(Publicado en el Diario de la Tarde)
La nueva “cultura” del uso ilegítimo del poder
Lo inconcebible, lo repugnante no son los actos de corrupción que se dan a conocer en los medios de comunicación; no. Lo realmente asqueroso, cuestionable e indignante es que actualmente la corrupción es un acto común consentido por las autoridades responsables de vigilar que los recursos no se desvíen y paren en los bolsillos o cuentas bancarias de funcionarios.
Ejemplos: cuentas municipales reprobadas, Conagua, irregularidades en la Cédula de Identidad Ciudadana, permisos para construcción en zonas prohibidas, Pemex, etcétera y etcétera.
Stephen D. Morris, define la corrupción en México así: "El uso ilegitimo del poder público para el beneficio privado", "Todo uso ilegal o no ético de la actividad gubernamental como consecuencia de consideraciones de beneficio personal o político" o simplemente como "el uso arbitrario del poder”.
No se espanta el ciudadano de los niveles de corrupción que existen hoy día, de lo que se horroriza es de la impunidad que prevalece. Los sujetos corruptos justifican su actuar de diversas maneras: ayuda humanitaria, movimiento social, desastres naturales, actividad política de beneficio social, actividad cultural, en fin tantas otras.
La corrupción tiende a beneficiar al sujeto, familiares, amigos, organización o causa. El acto de aprovechamiento del poder, dinero o posición, demuestra que el individuo corrupto carece de los más elementales valores éticos, morales y civiles; ese tipo de individuos diariamente los vemos exhibidos en los medios de comunicación.
¿Es posible que algún día se pueda erradicar la corrupción? ¿Existe alguna probabilidad de que los corruptos sean castigados? ¿Deben seguir insistiendo los ciudadanos en la denuncia de los actos corruptos? Muchas son las interrogantes que los gobernados se hacen y esperan ansiosos una respuesta.
El amasiato de la corrupción con la impunidad ha generado que las riquezas estén en manos de unos cuantos, que el hambre y la pobreza extrema azoten a más del 55% de la población, que el nacimiento de nuevos millonarios sea cada vez más frecuente, que haya una falta de credibilidad en la función pública por la concepción patrimonialista del poder, la evasión de impuestos y el fortalecimiento de la corrupción; estos hechos se han convertido en la nueva cultura del pueblo mexicano. Ojo.
PIQUETITO.- ¡Bien! por la Diputada Federal Marcela Guerra, su propuesta de reformar las leyes orgánicas de la Administración Pública Federal y del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa como también la Ley Federal de Responsabilidades administrativas de los servidores Públicos. El objetivo es impedir que la Secretaria de la Función Pública siga siendo Juez y parte al imponer sanciones Administrativas a los servidores públicos. Usted que cree: ¿pasara la reforma?
Comentarios al correo: osoriobroca@yahoo.com.mx
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