lunes, 25 de octubre de 2010

Opinión: Dolores Gutiérrez Zurita / Oct 25

(Publicado en el Noticiero de Tabasco Hoy Radio)

Don Rumores

Ayer domingo me tomé un café con Don Rumores, un personaje muy especial . Don Rumores tenía ganas de hablar. Me ubicó gracias al Facebook. Hicimos una cita y me sintetizó su vida en los últimos cuatro años.

Don Rumores me autorizó a comentarles que Granier ha tenido en él, a uno más de sus Secretarios de Estado. Fue él quien le aconsejó que designara al yerno de su comadre Elena, la vende seguros, para que administrara los recursos económicos –por cierto nada despreciables- de la Secretaría de Salud y que a su comadrita consentida la otorgó además, contratos oficiales.

Don Rumores me dijo que también fue él, quien le hizo ver al Químico la conveniencia de asegurar el porvenir de otras de sus comadres más queridas: las Navarro Cárdenas, entregándoles a ellas la cultura y las artesanías, al hijo de una, la imagen oficial; al hijo de la otra, haciéndolo oreja, previo paseo educativo por prestigiosa universidad española; a la hija de una y al papá de ésta, abriéndoles espacios en la plantilla burocrática con sueldos muy por encima de sus capacidades intelectuales, total, eso que importa, “son como tu familia químico, le habría dicho Don Rumores”, al entonces hombre fuerte de La Quinta Grijalva.

Los chismosos de café amigos íntimos de Don Rumores que le acompañaron a nuestra cita, me confirmaron que su cuate, fue quien alentó a Granier a hacer de Fabi, el ejemplo vivo de la corrupción y el nepotismo, pero como se le pasó la mano a Don Rumores -les dije-, al muchacho ya pervertido hasta el tuétano, lo sacaron del Estado-dicen ellos-, por su seguridad; aunque en los mercados públicos, a los que suele acudir muy temprano, Don Rumores, afirma que al junior lo extraditaron por andar paseando con miles de paquetes de dinero en efectivo,

Orgulloso, Don Rumores me dijo que ha hecho de las cuatro inundaciones su modus operandis: el fue quien inventó que Pancho, -venido a menos en su riqueza familiar- y yerno del habitante de la Quinta, encontró en los costales una de las tantas vetas económicas de las que en la actualidad disfruta gracias a su maridaje.

Don Rumores es el autor intelectual de las frases célebres más expresadas en los tiempos de las emergencias: “viene lo peor”, “no permitiré que nos vuelvan a inundar”, “hay que desalojar de inmediato” y la mejor de ellas: “aquí no hay muertos”.

Ya entrada en confianza le pregunté a Don Rumores porque le cae tan mal un colega suyo de nombre Héctor, dicen que es constructor y que sabe de obras ...cómo lo ha calumniado: que si tiene infinidad de constructoras a las que beneficia con la asignación de obra pública estatal; que si se construyó una residencia, de pésimo gusto, pero eso sí, señora casa gracias a la generosidad de varios empresarios del ramo, quienes dadivosos le regalaron para su hogar el material necesario. Don Rumores dice que hasta un elevador tiene la casita, ¿acaso será un palafito?, Don Rumores tuvo que aceptar que con este Héctor, sí que ha topado con pared, porque quien sabe cuanto le sabrá a su jefe, quien a nadie cree que su colaborador es un funcionario deshonesto y transa.

Eso sí, Don Rumores se había cuidado de no meterse con el Márquez, algunos le dicen Príncipe, primero porque tiene un genio ¡te-rri-ble!, pero llama la atención de que en las últimas semanas, Don Rumores ¡le perdió el miedo!: que si estaba hasta la coronilla de que los chamacos, esos a quienes les apodan los “químicamente puros”, se estuvieran metiendo con él, empedrándole el camino rumbo a su máximo sueño: continuar 6 años gobernando Tabasco. ¡¿cómo se atreven, que ni de la realeza choca son!? -habría expresado furioso el exitoso príncipe-, siendo tal su hartazgo, que envió a su avanzada primero, a despotricar del compadre; luego, él mismo estelarizó el numerito de cesar a uno de sus empleados con tal de desmarcarse del desprestigio que carga el gobierno de su compa.

Para finalizar nuestro encuentro Don Rumores reconoció que fue silenciado por dos reporteros del Distrito Federal quienes en sus columnas dieron cuenta del millonario robo que sufrió en su patrimonio personal el gobernador Granier allá en su casa de la capital. Los reporteros, chismosos como pocos, escribieron que fueron millones de pesos en efectivo y que se optó por no denunciar, porque como justificarían tal millonada en efectivo?

Vaya que sí le ganaron –comenté a Don Rumores-, él me argumentaba que si fuese cierta tal versión, con seguridad el afectado lo hubiese compartido con su gente, con su pueblo, con el hubiera llorado su desgracia, ¿cómo que robarle a él, que defiende a Tabasco como pocos,? ¿acaso los ladrones no sabían del sacrificio heroico que hace desde hace 4 años?, ¡ni la virgen de Guadalupe absolverá a los ladrones! me expresó Don Rumores, arrugado y flaco por la derrota recetada, aunque antes de despedirnos me prometió que pronto recuperará fuerzas para seguir haciendo de las suyas.

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