(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
¿Qué significa una Plaza de Armas?
Hoy viernes, que supongo aprovechará usted para irse a su rancho, casa de playa o –simplemente- al primer antro que encuentre, le hablaré de cuestiones definitivamente fútiles, inútiles, anodinas. Porque así como usted, la "solitaria" que todos llevamos dentro nos pide libar, emborracharnos, disiparnos, enviciarnos. ¡Jesucrito crucificado!, clamarán los Testigos de Jehová: "Pero que tipo tan puerco es el trinche Doblefilo". Quizá tengan razón, pero a mi edad es muy difícil cambiar de mañas. Es como querer cambiar el caballo a mitad del río en tiempo de crecientes. Tengo muchos temas de qué hablar, pero los viernes son un día sagrado para desperdiciarlos con "indejadas". Lo dejo entonces en paz, lector lectora. Fíjese que ayer una de mis hermanas leyó mis dos colaboraciones donde critico la tala de 35 arbolitos en lo que es Plaza de Armas de Villahermosa, con el fin de reproyectar tan necesario (¿?) espacio público. Mi hermana me pregunta que si su hermano de ella (yo) y servidor (de usted lector (a)) sabe el significado, o por qué se les llama a las "Plazas de armas" así. Obviamente, le respondí que no, que no sabía con exactitud tal descripción. Me sacó una teoría con la que estoy de acuerdo sólo en algunos aspectos y en otros francamente no. Dice que Plaza de Armas era el espacio público creado en algunos países como Grecia. Los grandes filósofos de esa nacionalidad acudían a esas plazas a las que convertían en gimnasios. Pero no era el gimnasio que usted está pensando con tipos "mamilas" levantando pesas y haciendo muecas frente a un espejo. No, a los gimnasios de Atenas acudían los filósofos para ejercitarse en el arte de la ciencia, la cultura y la discusión. Pero también "plaza" proviene del latín "platea", que significa espacio amplio dentro del centro de una población donde se realizan múltiples actividades cívicas, culturales, políticas, artísticas, comerciales o de recreación. Obviamente, el término "de armas" no cae todavía. Pero todo indica que allá "mesmo", en las "Uropas", las plazas de villas y ciudades servían para armar caballeros y –ademásse velaban armas, que no es otra cosa que pulirlas y dejarlas listas para las clásicas madrizas que los ejércitos de entonces se pegaban. En la Plaza de mi pueblo, hoy luciendo todos los verdes de la naturaleza, porque contrario de los tabasqueños que odian los árboles y todo lo verde (quizá con la sola excepción de la "cannabis"), allá amamos lo verde, todavía alcancé a conocer seis imponentes ceibas que en la revolución de 1910 sirvieron para colgar a rebeldes o-simplemente- a los enemigos de los caciques, que después de tres o cuatro meses sólo eran tristes despojos bajo los cuales pasaban las beatas a misa persignándose ante ellos.Hoy, las plazas se llaman "de armas" porque la voz popular, el pueblo, las cita así sólo por costumbre. Ojalá le haya servido –lector lectora- la anterior información. Nos procuramos mañana, DM…
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.