(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Estados Unidos: Bin Laden y su política exterior.
Muchos analistas están considerando que la muerte –real o virtual en tiempo- de Osama Bin Laden, lider musulmán de Al Qaeda, es un excelente pretexto para que los estrategas del gobierno estadounidense, den por terminados sus combates contra el terrorismo. Ahora buscarán otros factores de riesgo.
El imperio al Norte tiene urgencia de cambiar el objetivo de sus guerras localizadas. Ya no funciona su accionar bélico para robustecer su economía militar. Por el contrario, hoy busca pactar con los poderosos que se acercan peligrosamente, a su tamaño como economía hegemónica y se cuelan al interior de su mercado interno.
La OCI (Organización de la Conferencia Islámica) es un enorme atractivo que ya está siendo “enamorado” por los hombres del poder de E. U. Se trata de mil 600 millones de personas, de 57 países, que viven en las normas del Islam, con un PIB de 5 millones de millones de dólares, apenas atras de China, que ocupa el Segundo lugar por su Producto Interno Bruto en el Planeta.
Pero tal perspectiva requiere que las guerras, aún vigentes en la región, cesen. Los avances de la presencia transnacional en la zona, de empresas de origen estadounidense es creciente. Para ello se definieron las intervenciones en Afganistán, Paquistán –incluso con apoyo de Bin Laden en la primera incursión- después en Irak, que se mantiene conflictuada y ahora Libia.
La primera reacción –tras importantes cambios en la estructura del gobierno de Obama- se da con un nuevo retiro de soldados de la región: 150 mil de Afganistán y Pakistán. Continúa y tal vez se acentúe el retiro de Irak, que dará oportunidad a un reacomodo interno en ese país, que queda muy lastimado en su tejido social y con peligro de entrar en Guerra civil declarada.
Pero el espíritu guerrerista no se pierde; desde el interior de sus órganos pensantes en E. U. se dice que, al desaparecer Bin Laden de la escena se reorientarán las prioridades de la política exterior, por lo que al liberarse tropas, con los ajustes de su presencia en el Golfo Pérsico –adonde las tensiones no ceden- estarán listas para operar en otras latitudes.
¿Cuales pueden ser tales latitudes en que el imperio pretenderá utilizar fuerza disuasoria?. Pueden construirse diversos escenarios, en función de las prioridades geopolíticas que se manejan, respecto al empeño estadounidense por no perder su posición primordial en materia de economía y finanzas, haciendo uso calculado de su fuerza disuasiva-destructiva.
No hay nación o agrupamiento de estas, capaz de salir, con éxito, de un enfrentamiento con las fuerzas de mar, aire y tierra con que cuenta el ejército de los Estados Unidos. La alternativa es la ley internacional y su aplicación, a través de los organismos multilaterales de la ONU.
Pero dado el control que ejerce sobre el Consejo de Seguridad, en que paises como China, han cambiado sus intereses y ahora coinciden en mucho con los antiguos y nuevos imperios, el freno que representó llevar a tal instancia los graves conflictos mundiales, está mermado. En Irak se actuó unilateramente.
En la propia China hay preocupación por esa “liberación” de energía bélica en el Norte. El rotativo chino Global Times del 5/5/11, se pregunta, tras concienzudo análisis, si el próximo “enemigo” de Estados Unidos pudiera ser China. Lo preocupante deriva ahora de los análisis que saturan Estados Unidos, poniendo el ascenso de China en su desarrollo económico y social, como factor de confrontación con el imperio.
Pero si bien desde el punto de vista del poderío económico, China (1 340 millones de Hab.) sola es ya un “peligro” para los Estados Unidos, hay otros a consideración. Japón y su área de influencia están seriamente debilitados, después de los graves acontecimientos climatológicos que tienen al pueblo japonés, al borde de un grave evento de contaminación nuclear.
Junto a ello, no quedan descartados los otros países que conforman el BRIC (Rusia, India y Brasil) quienes al lado de China, o por su lado, están siendo contestatarios de las posiciones que impulsan los poderosos (EU, Inglaterra, Francia y otros) en los organismos multilaterales de todo tipo.
También está Latinoamérica, con quien la política exterior de Estados Unidos históricamente cambia de mecanismos, pero siempre con el mismo interés: control de la vida y obra de gobiernos, para el mayor usufructo de los recursos naturales a través de sus transnacionales. Considérase a esta porción planetaria, como susceptible de mayores acciones de intervención.
Pronto el alerta mundial se despejará; declaraciones y acciones previas nos dirán cuales son las nuevas prioridades del país más poderoso de la Tierra.
Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com
Puebla, Pue. 15/mayo/2011
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