martes, 31 de mayo de 2011

Opinión: Tere Oramas Beaurregard / May 31

¡Indignaos!

tenchioramas@hotmail.com

Los movimientos sociales son como el amor: es infinito mientras dura; ésta fue la sensata expresión del escritor y periodista uruguayo Eduardo Galeano al referirse sobre la duración de las protestas contra la clase política y la crisis económica que desde el 15 de mayo se desarrollan en diferentes ciudades de España y cuya fuerza ha provocado múltiples muestras de solidaridad de plataformas ciudadanas en varios países.

Los especialistas no se atreven a dimensionar los efectos y alcances de éste gran movimiento protagonizado principalmente por jóvenes desempleados, desde que el sitio virtual “Democracia Real Ya” convocó a los españoles en la víspera de las elecciones del pasado 22 de mayo a salir a las calles y manifestar su preocupación e indignación por el panorama político, económico y social que se ve en el país ibérico.

Lo cierto es que éste movimiento pacífico –al igual que las mayores protestas juveniles y estudiantiles de los últimos tiempos- nos envía un mensaje claro a todas las sociedades del mundo: indignados y hartos estamos de los malos gobiernos, de la corrupción de los políticos, empresarios, banqueros… Por la indefensión del ciudadano de a pie tal como dicta el manifiesto de la plataforma cibernética.

Las últimas dos semanas han sido de incertidumbre para los acampados en las plazas españolas, los concentrados -que se cuentan por miles principalmente en La Puerta del Sol en Madrid, y en Plaza Cataluña en Barcelona- han sido amenazados y golpeados por la fuerza pública, las imágenes del desalojo de éste sábado le dieron la vuelta al mundo y a pesar de la intimidación continuaban en sus posiciones a la espera de nuevos acuerdos para las siguientes acciones.

Es una protesta sin violencia, solidaria, de jóvenes desobedientes que se hacen visibles ante un gobierno que no los quiere ver y que limita sus oportunidades de desarrollo y éste no es solo un tema de España, es el gran problema del mundo. Es un movimiento legítimo sin liderazgos oportunistas, sin siglas partidistas, sin creencias religiosas. Es una sociedad organizada que al unísono grita: “No nos representan”.

Sin duda, éstas movilizaciones representan el divorcio entre los jóvenes y el sistema de partidos, ésta separación resulta preocupante porque se reducen los espacios de participación política que cada vez están más controlados por los mismos. En el caso de España, el poder está concentrado principalmente en el Partido Popular y el Socialista Obrero Español sin dar oportunidad real a otras expresiones políticas. Entonces, ¿Hacia dónde van estos movimientos sociales? ¿Tienen futuro ó fuerza real ante el poder de los poderosos?

Los “indignados” ya están en movimiento, ahora, habría que replantearse las formas de subsistencia, cómo mantener a la gente activa es la gran tarea, éstas protestan necesitan ser alimentadas y tener el entusiasmo y valor no son suficientes para prolongar éste mensaje de lucha; por supuesto que como en sus inicios volverán a hacer uso del Internet y las redes sociales para mantenerse en el ánimo de los simpatizantes, ésta es la única vía para seguir con vida.

“Indignaos” es la palabra más significativa en éste movimiento de resistencia social cuya inspiración fue el libro -con el mismo título- del diplomático francés Stéphane Hessel, quien a sus 93 años escribió éste pequeño manual para jóvenes rebeldes el cual ya se ha convertido en un best seller.

La indignación de la sociedad continuará aunque las plazas estén vacías, tal vez este movimiento español no logre cambiar la actual crisis política pero es un importante comienzo. Les comparto una última reflexión de Eduardo Galeano que estuvo la semana pasada en Barcelona para recibir el Premio Internacional de Periodismo “Manuel Vázquez Montalbán”: “Yo no creo que valga la pena vivir para ganar, vale la pena vivir para hacer lo que la conciencia te dicte que debes hacer y no lo que te conviene. Y esto vale para todo, para la política, la vida, el amor y para el futbol”.

* Alumna del Postgrado en Comunicación Política e Institucional del Instituto de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Autónoma de Barcelona, España.

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