sábado, 6 de noviembre de 2010

Democracia Virtual: Eugenio Hernández Sasso / Columna / Nov 06

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
Operación determinante

El retiro de la representación del gobierno de Tabasco del Comité de Operaciones de Obras Hidráulicas es una acción determinante de parte del gobernador Andrés Granier, en contra de la infamia que la Federación ha constituido hacia al estado en los últimos tres años, 10 meses, seis días. Esta es una decisión contundente que deslinda de responsabilidades a El Químico y evidencia la falta de disposición de Conagua y CFE para tomar decisiones a favor de salvar a la planicie de tanta inundación.

Desde el inicio de la administración las cosas han sido difíciles para el jefe del Ejecutivo local en turno, y sin el respaldo del Presidente Felipe Calderón podríamos decir que han sido peores.

Algunos significativos sucesos desde el arranque del gobierno granierista fueron, por ejemplo, el del 23 de enero de 2007, cuando se registró la explosión de un ducto de Pemex que obligó a desalojar a unos 400 habitantes de Plátano y Cacao del municipio de Centro. Así se estrenó su administración.

Luego, entre otras cosas, vino una reducción presupuestaria de alrededor de 2 mil millones de pesos, de parte de la Federación, que afectó el programa de obras sociales. Seguidamente, el 28 de octubre de ese mismo año, Tabasco vivió la peor inundación de toda su historia, con el registro de una pérdida económica, según datos de la Cepal, superior a los 31 mil millones de pesos.

A partir de ahí la desgracia no ha cedido. En 2008 la historia se repitió con otra inundación en la zona de Los Ríos, y los habitantes de la entidad siguieron en espera de que el Presidente cumpliera su palabra de inyectar 7 mil millones de pesos para la reconstrucción de Tabasco, a pesar de las famosas frases calderonistas de "reconstruiremos Tabasco, cueste lo que cueste" o "estamos con usted, gobernador; estamos todos con Tabasco", pronunciadas durante la quinta reunión de evaluación de la emergencia hidrometeorológica.

A falta de recursos el mandatario estatal tuvo que recurrir a un endeudamiento de 4 mil 500 millones de pesos.

En 2009 las cosas no variaron mucho, pues a los efectos de la pérdida patrimonial de los dos años anteriores se sumó el descalabro provocado por otra inundación, la cual afectó terriblemente la zona de La Chontalpa.

Hasta ahí, las mermas ya alcanzaban la increíble suma de 40 mil millones de pesos y las obras del Plan Hídrico Integral, para las cuales el Presidente habría destinado 9 mil millones de pesos, brillaban por su ausencia.

En 2010, usted, abatido y endeudado lector, conoce mejor que nadie los problemas. Este año empezó con serios problemas financieros por todo lo antes descrito y la crisis económica mundial que hizo su aparición.

La administración granierista tuvo que eliminar el programa "Te da más" que apoyaba con 500 pesos mensuales a miles de adultos mayores, mujeres solas y minusválidos. Se tuvo que recurrir, además, a la desaparición del bono de fatiga de todos los trabajadores de gobierno, desde el más encumbrado secretario hasta el más modesto ordenanza; se adelgazó la matrícula de empleados y se eliminaron dependencias completas; se incrementaron impuestos y se redujeron gastos en diferentes rubros.

Estamos de acuerdo en que no ha sido fácil para Andrés Granier gobernar el estado en esas condiciones, pues ha tenido que superar muchas adversidades para llegar a casi cuatro años en la administración estatal. Entonces no es justo (y aquí regreso al tema original) que la Federación, se ensañen con el jefe del Ejecutivo local, presumo que por intereses políticos y de partido.

¿Cómo es esto? Pues muy sencillo. La Federación ahorca al estado económicamente, no ejerce las obras prioritarias del Plan Hídrico a tiempo y corrompe la asignación de las mismas. Los tabasqueños se inconforman y exigen a su gobernante que responda, pero éste no puede contestar porque no es el responsable ni de las edificaciones ni mucho menos de ejercer esos dineros. Su imagen se deteriora, y, entonces, el Partido Acción Nacional (PAN), de donde fue extraído Felipe Calderón, empieza a crecer en la entidad a través de programas ejecutados por dependencias federales.

Siguiente punto. Andrés Granier forma parte del Comité Regional de Operación de Obras Hidráulicas, pero su voz representa un grito en el desierto. Resulta que en el momento más álgido de la reciente inundación pidió que no se abrieran las compuertas de las presas del Alto Grijalva para que no inundaran más a los habitantes de Tabasco, pero Conagua y CFE dijeron que era necesario desfogar hasta dos mil 500 metros cúbicos de los embalses y el gobernador tuvo que aguantarse.

Al detenerse las lluvias el jefe del Ejecutivo pidió que se continuara el desalojo de aguas de la presa Peñitas para efecto de contar con suficiente espacio en los embalses, en prevención a lo que pueda generarse en los meses de noviembre y diciembre por frentes fríos y huracanes que todavía faltan ¿y que creen? Se le negó tal garantía haciendo quedar mal nuevamente al mandatario con su pueblo.

Por si fuera poco, Granier Melo solicitó, en el seno de ese Comité, que no se retirara todavía la costalera que se colocó como refuerzo de los muros de contención y que costó cientos de millones de pesos, pero Conagua hizo nuevamente lo contrario porque sabe que con el peso de los costales y la disminución del nivel de los ríos se van a derrumbar los bordos, pues para muestra ya existen ocho colapsados.

Entonces, dicho sea con todo respeto, si no sirve de nada la representación de Tabasco en ese organismo interinstitucional, y si la Ley de Aguas Nacionales faculta a Conagua a tomar decisiones unilaterales, pues lo mejor es que Tabasco se reitere y así no legitima con su presencia las desgracias que en el futuro inmediato puedan sumarse a las ya causadas a los tabasqueños durante cuatro años.

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