domingo, 24 de octubre de 2010

Xalapa: Miles veneran a San Rafael Guízar / Oct 24

Miles veneran a San Rafael Guízar en su onomástico
Entre flores, oraciones y lágrimas miles de fieles desfilaron por la tumba de San Rafael Guízar y Valencia para agradecerle sus milagros.
Desfilan los feligreses por la tumba del Santo
Publicado por el Diario de Xalapa
24 de octubre de 2010
Celia Gayosso

Xalapa, Veracruz.- Entre flores, oraciones y lágrimas cientos de peregrinos y fieles desfilaron por la tumba de San Rafael Guízar y Valencia para agradecerle sus milagros y pedirle salud, trabajo y paz, en la víspera de la celebración por su nacimiento.

Previo al día de San Rafael, cuando la Iglesia católica y la catedral xalapeña conmemoran un aniversario más de su nacimiento, niños vestidos como el santo le fueron presentados para agradecerle la salud que les devolvieron, así como porque los protegió durante su gestación al registrar la madre un embarazo de alto riesgo.

Niños y niñas que se preparan para hacer su confirmación o primera comunión, portando estandartes con la imagen de monseñor Guízar y Valencia, desfilaron por las calles para llegar a la catedral y rendir tributo a la memoria de San Rafael.

En la víspera de la conmemoración, que se haría con mañanitas y peregrinaciones procedentes de diversas iglesias, fieles xalapeños, así como procesiones enteras provenientes de Xico, Teocelo, Coatepec, San Andrés Tlalnelhuayocan, Naolinco, Jilotepec, Tuxpan, Distrito Federal, El Seco y Oriental, Puebla, entre otros, desfilaron lentamente debido a que muchos de ellos lo hacían de rodillas y se asían a las rejillas de la tumba, donde rezaron e imploraron alivio para sus necesidades.

Con el rostro lloroso, compungido, los ojos cerrados y los labios apenas moviéndose pronunciaban oraciones y rezos apenas audibles, en los que pedían favores para ellos o para algún familiar.

La fiesta católica y el júbilo por el santo veracruzano se prolongó durante toda la noche y luego de cantarle las mañanitas, a las cero horas, se recibieron las peregrinaciones de esta ciudad, Coatepec, Xico, con las misas de recepción cada hora desde las 12 de la noche hasta las 20 horas de hoy.

A las 4 horas, con la celebración eucarística a cargo del padre Javier Santiago, se bendijeron los arcos florales procedentes de Teocelo y Piedra Parada y se colocaron en las puertas principales de la Catedral.

Julia Grajales, quien viajó desde Aca-tlán, Veracruz, para traer a su hijo Cristóbal Emir Hernández, quien cumplirá seis años en diciembre próximo, recordó que su embarazo fue de alto riesgo porque ya tenía 43 años y la opinión tanto de los médicos como de sus amistades eran en el sentido de que el niño no se lograría.

En esas condiciones recordó que la embargó una gran tristeza, por lo que vino a ver al santo y le pidió que intercediera ante Dios para que el niño viviera.

Abundó que le prometió que si éste sobrevivía se lo llevaría cada día de San Rafael vestido como él para agradecerle y "por eso es que estamos aquí", dijo con lágrimas en los ojos.

Cristóbal Emir Hernández, por su parte, indicó que San Rafael es su "papá-padrino", por lo que siempre lleva puesto un escapulario con su imagen para que lo proteja.

José Luis Morales, padre de Luis Arturo, señaló que decidieron vestir a su bebé como el santo porque cuando nació prematuramente y tener que pasar un mes en la incubadora, los médicos les daban muy pocas esperanzas de que sobreviviera, pero "San Rafael siempre estuvo con él y con nosotros. A él lo fortaleció y a nosotros nunca nos abandonó y por eso se lo traemos para agradecerle todo lo que hizo por nosotros".

Así como ellos, decenas y decenas de familias, mujeres, niños, ancianos y enfermos asistieron a cantarle, rezarle y a pedirle a través de las limpias con veladoras, que luego encendieron y pusieron en su tumba, que los aliviara de sus penas y dolores.

Desde una solitaria rosa hasta bellos y coloridos ramos y arreglos florales fueron depositados en la tumba de monseñor, donde los fieles se contentaban con tocarla y santiguarse, así como pasarle una flor para luego con esta limpiar a niños y ancianos. La pasaban suavemente sobre la cabeza, la cara, espalda, vientre y piernas, poniendo especial énfasis en la zona enferma como ojos, corazón y vientre en el caso de mujeres embarazadas, como si la flor fuera la mano de monseñor, a quien le imploraban alivio, paz y trabajo, entre otras peticiones.

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