(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
* erwinmacario@hotmail.com
Los abusos de Tránsito
ARTÍCULO 70.- Las sanciones previstas en esta Ley y su reglamento, son de observancia general y obligatoria para todos los ciudadanos del Estado (SIC) y las autoridades Estatal y Municipales en la materia. Ley General de Tránsito y Vialidad del Estado de Tabasco.
La cabeza no tiene desperdicio: Caza PEC a turistas en cruceros. Una realidad que lastima a Tabasco. ¿Qué lugar ocuparemos en recibir así a los que nos visitan y que son nuestros mejores propagandistas?
Debemos estar entre los primeros. Otro orgullo tabasqueño.
La noticia, ayer domingo, es clarísima: “Elementos de la Policía Estatal de Caminos estarían aprovechándose con la llegada de turistas, y es que actualmente es constante ver que los agentes se colocan en puntos estratégicos para detener vehículos con placas de otras entidades y pedirle (SIC) la clásica mordida”.
Y pensar que ni siquiera es negocio del director de esa corporación, como antes sucedía: parte de las mordidas, de las cuotas fijadas a los agentes, iban a las manos del jefe.
Ahora dicen que Chavo Suárez no ve llegar esas entradas. Que la mafia incrustada en Tránsito opera sin que ningún Chavo Suárez pueda (o quiera) frenarla. Y debe ser cierto, aunque no meto las manos al fuego por mi paisano, de quien sí reconozco, y lo he dicho, su dureza para conceder favores permisibles a sus propios amigos. Pero eso no basta en una corporación corrompida desde hace muchísimo tiempo. Antes que Chavo fuera el jefe por primera vez, en el gobierno de Chavo Neme.
A diferencia de otras entidades, en Tabasco no sólo dejamos de atender a los visitantes por parte de la oficina de Turismo, sino que los atracamos con este tipo de acciones.
Quienes deciden visitar esta entidad del sureste en vacaciones por Semana Santa tienen, así, un calvario propio. En vez de los módulos turísticos, en donde les orienten, encuentran los cruceros de caza en los que los agentes de Tránsito hacen su trabajo.
Esto, mientras el jefe de la corporación “personalmente en persona” vigila los operativos que por estas fechas se implementan en las rutas de las playas y otros sitios de mayor asistencia de visitantes. Pero la ciudad queda como coto de caza para los que se quedan a “servir”.
El asunto, todo indica, es difícil de resolver. O al menos no es Chavo Suárez el que pueda resolverlo.
Uno no se explica cómo le hacen en otras ciudades en las que no únicamente no están los agentes a la caza de manejadores de fuera sino que, por lo contrario, ofrecen una atención a los turistas que ya la quisiéramos los tabasqueños para un domingo o fiesta de guardar.
¿Estarán mejor pagados esos empleados? ¿No les exigen cuotas por cruceros o sitios donde operan? ¿Tienen mayor autoridad los jefes de esas corporaciones y pueden castigarlos e incluso despedirlos en caso de atropellos a los conductores? ¿Las multas o infracciones por delitos o faltas de tránsito no les interesa a esas administraciones gubernamentales?
Una cosa sí es segura. Esas ciudades tienen en el turismo un ingreso que les hace respetar a los visitantes, atenderles, servirles.
Cuando eso no sucede, como por desgracia pasa en Tabasco, las calles son propiedad de la autoridad que viaja en patrulla o motocicleta. Las oficinas de Turismo sirven, como es el caso de estos días, sólo para organizar y cobrar la fiesta mayor del pueblo, su exposición.
La asistencia a ese evento está asegurada por la tradición. Los abusos de los agentes de Tránsito no importan. Los transportistas de pasajeros también pueden hacer de las suyas. Ambos se entienden.
¿Qué pasaría si Turismo implementara una campaña no sólo para orientar a los turistas sino para que nuestros visitantes expusieran —al menos— los atropellos que sufren por parte de los agentes de Tránsito en tiempos de asueto?
No digo que esto haría que se metiera, ya, de inmediato, orden en casa, pero sí se documentarían los abusos para que alguien con más fuerza, un día, pudiera corregir este tan importante renglón de la administración pública pues no debe olvidarse que el agente de Tránsito y de la Policía es la primer cara del gobierno que ven los ciudadanos que nos visitan.
Las denuncias contra malos agentes de la corporación vial se documentan muchas veces con fotografías en los periódicos, pero no son suficientes para que al menos se les castigue con detención o quitándoles los cruceros más importantes para las mordidas, mandándolos a cuidar las entradas y salidas en las escuelas de la ciudad.
Otra cosa: no crea usted que los agentes de Tránsito detienen a cualquier vehículo con placa foránea. No son tontos. Se fijan que en estos viajen familias, para evitar —precaución que no está por demás— encontrarse con alguien que los ponga en su lugar.
Ahora bien, mientras documento el reglamento respectivo a la ley, que alguien me explique ¿por qué las sanciones, según el epígrafe de este día, sólo son para los ciudadanos de Tabasco? ¿Por eso muerden a los de paso? Chi lo sa.
LADO CLARO
Tabasco no debe seguir presentando a la nación el rostro del abuso y la corrupción que es pan cotidiano de los agentes de Tránsito. Digo.
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