miércoles, 8 de febrero de 2012

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Feb 08

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

¿El naufragio?

¿Contar mentiras como ellos, Estebanico? ¿Por qué no contamos la  verdad? Alvar Núñez Cabeza de Vaca / Película de Nicolás Echeverría

En el PRI de Tabasco parece que viven el sueño de El Dorado, o al menos de las “17” —para estar ad hoc con el tema— ciudades doradas de Cibola y la Fuente de la Eterna Juventud, que generaron las historias de la conquista y la búsqueda de riquezas en América.

Nadie parece querer decir la verdad, contar la verdad de lo que sucede no sólo con la presunta candidatura a gobernador del ex presidente municipal Jesús Alí de la Torre, sino con las 17 alcaldías y las diputaciones locales. Amén de las curules y los escaños tabasqueños en el Congreso de la Unión.

Los mismos sobrevivientes del naufragio en el CEN de ese partido parecen enfrascados en dividirse un tesoro inexistente —las posiciones políticas— lo que ha retrasado los acuerdos tomados entre los aspirantes a la candidatura y la dirigencia nacional priísta, entiéndase el candidato nacional Enrique Peña Nieto.

¿Por qué no contamos la verdad?, debían decirse esos sobrevivientes de la sucesión del 2012, muchos de los cuales ya están prestos a embarcarse en otras naves en busca de los tesoros que la política a la mexicana y a la tabasqueña significan.

En la película Cabeza de Vaca, Echeverría no sólo cuenta una versión no tan apegada al relato de Alvar Núñez Cabeza de Vaca sobre la desastrosa expedición del capitán Pánfilo de Narváez, sino que parece un intento por desmitificar la ambición que esos informes del tesorero del rey Felipe II desató entre los españoles.

Pero en Tabasco se insiste en mantener el sueño del poder. Cada quien se considera con derecho de establecer gobernantes en las 17 ínsulas y colocar al mayor número de diputados locales, en lo que no logran ponerse de acuerdo.

El mismo Jesús Alí parece estar contribuyendo a que los acuerdos políticos, los consensos, no se logren. Debe entender que estos no son tiempos del todo o nada. ¿O sí?

Ya en este espacio periodístico se contó la historia de cuando Mario Trujillo García resultó candidato a gobernador a la muerte de Agapito Domínguez Canabal. Sin esperar a que el partido realizara en Tabasco los actos oficiales para legitimar la decisión tomada aquella vez por el candidato Luis Echeverría con la anuencia del presidente Gustavo Díaz Ordaz, don Mario dio muestras de lo que es un político y lo que significa una candidatura.

Vale la pena recordar que los amigos de MTG querían calentarle la cabeza porque Pascual Bellizzia Castañeda —sobreviviente de la debacle de don Agapito— había sido propuesto en el acuerdo para que fuera senador.

Ante las insistencias de que no debía permitir que un enemigo suyo como ese ocupara el escaño, don Mario sólo les dijo: “Ya llevo la gubernatura. Vámonos”.

Así, Jesús Alí, pues, trajo virtualmente la candidatura en la bolsa, pero se la quieren sacar a la fuerza. Algunos errores están contribuyendo a ello. Ya se ha dicho, también, en esta columna que malos elementos del pasado están acercando su sardina al fuego y hasta se dice que son operadores de Alí, que se ha visto obligado a tomarse la foto no sólo con los actores políticos sino con los periodistas que sus asesores consideran son los que pueden llevar adelante su proyecto político, por cierto ligado a los medios dado el tiempo de campaña de sólo 45 días.

Otras fallas, en las que Alí no debe intervenir siquiera, es la selección de los candidatos locales. Sí llega a ser gobernador tendrá que gobernar con los presidentes municipales y diputados locales que el pueblo elija. Si el PRI se equivoca en algunos casos, él tendrá ya como gobernador la fuerza para sacar su proyecto adelante. Quien tiene la bolsa y el garrote es quien manda. Digo aunque parezca excesivo. Pero es la verdad, Estebanico.

Valdría la pena que alguien le dijera la verdad no sólo a la dirigencia estatal del PRI sino al gobernador saliente, que al fin y al cabo podría ser la víctima principal si el PRI naufraga ante un candidato que va in crescendo, Arturo Núñez Jiménez, del PRD.

Por hoy sólo unos ejemplos: ¿quién cree que Rúrico Domínguez, un perdedor, pueda ganarle la diputación federal a Gerardo Gaudiano Rovirosa, del PRD? ¿Qué Carlos Arturo Vega sea mejor candidato que Suárez Vela en Tenosique, si se ha rodeado de la misma gente del perdedor Tárano del trienio pasadoy actúa con la misma prepotencia? ¿Acaso Manuel Andrade puede imponer candidata en Tacotalpa a Jeny Rodríguez ante Rogelio Betancourt o Pedro Pérez Luciano? ¡No es mejor que un joven como Moheno Piñera vaya como candidato a diputado federal y quede para buscar la alcaldía Armando Beltrán Tenorio? ¿Es necesario otro Goyo Arias para hacer entender al PRI quién verdaderamente representa posibilidades de triunfos?

Vela la pena reflexionar, decir la verdad, Estebanico, para no revivir la escena de la película tomada hoy como pretexto, cuando en el momento del naufragio Pánfilo de Narváez grita: “Aquí se acaba España”.

LADO CLARO

Un buen capitán de barco tiene la obligación de llevarlo a tierra firme, aunque hayan malos marinos a bordo y hasta uno que otro polizón. 

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