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INCONGRUENCIAS
Y CONTRADICCIONES POLÍTICAS
La mayoría de los actores políticos tabasqueños coinciden, incluidos los candidatos vencederos de la contienda del pasado primero de julio, y hasta los propios priistas, en que los principales factores políticos que incidieron en el triunfo de los abanderados de la oposición fueron la corrupción galopante del gobierno de Andrés Rafael Granier Melo, el efecto “Peje”, la polarización priista, y desde luego, las alianzas políticas que efectuó hábilmente el hoy mandatario estatal, Arturo Núñez Jiménez, con oportunistas y vivales ex priistas que decidieron irse del PRI por resentimiento e impotencia y por los ofrecimientos y compromisos políticos que adquirió el entonces abanderado opositor a la gubernatura con ellos, de ahí precisamente que no tenga nada de extraordinario ni de raro el que estos desleales hayan o estén siendo colocados en algunos puestos claves de la administración pública “nuñista”.
Es cierto que hay simpatizantes,
militantes y dirigentes no sólo del PRD, sino del Movimiento Ciudadano, PT y hasta
de la propia organización política “José María Pino Suárez” que por justicia y
méritos deberían estar desempeñando los cargos que actualmente ostentan algunos
que al cuarto para las doce se dieron cuenta de que estaban en el partido
político equivocado.
El problema de fondo no es que Arturo Núñez Jiménez haya cumplido su
palabra con los aliados políticos coyunturales, es más, habría que aplaudirlo,
pues son contadísimos los gobernantes que cumple a carta cabal lo ofrecido
políticamente cuando se está en campaña por cualquier puesto de elección
popular; el quid del asunto es que las designaciones resultaron incongruentes y
contradictorias.
Incongruentes y contradictorias
porque, por principio de cuenta, no se ajustan al perfil político y
administrativo que el titular del Poder Ejecutivo estatal plasmó en varios de
sus discursos durante la gira por los 17 municipios con motivo de agradecer el
apoyo y respaldo de los ciudadanos que acudieron a votar a su favor.
Con toda seguridad el encargado de leer
con minuciosidad y atención las fichas técnicas de los ahora flamantes
funcionarios no leyó a conciencia cada uno de los currículos vitases, pues solo
así se explica el que el galeno Jaime
Mier y Terán Suárez esté en el
Colegio de Bachilleres, o que el arquitecto Agapito Domínguez Lacroix esté al frente del ISSET.
Este tipo de penosos y lamentables
sucesos no pueden estar pasando en un estado que financieramente está quebrado,
más aún cuando tuvieron más de cinco meses para empaparse de todo lo
relacionado con el gobierno, con el capital propósito de evitar los ridículos
jurídicos que han estado cometiendo en algunas designaciones.
Es más, quiero pensar que todas las
pifias cometidas hasta ahora son deliberadas, pues me niego a creer que sean
tan ignorantes, incapaces e irresponsables, porque de ser así, Dios nos agarre
confesado. Si no, al tiempo.
“SQUOD
SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO,
ESCRITO ESTÁ)
Sin lugar a dudas el nombramiento de
don Carlos Elías Dagdug Martínez
como presidente del Consejo de Administración del Club de Beisbol Olmecas se lo
tiene ganado a pulso, no sólo porque es una chucha cuerera en este apasionante
deporte, sino porque en el año de 1993 logró, junto con don Diego Rosique Palavicini, hacer por primera
vez campeón al Olmecas. Tiene conocimientos y experiencia, eso no está a
discusión.
Lo que no se vale es que sus hijos, Carlos José Dagdug Nazur y Juan Luis Dagdug Nazur sean los
responsables de Operaciones Deportivas y Financieras y presidente Ejecutivo del Club Olmecas,
respectivamente.
Sumado a esto, Carlos José hace algunos días fue nombrado titular del Instituto
del Deporte del Estado de Tabasco.
No sé si legalmente esté permitido o
prohibido este tipo de acciones y actitudes, pues si bien es cierto que el
equipo de beisbol es una sociedad mercantil, quien mantiene y saca de apuros al
Olmecas es el gobierno del estado.
De lo que no hay duda es que
política, ética y moralmente no debería, ni tiene porque ser así. En serio que
es un pésimo mensaje para la población
tabasqueña, pues están actuando igual
o peor que la administración pasada.
Estoy consciente de que es muy corto
el tiempo para emitir un juicio del
gobierno del cambio, pero hasta ahora han sido más los desaciertos que los
aciertos, y eso deja muchísimo que desear, aquí y en cualquier parte del mundo.
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