miércoles, 27 de octubre de 2010

Visión Citadina: Andrés Llanos Córdova / Columna / Oct 27

(Publicado en Telerreportaje)

¿SE ACABÓ EL JUEGO?

Todo comenzó durante la campaña electoral 2009, donde se ofrecía que los adultos mayores y madres solteras que se anotaran en las listas de apoyo al candidato tricolor, recibirían beneficios económicos de los programas estatales, cuando éste ganara la contienda y se convirtiera en gobernador. Algunos críticos consideran estas prácticas, como compra anticipada de votos. Así fueron las cosas, más a la mitad del camino, los apoyos fueron suspendidos.

Durante la “luna de miel” se regalaban carros, bicicletas y un sinfín de cosas auspiciadas por el nuevo gobernante; se suponía entonces que las arcas públicas estaban repletas de dinero. Todavía en la pasada feria 2010, se regalaban bicicletas, a diestra y siniestra, tan solo por mencionar el nombre, en concursos tan fáciles como la tabla del cero. Daba la apariencia de que querían desaparecer el cargamento de bicicletas embodegadas, las cuales son utilizadas con diferentes propósitos.

Después se conocieron los abultados sueldos de funcionarios de primer nivel (ni que fueran medicinas), sueldos que sobrepasaban los cien mil pesos, llegando incluso a los 200 mil. Más tarde vendría el escándalo de los “bonos de fatiga”, un abuso mayor a los recursos públicos de Tabasco.

Por si esto fuera poco, diversos casos de corrupción, donde los involucrados son funcionarios estatales, ha conocido la sociedad a lo largo de cuatro años. Donde por cierto la respuesta del gobierno local tiene mucho de complicidad, impunidad e injusticia para los tabasqueños.

Las inundaciones dieron a conocer la cara de la desgracia de la entidad, en todo el mundo. Pero el desastre mayor no es causa de la naturaleza, sino de interminables administraciones corruptas, que han dado a Tabasco un rostro de pobreza y marginación, a pesar de su riqueza petrolera.

Ni siquiera la apabullante campaña de la transformación, ha logrado convencer a los ciudadanos de apoyar a su gobierno, porque en cada acción oficial, prevalece la sospecha, es decir que el gobierno del estado carece de credibilidad y por tanto de legitimidad ante el pueblo que lo erigió en autoridad.

Todavía hace unos días se supo del caso de las despensas del FONDEN, ocultas en el fraccionamiento POMOCA,(¿una casualidad?); recursos enviados por la federación como apoyo para los damnificados de las inundaciones. Cuantos actos más de deshonestidad veremos en los dos años restantes del gobierno granierista. Sería acaso temerario preguntar si ya ¿se acabó el juego?. O es que lo peor aún está por venir, en un sexenio que bien podríamos llamar de Hidalgo.

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