(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
La impunidad del miedo
En ciertas ocasiones, la blandura
es una auténtica fuente de graves
problemas. Mario Puzo / El Padrino
erwinmacario@hotmail.com
erwinmacario@rumbonuevo.com.mx
Los ex alcaldes Evaristo Hernández Cruz, del PRI, y Javier May Rodríguez, del PRD, pueden ir en expedientes de cuerdas separadas pero al mismo sitio: la cárcel.
Digo, si al congreso no le entra el miedo ante las amenazas de convertir a los dos en víctimas y que los usen como pretexto para la protesta callejera.
Sus cuentas públicas tienen problemas. Pero ambos recurren al blindaje que les da enfrentar al gobierno de Andrés Granier.
Sin embargo se sabe que las autoridades del fuero común pueden echarles el guante. Al menos dos o tres ex funcionarios del Ayuntamiento que presidió el trienio pasado Evaristo, en el municipio de Centro, ya tienen listo un expediente que en cualquier momento los puede llevar a la cárcel. Insisto si a las autoridades no se les dobla la piernas de miedo.
Muy fácil resulta robarse parte del erario y amenazar después con protestas y marchas. Uno de los integrantes del Ayuntamiento pasado, Pedro Gutiérrez Gutiérrez, acaba de dar muestra de lo que hay detrás de las cuentas reprobadas. En el caso del perredista Javier May dijo que encarcelarlo sería una imprudencia de parte del gobierno estatal porque es dirigente de un partido político de oposición. O sea.
A Evaristo lo defienden con otros argumentos.
Antes, la impunidad se adquiría con el fuero. Por eso están ahí en el Congreso de Tabasco varios que tuvieron el cinismo de aprobarse sus propias cuentas. Uno de ellos, Jesús Selván García es el principal defensor de Evaristo ante la reprobación de su cuenta 2007. Considera el diputado de Jalpa que es una venganza política del PRI.
El dictamen del Congreso tabasqueño es claro al respecto. La cuenta pública del 2007 de Evaristo Hernández Cruz, fue reprobada por la mayoría de los integrantes de la Tercera Comisión Inspectora de Hacienda y se ordenó al Órgano Superior de Fiscalización (a Francisco Rullán, léase) que inicie los procesos administrativos, resarcitorios y penales contra los funcionarios municipales que hicieron mal uso de los recursos públicos en el Ayuntamiento de la ciudad de Villahermosa.
No me pregunten si Evaristo cabildeó por su pellejo y dejarán dos o tres chivos expiatorios de su administración. Podría ser.
El dictamen reprobatorio que pasará al Pleno fue aprobado por 5 votos de los integrantes de la tercera Comisión Inspectora de Hacienda: del PRI, Elda María Llergo Asmitia, Alfonso Izquierdo Bustamante, Oscar Castillo Moha y Aurora Piñera Fernández; del PRD, Christian Salvador. Selván no votó en contra de su líder estatal perredista.
El diputado Chucho Selván, está a salvo en el Congreso. Hasta se porta zalamero con el PRI, que junto con otros partidos que no han tenido manejo de dinero en los ayuntamientos tabasqueños, forman mayoría a la hora de calificar las cuentas. Votar, por ejemplo, a favor de la reelección de Francisco Rullán en el órgano encargado de revisar las cuentas públicas, ha sido otra forma de asegurar impunidad para quienes tienen cuentas pendientes y para sus alcaldes.
Lo de Javier May se maneja con pinzas. ¿Le tienen miedo por las amenazas de tomar la calle si pretenden encarcelarlo?
Por lo pronto en el pueblo hay dudas. El propio procurador de Justicia, Rafael González Lastra, tuvo que salir al paso de las quejas de May, que lloraba porque decía que ya andaban tras sus huesos. Hasta el momento, en la Procuraduría no hay ninguna orden de aprehensión contra el dirigente estatal del PRD.
Pero tiene que entenderse que ser dirigente de un partido no da inmunidad y mucho menos impunidad, a como pretende argumentar, en defensa del perredista, el priísta Pedro Gutiérrez, que busca curar en salud a su jefe de grupo político, Evaristo Hernández Cruz.
El Congreso de Tabasco no hace sino atender una resolución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación que ordenó a esa representación popular. Escrito está en este espacio periodístico: laq SCJN ordenó resarcir el procedimiento de debate y aprobación de la cuenta pública del Ayuntamiento de Centro correspondiente al primer año de ejercicio administrativo de Hernández Cruz.
El dictamen de aquella cuenta, en la legislatura pasada, había pasado en forma aprobatoria en la Comisión Inspectora respectiva, pero con el voto en contra de la diputada Amalín Yabur Elías.
Hubo controversia constitucional y la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó al actual Congreso resarcir el procedimiento, por lo que ahora serán los integrantes de la Tercera Comisión Inspectora de Hacienda, los que analizarán y resolverán, en diez días, dicha cuenta manchada.
Evaristo y sus cómplices, así como el grupo político en el que hace trabajos sucios él y su gente con miras a las elecciones estatales del año entrante, quieren tomar como pretexto para el escándalo, la provocación y el reto al propio gobierno de Granier, la descalificación de esa cuenta y la amenaza de que vaya parar a la cárcel. Lo del perredista May, su defensa, sería otra alianza inconfesable, espuria, diría el líder nacional del PRI.
Lado Claro
Con las cuentas de Evaristo Hernández Cruz (del PRI) y Javier May Rodríguez (del PRD), no está a prueba solamente el Congreso de Tabasco sino el propio sistema político. Ni las amenazas ni el chantaje deben torcer la vara de la justicia.
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