martes, 30 de noviembre de 2010

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / Nov 30

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Los tiburones y los políticos

Dos lectores de esta mengambrea se reportan. Uno de ellos con tres sonoras mentadas de madre. No sabe este pendejete que cada mentada es una inyección de vitaminas, minerales y proteínas. Los recordatorios de madre, si se aprovecha la ley de la gravedad, finalmente engordan.

Supongo que todo se debió a que escribí en mi colaboración de ayer, que en las escuelas de política (en el CDE del PRI clausuraron cursos "sus nuevos cuadros"), nunca aprenderán los chavo si los maestros que les imparten asignatura son los que tienen actualmente empinado a Tabasco en todos los órdenes.

Y cuando digo en todos los órdenes me refiero a lo económico (Tabasco está en crisis terminal y no hay ni pa' la leche de la chata; en lo político (Nuestros mejores hombres y mujeres dan lástima por tanta pendejez que cometen); en lo social, baste con el ejemplo del jovencito encadenado en un Colegio de Bachilleres y si tenemos que ser más claros y directos, recientemente publiqué sobre el tema de la inseguridad y los asesinatos de jóvenes.

El problema es que los priístas, que son los que ejercen actualmente el poder, se encabronan porque se les critica. Y reaccionan mentándote madres y acusándote que eres perredista. Su bronca es que son exageradamente intolerantes.

Pide que se les critique "constructivamente".

Cuando uno critica lo que hace el de enfrente, es para que se entere que es pendejo, o para no se siga haciendo "ídem".

Bien, ese "crítico anónimo" que le digo, se enojó porque ayer lunes usé los vocablos "acémila y jumento". Las palabras son ya de muy poco uso, eso lo puso frente al diccionario. Obviamente, el resultado no le gustó y sólo se le ocurrió mentarme la madre.

Comprendo su encabronamiento por el uso de tales adjetivos calificativos, pero si lo ve por el lado amable, sabrá que ya es un iniciado en la cultura. Hoy ya sabe que quiere decir "acémila" y también "jumento"… EL OTRO lector es el "brodie" Rubén León Traconis, quien me hace llegar un chascarrillo que quiero aprovechar para matar la "bilirrubina" del anterior lectorcito.

Rubén se pregunta: ¿Por qué los tiburones nadan en círculos? Esta sería su audaz teoría: "En el Océano dos tiburones blancos espían a los sobrevivientes de un naufragio.

--"Sígueme, hijo, dice el tiburón padre al hijo. Primero nademos alrededor de ellos unas cuantas veces, mostrando sólo una parte de nuestras aletas. Bien hecho hijo, le dice el padre al hijo. Ahora nademos otras tantas veces, pero ahora enseñando la aleta completa. Y ahora, ¡a tragárnoslos a todos!" Cuando terminan de engullirlos, el tiburón hijo pregunta: --"Oiga, apá, no es que yo critique su técnica ni su experiencia, pero ¿por qué no nos los comimos a todos desde el principio y sin hacerle tanto a la mamada?"... el sabio padre contesta: --"Primero, porque al hacerlo los hacemos que se caguen del miedo y, segundo, porque saben mejor sin caca adentro"…

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