(Publicado en el Diario Presente)
Javier Sicilia y su visita a Tabasco
A finales de septiembre del año pasado conocí a Javier Sicilia, estuvo en La Galería del Jaguar Despertado para la presentación del libro de poesías “Filipinas, textos cercanos” del escritor y embajador de México en Filipinas Tomás Calvillo Unna. Una obra literaria fue producida en aquel país asiático, y en ella plasma el pensamiento de una nueva generación de poetas mexicanos. Precisamente Javier Sicilia se encontraba en Filipinas cuando se enteró de la muerte de su hijo. Una muerte más de esa cifra fría, vacía que en números analistas ubican entre 35 mil y 40 mil los muertos en lo que va del mandato de Felipe Calderón ¿Cuántos más faltan? Fue un 26 de septiembre de 2010, esa noche Ciprián Cabrera Jasso, moderador del evento, manifestó su emoción durante la presentación de la obra. A Javier Sicilia Zardain le tocó hacer una amplia remembranza de la vocación poética de Tomás Calvillo y de su producción literaria. Tuve la oportunidad de platicar con los tres poetas e intercambiar puntos de vista. Escribí una amplia columna sobre el tema el 28 de septiembre 2010 en La Agenda Setting. Javier Sicilia hablaba de recuperar el lenguaje de la infancia, de una poesía nutrida de la experiencia espiritual.
Habló del hombre de muchos rostros que se asoman en el horizonte poético. Aquel que mira al mundo como un sistema de signos; trabajando en el zócalo de su alma. Con el trabajo espiritual que lo nutre de la tradición mística. Ahí conocí al poeta. Esta semana en la revista Proceso, Javier Sicilia escribió una carta abierta a los políticos y a los criminales. Una misiva cruda, real, vívida sobre la muerte de su hijo Juan Francisco en Morelos. No quiso hablar de las virtudes de su hijo, ni de las de los otros muchachos que también murieron. Jóvenes -que dijolos vio al lado de su hijo, estudiar, jugar, amar, crecer, para servir, como tantos otros muchachos. No quiso tampoco hablar sobre el dolor de su familia y de la familia de cada uno de los muchachos destruidos. Porque como bien escribió: “para ese dolor no hay palabras, sólo la poesía puede acercarse un poco a él. Lo que hoy quiero decirles desde esas vidas mutiladas, desde ese dolor que carece de nombre porque es fruto de lo que no pertenece a la naturaleza –la muerte de un hijo es siempre antinatural y por ello carece de nombre: entonces no se es huérfano ni viudo, se es simple y dolorosamente nada–, desde esas vidas mutiladas, repito, desde ese sufrimiento, desde la indignación que esas muertes han provocado, es simplemente que estamos hasta la madre”.
Ayer una gran red ciudadana convocó a una unidad nacional ciudadana para romper el miedo y el aislamiento. Marchas se realizaron en distintas ciudades del país levantando la voz por tantos crímenes, por tantos inocentes caídos. Sólo me resta decir lo que rubricó su carta Javier Sicilia en su carta abierta: “recuerdo, en este sentido, unos versos de Bertolt Brecht cuando el horror del nazismo, es decir, el horror de la instalación del crimen en la vida cotidiana de una nación, se anunciaba: Un día vinieron por los negros y no dije nada; otro día vinieron por los judíos y no dije nada; un día llegaron por mí (o por un hijo mío) y no tuve nada que decir”. Hoy, después de tantos crímenes soportados, cuando el cuerpo destrozado de mi hijo y de sus amigos ha hecho movilizarse de nuevo a la ciudadanía y a los medios, debemos hablar con nuestros cuerpos, con nuestro caminar, con nuestro grito de indignación para que los versos de Brecht no se hagan una realidad en nuestro país. Además opino que hay que devolverle la dignidad a esta nación”. Así es Canito tienes razón, Gustavo Madero o es desmemoriado o se hace como el tío lolo. A penas la semana pasada diputados del PAN estuvieron reunidos con Felipe Calderón en Los Pinos y en horas hábiles. Ahora también demandará al presidente de la república. Es pregunta
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.