lunes, 9 de mayo de 2011

Ojo Visor: Jacinto López Cruz / Columna / May 09

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
Jaclop62@hotmail.com

GOLPE DE TIMON

El relevo de Adrián Hernández Balboa por Miguel Alberto Romero Pérez en la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional, es el anuncio, de quien tiene el poder de decisión, que no se permitirá que se rompa la unidad priista con miras a la sucesión presidencial, pero especialmente en torno a la sucesión gubernamental que ya está en puerta, ya que el parto de los montes debe de darse sin el menor dolor. Por eso dio el golpe de timón para enderezar el rumbo político.

Quienes quieran ver, que vean, y quienes quieran oír, que oigan, el relevo en el Partido Revolucionario Institucional, es producto del sesgo y la desviación del ex-dirigente estatal que ya estaba cargando los dados hacia a un lado, y que fue advertido y analizado a tiempo en el más alto nivel, cuando el mismo Jefe del Ejecutivo del estado había llamado a todos los priistas a cerrar filas para no romper la unidad, porque el gobierno de la transformación es un solo equipo, y la sucesión gubernamental tiene sus tiempos y sus reglas porque todo está calculado, pero en la alocada carrera que algunos han mostrado por posicionarse en el espectro político estatal no midieron las consecuencias de sus actos, por lo que ese relevo lleva un claro mensaje para todos los priistas en el sentido de que no se tolerará, ni permitirá que se pretenda romper la unidad, porque el proceso electoral de 2012 en el estado no será precisamente un día de campo, pues tiene sus implicaciones, que en su justo momento se resolverá, ya que la oposición recalcitrante trabaja en ese mismo sentido de adueñarse de la silla de plaza de armas, y el alto mando priista no está dispuesto a dejarse ganar, con el consabido ajuste de cuenta con saña que pretende quienes deliran con el poder solo para cobrar viejas afrentas.

El arribo de Miguel Alberto Romero Pérez un joven abogado que hasta ahora había desempeñado con eficacia su papel en el gobierno estatal, es otra clara señal de que llega al partido para equilibrar la balanza, para tender los puentes de comunicación con todos los priistas del estado, desde las bases hasta el más alto nivel, con el claro objetivo de cuidar la casa común de todos los priistas, pues no se pueden dar el lujo de que por las ambiciones personales desbordadas de unos cuantos priistas, se puede propiciar una ruptura que lleve a soltar el poder que durante muchos les ha costado sostener, a pesar del avance de la oposición recalcitrante, que precisamente busca penetrar las estructuras priistas para causar confusión, para causar división que les serviría para acariciar el sueño dorado de convertirse en gobierno.

Nada es casual, el relevo no fue producto de la casualidad, sino que tuvo sus causas y sus efectos, por eso las cosas cuando se hacen llevan un objetivo en específico y Miguel Alberto Romero Pérez, reunió las cualidades que se necesitan en este momento para conducir la nave priista a puerto seguro, pues alejado de las ambiciones de obtener un cargo de elección popular o que se le meta el gusanito de cargar los dados hacia a un lado, sabrá responder con creces a la encomienda que le ha dado, quien tiene el poder de decisión, pues meses atrás quien es el jefe del Ejecutivo del estado, que también es el primer priista del estado, marcó las directrices a seguir desde el pasado nueve de febrero en aquel memorable discurso de La Marcha de La Lealtad al pie de la estatua de Pino Suárez, que todos debieron oír bien y acatar, donde expresó con suma claridad que el gobierno de la transformación era un solo equipo y que si bien todos los priistas tenían derecho a aspirar, no deberían estar inmersos en una sucesión gubernamental adelantada, porque no era el momento para hacerlo, ya que el calendario electoral marca una fecha específica para hacerlo, pero aún así algunos lo desoyeron, y como caballos desbocados salieron a intentar acelerar el proceso de sucesión y ahí esta el resultado de las cosas, no midieron sus actos.

El mensaje en el cambio de dirigente estatal es clarísimo, Miguel Alberto Romero Pérez, llegó a cumplir una encomienda del alto mando, su discurso inicial así lo dejar ver al sostener que encabezará una dirigencia, incluyente, sin favoritismo ni preferencias, que estará abierto al diálogo, los acuerdos y consensos por el propio bien del tricolor, y que a partir de ayer se iniciaba una nueva etapa decisiva con miras a las elecciones constitucionales de 2012 donde se decidirá el futuro del estado, pero dejando en claro, que la cohesión del partido, la unidad de la militancia, el respeto de los tiempos y las reglas y la lealtad (ojo, mucho ojo) es en torno al primer priista de Tabasco (Andrés Granier Melo) porque es la premisa de este nuevo tiempo.

Es decir, Miguel Alberto Romero ha sostenido públicamente que no será desleal a Andrés Granier, el primer priista del estado, que seguirá las directrices trazadas para que no haya equivocación y que llegado el momento de la toma de la sucesión gubernamental, leal al Ejecutivo hará lo que se tenga que hacer para que el ungido, para aquel que reúna las cualidades propias que se necesita para ganar la gubernatura en la elección constitucional sea ungido como el abanderado priista.

Miguel Alberto Romero como hombre institucional, ha dejado en claro que no encabezará una dirigencia parcial, sesgada, que golpee a otros aspirantes para promover a un aspirante, pues como dirigente deberá ser el fiel de la balanza, no se colocará al servicio de un precandidato pues será el fiel de la balanza, que garantice equidad, pero sobre todo que mantenga la unidad priista más allá de las ambiciones desbocadas de unos cuantos, que deben ser acotados.

Más claro ni el agua, la encomienda de Miguel Alberto Romero es trabajar intensamente en torno a la sucesión gubernamental, para que el parto de los montes se produzca sin dolor, para que todos los priistas jalen parejo con el candidato a la gubernatura que sea designado, porque solamente así conservando la unidad se logrará ganar la gubernatura, las presidencias municipales y las diputaciones locales en el 2012, de lo contrario, si se dividen estarían caminando a la derrota, pero como el gobernador Granier no es suicida, es claro que por encima de las ambiciones personales de unos, prevalecerá el interés general de los priistas, y se nominara como aspirante al más preparado, al que tenga una amplia trayectoria en la administración pública y en los cargos de elección popular, al que tenga una visión más amplia de lo que se requiere readecuar para que Tabasco logre su completo desarrollo, pero sobre todo que garantice la lealtad hacia quien debe tenerlo.

Y en este tenor de cosas, quienes deben poner su barba a remojar es Katia Ornelas Gil, dirigente del Frente Juvenil Revolucionario y el mismo diputado local por Cárdenas Miguel Moheno Piñera, quienes en franco desacato al llamdo del gobernador Granier de trabajar en torno a la unidad, sin golpetear a algún aspirante, en forma sesgada maniobraron y en asambleas amañadas, quitaron de sus cargos municipales pero no han podido imponer a los sustitutos porque los jóvenes nada mas estaban esperando a quien tomara las riendas del partido para exigir su reinstalación.

Daniel Torres (a) La Mochita, dirigente del Frente Juvenil Revolucionario de Macuspana, fue quitado arbitrariamente de su cargo por Katia Ornelas y el diputado Miguel Moheno, desde luego que consentido por el ex-dirigente estatal, Adrián Hernández, y en una asamblea amañada nombraron a Alejandro Pineda como sustituto, pero no ha podido tomar posesión física de la oficina porque los jóvenes priistas estaban esperando el cambio de dirigente para resolver este conflicto de intereses. El pecado de La Mochita fue haber dicho que simpatizaba con la candidatura del secretario de Gobierno, Humberto Mayans para que fuera ungido candidato a la gubernatura, lo que enfureció a quienes ya caminaban en otro proyecto, sin consultar con quien les dio la oportunidad de detentar sus cargos.

En el caso del diputado Moheno, abiertamente ha manifestado su fobia contra Mayans, pese a que éste es amigo de su mamá y ese será su mayor pecado capital, mejor debió morderse la lengua y en el caso de Katia Ornelas, que debería mantener su institucionalidad, se fue por el sesgo político, mostrando su rudeza, sin necesidad, porque ambos personajillos, lo mismo hicieron con el dirigente municipal de Cunduacán, Jorge Coqui Campos, quien por decir que le gustaría que Humberto Mayans fuera el candidato a la gubernatura, le cayó la guillotina, y fueron acusados de falta de participación en su calidad de dirigentes municipales, y ahí está trabado el problema que tendrá que resolver el nuevo dirigente estatal del PRI, Miguel Alberto Romero Pérez, porque ni Katia y el diputado Miguel son garantes de unidad para fortalecer al PRI.

En resumen, la cuenta regresiva para la sucesión del gobierno de Tabasco se ha puesto en marcha con Miguel Alberto Romero al frente del PRI y solamente los miopes políticos se niegan a ver que esto lleva rumbo y dirección, el objetivo está a la vista, porque antes que un proyecto personal, está Tabasco.

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