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No todo está podrido
Importa tener un
perfecto conocimiento
del país, y mucha
experiencia paradisponer una marcha en lo interior del país
enemigo, y acercarse a combatirlo. Vaultier /
Observaciones sobre el arte de hacer la guerra
Se
pudo haber dicho con tiempo, en la forma original de la obra teatral Hamlet,
de William Shakeaspeare: algo huele a
podrido. O algo está podrido en Dinamarca. Pero vale ahora, con la alternancia,
decirlo como todo mundo ha aceptado la traducción: No todo está podrido en Dinamarca.
Oficialmente lo reconoce el nuevo gobierno
estatal. Al menos se confirma que Rafael González Lastra no es sólo un
caballero de la política sino, como lo definió quien lo sustituye en el cargo,
César Raúl Ojeda Zubieta, a nombre del gobernador Arturo Núñez Jiménez: el
exsecretario de Gobierno es “un profesional de la política que siempre ha
actuado con responsabilidad”.
No todo está podrido en Dinamarca. O más
cerca, dirían los tabasqueños ante el verdadero desastre en que se entregó el
gobierno estatal.
Ojeda Zubieta admitió, al recibir el cargo de
manos del segundo secretario de Gobierno de Andrés Granier, el ámbito de colaboración en el que se
desenvolvió la transición en la
Secretaría de Gobierno. Mencionarlo es válido porque no
sucedió así en muchas otras dependencias a pesar de que empresas dedicadas a
lavar las cuentas públicas, como una que dicen pertenece a Ojeda Paullada, dejó
brillando de limpio los expedientes, al menos, de una Secretaría en la que, en
principio, se creía iba a estar la principal cabeza en la picota de la
alternancia: la de Obras Públicas y su titular Héctor López Peralta.
Destacar el papel de Rafael González Lastra
confirma la regla. No se puede decir, ni se dirá lo mismo, al igual de “Don”
Héctor, del titular la
Secretaría de Finanzas, José Sáiz Pineda, que al final del régimen de Granier Melo
resultó el principal sospechoso de la forma desastrosa en que se manejaron —en
contra de Tabasco, claro—, los recursos públicos; aunque tal vez nada pueda
hacerse, a menos que se llegue hasta las últimas consecuencias, para
desagraviar a los tabasqueños.
El hecho que Ojeda Zubieta —el principal
funcionario de Núñez en este arranque de la administración estatal— al asumir
la titularidad de la
Secretaría de Gobierno haya señalado esa excepción de la
regla en la figura de Don Rafael, es una prueba de que el nuevo régimen no
actuará contra todo lo que fue el gobierno pasado, sino dentro del estricto
ámbito de la ley, hasta donde el brazo de la justicia —por desgracia— lo
permita.
Y también confirma lo que el boletín oficial
señala: Ojeda Zubieta “asumió la titularidad de la Secretaría de Gobierno,
con el compromiso de garantizar el quehacer de la política interna de Tabasco y
contribuir a dar solidez a la nueva
etapa de desarrollo estatal”.
“Quiero reconocer la colaboración que en
estos días de la transición tuvo esta Secretaría, siempre buscó contribuir de
la mejor manera posible para que se
conocieran profundamente los trabajos realizados”, expresó el nuevo responsable
de la política interna estatal, documenta el despacho de prensa del propio
Gobierno estatal.
Y es claro el boletín: “En la Sala de Juntas de la
dependencia, el secretario de Gobierno puso énfasis en el espíritu de
cooperación que caracterizó al funcionario saliente, y subrayó su interés para
hacer más transparente el trabajo de entrega-recepción”, agregando que “en los
próximos días volverá a tener comunicación amplia con el servidor público
saliente para conocer cada uno de los puntos neurálgicos inherentes a la
responsabilidad de la dependencia”.
Político conocedor de Tabasco y su gente, de
la clase política, ya del PRI, ya del PRD, su actual partido, César Raúl sabe
no solamente lo necesario que es conocer el terreno en que desarrollará su
actual quehacer político, cuenta con la experiencia y ha recorrido tres veces
Tabasco como candidato a gobernadorr el PRD y una como candidato a senador —que
ganço— sumando cinco veces su periplo político por el primer distrito electoral
federal, pues en 1994 fue candidato por el entonces su partido, el PRI y ganó
la curul.
Las críticas que han surgido en su contra,
muchas de ellas parte del fuego amigo, no merman la utilidad política que por
ahora representa para el gobernador Arturo Núñez Jiménez. Su militancia en el
PRI —como la del propio Arturo— es una ventaja en el conocimiento de los
actores políticos de ese partido. Su militancia en el PRD es de primer orden,
por algo fue candidato a gobernador en tres ocasiones. Y llegó al Senado.
Quienes en ese partido, el PRD, le ponen piedras son los mismos que intentaron
evitar la candidatura de Arturo Núñez. Eso puede explicar si es o no bueno que
sea el responsable de la política interna de Tabasco en este inicio de
gobierno.
Compararlo, por sus tres intentos de ser
gobernador, con el primer secretario de Gobierno de Granier, Humberto Mayans
Canabal, tampoco es válido. Éste no sólo era amigo de siempre de AGM sino su
compañero de hospedaje en las épocas estudiantiles. Y nadie dudaba que desde un
principio era el candidato de Granier y no Luis Felipe Graham o Jesús Alí.
César Raúl Ojeda no es amigo del círculo
super cercano a Núñez. Si un político útil en este arranque de la alternancia.
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