jueves, 28 de octubre de 2010

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Oct 28

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

¿Este es el país que queríamos?

Es triste. Es preocupante. Es alarmante. ¡Es vergonzante e indignante!.

No podría serlo menos.

Tres informes internacionales --“castigan” a nuestro país, cabecea El Universal-- a México al ponerlo en el escenario mundial entre los países “más corruptos”, “menos democráticos” y de “mayor caída en el índice de prosperidad”.

Transparencia Internacional, Consultora Política y el Instituto Legatum del Reino Unido, cada uno por separado, califican a nuestro país dentro de esos parámetros.

México es ahora “más corrupto”, “menos democrático” y con menor prosperidad que antes, tantos así que en uno y otro tema ha caído significativamente, hasta superar a otros países que estuvieran detrás de él.

Triste, preocupante, alarmante. Desde luego que vergonzante e indignante que los mexicanos cada vez tengamos un país peor, y no uno mejor, como sería de esperarse. En corrupción --o en honestidad--, en democracia y en prosperidad estamos en caída libre, según esos indicadores.

Deberíamos de avergonzarnos por ello, y por supuesto hacer algo. Nosotros, los mexicanos, desde luego, y también nuestras autoridades; la sociedad mexicana misma. Sin embargo de poco podremos ufanarnos.

La lucha contra la corrupción --que alguna vez se diera, aunque resultara ser más retórica que real-- la estamos perdiendo en el día a día: nuestras autoridades y nosotros mismos, los ciudadanos, cada vez nos involucramos más en ella y la combatimos menos. Hoy, como se dice, cualquiera que quiera avanzar transa con la mano en la cintura.

Los ideales democráticos se han ido perdiendo poco a poco. Los partidos políticos, con su antidemocracia interna, el propio sistema político que ha caído en lo meramente electorero y que usa de los dineros públicos para comprar votos y hacerse del poder o mantenerse en él, el ciudadano que se ha dejado cooptar por una despensa o por unos cuantos pesos, han hecho que nuestra ya de por sí incipiente democracia en lugar de fortalecerse se debilite.

No solamente no somos un país más próspero que antes --cuando inclusive se hablaba del cuerno de la abundancia sino que la mayor parte de la población mexicana ha perdido toda esperanza de prosperidad y hoy vive en trágicas condiciones de pobreza o de miseria.

Ese es el México que tenemos hoy en día. Con alta corrupción (gubernamental y social), con democracia declinante y con una prosperidad en la que es imposible soñar siquiera. Mucho tienen que ver con ello los malos gobiernos que por años y años hemos tenido en el país (en los estados y en los municipios) pero también los ciudadanos nosotros mismos, que no hemos sido capaces de darnos --y de heredarles a nuestros hijos-- una nación que debimos construir (y que más bien pareceríamos haber destruido o permitido que otros destruyeran).

fcoperalta42@hotmail.com

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