TABASCO POLÍTICO
José Luis Gutiérrez Gutiérrez
¡CAYÓ REDONDITA!
La diputada federal, Liliana Ivette Madrigal Méndez, fue a la guerra sin fusil, como dice el dicho. El pasado viernes, en conocidísimo programa de radio, el Fiscal General del Estado de Tabasco (FGET), Fernando Valenzuela Pernas, la hizo verse muy mal, pero muy mal, ante la opinión pública.
El secretario de Gobierno, Gustavo Rosario Torres, lisa y llanamente: dio la estocada final, la remató en el suelo.
Vio la coyuntura idónea y no la dejo pasar, no la perdonó, fiel a su costumbre. ¿A quién le dan pan que llore?
¡Cayó redondita! Pecó de inocente. No se puede venir a Tabasco a descalificar al gobierno en materia de feminicidio, ni en ningún otro rubro, sino se tiene “los pelos de la burra en las manos”. Las pruebas, pues.
Sus asesores debieron teórica y documentalmente darles los elementos necesarios no solo para descalificar, sino para defenderse de las respuestas de sus adversarios.
Ni modo que el gobierno iba a quedarse callado tras las acusaciones de irresponsables, ineficientes e ineficaces, y menos en un tema tan sensible y polémico como el susodicho.
En cuestión de minutos la hicieron trizas, sobre todo el Fiscal General que demostró estar bien enterado del asunto. Se vio argumentativamente por encima de la legisladora. Hasta me pareció que la estaba esperando, y es que se mostró sobrado, pasado de conocimientos.
La empequeñeció, la eclipsó, la desnudó. Gustavo Rosario Torres no hizo más que rematarla, pues ya estaba agonizando.
Simple y sencillamente la también aspirante a la alcaldía de Centro no se preparó a conciencia. Pasó por alto, que venía a terreno hostil y, por ende, sus señalamientos iban a ser severamente respondidos, como sucedió, como tenía que ser.
Lo que nunca se imaginó Fernando Valenzuela Pernas es que iba a encontrarse un flan de contrincante, tal y como le sucedió a Gerardo Gaudiano Rovirosa cuando Manlio Fabio Beltrones Rivera la impuso como candidata a modo a la alcaldía de Centro, con los penosos resultados electorales que todos conocen.
Liliana Ivette Madrigal Méndez volvió a hacer el ridículo de su vida.
Desde luego que lo ocurrido no es para suicidarse, ni para retirarse del quehacer político nacional y estatal, al contrario, debe servirle de lección y motivación, para no repetir el grave error que cometió a causa de su excesivo protagonismo.
Después de todo, la representante popular federal, “ya no se cuece al primer hervor”.
Es tiempo de que políticamente madure, y mientras más rápido lo haga mucho mejor para ella y sus seguidores.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Si yo fuera Adán Augusto López Hernández no me preocuparía tanto del alcalde Javier May Rodríguez, pero deEvaristo Hernández Cruz…sí.
A diferencia de edil comalcalquense, el ex presidente municipal de la capital tabasqueña es un político conocido a todo lo largo y ancho del territorio tabasqueño, y duro de roer y más terco que una mula.
Podrá tener todos los defectos de mundo, pero es taimado, audaz y sagaz. Y experiencia tiene y de sobra.
Si Hernández Cruz sale bien posicionado en las encuestas que él manda a realizar va a saber el dirigente de Morena en la entidad lo que es la migraña.
Insisto, yo no me confiaría, salvo que ya hubiera algún arreglo pactado con el mero mero, me refiero con Andrés Manuel López Obrador, pero si no hay nada amarradito y con testigos de calidad, no dormiría en paz, como algunos de los que integran la famosa lista de José Manuel Saiz Pineda.
EVA es cabrón y medio.
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