viernes, 4 de marzo de 2011

Cayuco: Enrique Muñoz González / Columna / Mar 04

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)

Credibilidad en tiempos de crisis

"La credibilidad es como
la virginidad, una vez que
se pierde ya no se recupera."
Mark Twain

cayuco7@hotmail.com
enriquemunoz@rumbonuevo.com.mx

Durante los últimos 15 días he tratado de encontrar cuál puede ser el ofrecimiento de un político que aspira a obtener el voto de la ciudadanía, sobre todo, tratando de entender que la mayoría en Tabasco es gente joven, y los de mediana edad vienen muy resentidos con los políticos.

Déjenme decirles que una de las cosas que más rechazan los jóvenes es la política, sin conocer y sin saber, traen a flor de labios la descalificación del político, y si éste está en un cargo de gobierno, mucho peor, pues la percepción es que son mentirosos y corruptos.

Si el joven que piensa de esta forma fue a estudiar a la universidad, de pronto se convierte en el líder natural del hogar, su opinión cuenta sobre la del abuelo, la de los tíos y hasta la de los propios padres, pues es el profesionista o está a punto de serlo, y para eso lo mandaron a estudiar, por lo tanto, sus comentarios influyen sobre ellos.

Ahora bien, si nos vamos a los ya famosos jóvenes generación “Ni-ni”, los que ni estudian ni trabajan, y son miles, y que en su mayoría se la pasan en las redes sociales, pues tantito peor, pues estos culpan al gobierno de todos sus males y la carga de culpabilidad está en los hombros de los políticos.

Por ello es que día a día es más difícil hacer campaña. Lo del voto casa por casa ha llegado a su tope, muchos ciudadanos, cuando saben que va a pasar el político en turno a sus hogares, cierran las puertas; prefieren salir a comprar a la tienda más cercana, o de plano le gritan que es un mentiroso.

En este caso se trata de políticos que ya pasaron por esos hogares prometiendo las perlas de la virgen y no cumplieron. ¿Cómo volverles a creer? El político compromete todo con tal de ganar, y ahí es donde le crece la piel dura y resbaladiza, ya no regresa a dar explicaciones y no recibe a nadie.

El político, de manera irresponsable, compromete un presupuesto que desconoce. Muchas veces cuando es novato no sabe ni qué es una normatividad, no tiene idea de cuáles son los gastos de inversión ni qué es el gasto corriente, por una sencilla razón, son una minoría los que estudian y se preparan para ser políticos.

La carrera política es la única que no requiere estudios, y es la más redituable. Desde luego, quien tiene estudios y facilidad de palabra, puede ser una verdadera luciérnaga en medio de la obscuridad, pero de igual manera, el poder es otra enfermedad, la cual es peligrosa si no se sabe absorber.

Dice por ahí un dicho que “el poder atonta a los inteligentes y a los tontos los vuelve locos”, y es algo comprobado; pero bueno, hay una serie de estrategias las cuales antes daban resultados, ahora, en los tiempos actuales, nadie gana solo, todos se necesitan porque los liderazgos son débiles, vienen a la baja por la falta de credibilidad.

La credibilidad se define como tener la cualidad de ser creíble o parecer verdadero. Es importante para cualquier líder, ya que las personas están más dispuestas a seguir a alguien si pueden creer lo que esa persona dice y hace. Se debe recordar que hay una gran diferencia entre la dirección y el liderazgo.

El político debe descubrirse a sí mismo, debe apreciar a las personas o cuando menos esa percepción debe dar; debe compartir y afirmar los valores, mostrar capacidad, convencer que ha servido a un propósito y que puede seguir siendo útil, pero lo más importante es sostener la esperanza de un pueblo.

Ahora bien, la política no se va a terminar porque odien a los políticos y no los quieran, siempre habrá quien se quiera "sacrificar" por un cargo administrativo o un cargo de elección popular, el problema es que si no mejoramos a la llamada clase política, los resultados serán nefastos y fatales.

La Piragua


Aristóteles y Santo Tomás de Aquino coincidían al señalar que el hombre es un animal político y social, pero de igual manera, en los momentos de ejercer el poder dado por el pueblo, o el cargo administrativo otorgado por el gobierno electo, habrá que ver tiempo y circunstancia.

Para ser político no se tiene edad, pues en mi carrera de 16 años como burócrata, y 22 como periodista, he podido observar que hay jóvenes de 50 y 40 años, así como viejos de 20 y 30; no se trata de la cuantificación de la edad, es la mentalidad, el cómo se dé el cronometraje de la vida, ahí radica el secreto. Quien tenga mayor credibilidad, es quien se va agenciar la mayoría de los llamados votos volátiles, esos que no tienen partido y que muchas veces ni les interesa votar.

Premio Nacional y Estatal de Periodismo. Conductor de TVT Noticias. Columnista del Diario de la Tarde y Rumbo Nuevo. Director del Semanario Razones. twitter@cayuco1957.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.