TABASCO POLÍTICO
José Luis Gutiérrez Gutiérrez
“PERRO QUE COME HUEVO, AUNQUE LE QUEMEN EL HOCICO”
La exgobernadora tlaxcalteca y actual coordinadora de la 3ª Circunscripción de la campaña de José Antonio Meade Kuribreña, Beatriz Paredes Rangel, tiene razón en sorprenderse por la vileza del senador Humberto Domingo Mayans Canabal, pues no conoce a fondo su vergonzosa biografía política.
A nivel local el apoyo del Marqués (como atinadamente lo bautizó el extinto dirigente cenecistaHéctor Arguello López en el trienio del exmandatario Manuel Gurría Ordóñez cuando el senador presidió el PRI estatal) a Andrés Manuel López Obrador y a su cuñado Adán Augusto López Hernándezliteralmente no causó ninguna sorpresa, era “bola cantada” como se dice en la jerga beisbolera.
Es del dominio público que Humberto Domingo Mayans Canabal es el traidor por excelencia. Es su naturaleza y contra ella no se puede hacer absolutamente nada.
No es la primera ni la segunda ni la tercera vez que lo hace…ni la última con toda seguridad.
Después de todo es el sello característico de la casa de los Mayans, ya que su hermanito Fernando Enrique sigue velozmente sus mismos pasos.
Traicionó a Manuel Gurría Ordóñez, traicionó a Roberto Madrazo Pintado, traicionó a Raúl Ojeda Zubieta, traicionó a su “amigo” y “hermano” Andrés Rafael Granier Melo, con quien no ha tenido ni la decencia de visitarlo a la cárcel ni de una llamada por teléfono cuando como encargado de la política interna es uno de los principales responsables no solo de la quiebra económica del Estado de Tabasco, sino de la debacle priista de 2012, al convencer a su compadre de reformar la Constitución tabasqueña para homologar la elección estatal con la federal.
A quien, por cierto, el popular Químico no quiere ver ni en pintura, ni que se lo mencionen. ¡Vaya!, ni de vacilón. Es muchísimo el daño que le provocó desde la secretaría de Gobierno, y no nada más a él, sino a toda la entidad.
Para fortuna del PRI, el todavía senador es de los priistas que no entra en la máxima “reyesheroliana” de los políticos que suman y multiplican, sino de los que encajan a la perfección en la caterva de los vivales y oportunistas que dividen y restan.
Y este es precisamente, Humberto Domingo Mayans Canabal.
Un político que será reconocido en la historia más por sus deslealtades que por sus actos de congruencia política.
Es es el legajo que deja a las futuras generaciones.
Como bien dice el refrán: Perro que come huevo, aunque le quemen el hocico.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
El candidato de Morena a la alcaldía de Centro, Evaristo Hernández Cruz, ha cometido cuatro errores -sin necesidad alguna- que pueden revertírsele el próximo domingo.
El haber dejado en dos ocasiones plantados en la radio a sus pares a la presidencia municipal para debatir no fue la mejor decisión, ni políticamente la más correcta.
Como tampoco el silencio sospechoso que guardó en el escandaloso y espinoso caso de la “Casa Blanca” choca. Y el más grave es -desde mi modesto punto de vista- su alianza política con un expresidiario y corrupto sujeto como lo es José Ramón Díaz Uribe.
Éste y el de la Casa Blanca me parecen los más peligroso, los más delicados. No solo por las suspicacias que levanta cada uno, sino capitalmente porque pone en duda los resultados de las encuestas que lo colocan en casa del carajo como decimos coloquialmente.
Digo…si vas 20 o 30 puntos dígitos arriba de tus contrincantes -como él asegura- entonces para qué chingaos te expone públicamente de esa pendeja y estúpida manera.
Habría ganado más si hubiera acudido a los dos debates.
Definitivamente, creo que se equivocó de estrategia política y mediática.
Y el 1 de julio va a conocerse con precisión el costo real de estas cuatro equivocaciones que fueron del desagrado de propios y extraños.
Si realmente llevas esa ventaja, pues simple y sencillamente no va a pasar nada, pero si es puro jarabe de perico, como muchos creen, cuidado, pueden ser letales.
En fin, ya estamos cerca del desenlace.
Ahora sí, que a la vuelta de la esquina.
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