placa Juchimán de Plata Centenario de este año, sea el que esto escribe. Se pasan. ¿Qué méritos podría tener este mínimo y precario aprendiz de periodismo para obtener tal? Pero humano al fin, el premio que le da tan insigne Fundación nacida del genio creativo de Miguel Antonio Rueda de León, lo solivianta. Aleatoriamente, no puedo olvidar que nací –periodísticamente hablando- en el Tabasco HOY. O séase: todo se lo debo, no a mi manager, pero si a mi director general, Miguel Cantón Zetina. Con la placa Juchimán de Plata Bicentenario y el poder de un diario que busca hasta en las muelas de la información, le surge a éste periodista, el ego. Precavido sin embargo, éste busca inmediatamente sustento para no tambalearse. "Basta recordar que el poder que da una Placa de Plata Bicentenario", a los poderosos debe tambalearlos, pero a los pendejos, incluido el periodista, debe volverlos locos. Este escribidor se declara, para variar, en la onda del peruano Vallejo, culpable de prematuros crímenes. Y hace responsable de todo lo que pase en su futuro, a la Fundación Juchimanes de Plata, A. C. Para que entiendan que premiar a alguien tan poco letrado, habiendo tantísimos talentos, en lugar de darle lustre a la fundación, la deslustrará. Allá ellos y su mala cabeza. Escribiré en mi descargo un verso-apología de César Vallejo, obviamente- que tratará de redimirme ante los ojos de nuestra pequeña gran sociedad tabasqueña, que hace treinta años tuvo el valor de hacerme uno más de los suyos (Gracias Tabasco, pudiste consagrarte recibiendo a gente de real calibre y tienes que conformarte con un jornalero infame del periodismo). "Homero T. Calderón, parece Mentira que así tarden tus parientes, Sabiendo que ando cautivo, Sabiendo que yaces libre! ¡Vistosa y perra suerte! ¡Homero T. Calderón, te odio con ternura!... EL HUMOR EN LOS TIEMPOS DEL DENGUE Mi apreciada amiga Magali Broca, una especie de diablillo mental, me envía –para mi regocijo, dice- un chascarrillo sobre un niño educado en la pulcritud más ortodoxa con que se educan los niños de Alvarado, Veracruz. Usted debe recordar que los alvaradeños, de diez palabras les salen quince groserías. Por ello se sorprenderá de lo que uno de sus chicos, a nivel primaria, muestra. Cuenta Magali que un grupo de infantes jugaba al basquetbol. En eso la pelota se vuela a un departamento de un segundo piso. Todos están de acuerdo en que sea Pedrito el que vaya por la pelota, ya que él tiene un modo de hablar muy elocuente. Sube Pedrito y cuando la dueña de la casa le abre la puerta, le dice: --Disculpe, apreciada dama, estábamos jugando un emocionante partido cuando en el momento de mayor exaltación deportiva, el esférico describió una extraña parábola en el aire y se introdujo en su linda morada; le ruego –por favor- que me lo devuelva… La señora, pasmada ante tan bello vocabulario, llama al marido… --¿Qué pasa, María?, le pregunta éste. La esposa le dice: --Oye cómo habla tan bonito este niño. A ver, dice al chamaco, repite a mi marido tu petición… --Pues verá usted, señor: Le decía a su gentil esposa que jugábamos un excitante partido cuando en el momento de mayor exaltación deportiva… --Espera, niño, espera, dice el esposo mientras grita: "Anita, Juanito, vengan, escuchen y aprendan como se debe hablar". Llegan los niños, el padre le pide a Pedrito que repita lo dicho… --Explicaba a sus progenitores que jugábamos un emocionante partido cuando en el momento de mayor exaltación deportiva, el esférico describió… --¡Abuelos, abuelos –interrumpe uno de los niños. Vengan acá y escuchen como habla este educado niño… Llegan los abuelos desde el fondo de la casa: ¿Qué pasa?... --A ver niño, demuéstrale a los abuelos cómo hablas… --Decía yo que… ¡mejor pueden quedarse con la pinche pelota y además, pueden irse todos a chindar su tuta mádere!…