TABASCO POLÍTICO
José Luis Gutiérrez Gutiérrez
VA A GANAR CON LA MANO EN LA CINTURA
En el PRD son más los que están con Andrés Manuel López Obrador que en contra de él. Públicamente podrán decir que no van a apoyar en las urnas al mascupanense, pero en corto aseguran todo lo contrario. Lo mismo ocurre con el resto de la sociedad política y civil. En Tabasco va a ganar y con la mano en la cintura.
Como sucedió en las elecciones presidenciales de 2006 y 2012 con Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto. A los dos les ganó, incluyendo también al propio Roberto Madrazo Pintado, que era el abanderado presidencial del PRI en la justa para relevar en Los Pinos a Vicente Fox Quezada, y que desde el búnker de la avenida Insurgentes Norte, políticamente seguía manejando a la entidad.
Si bien es cierto, que a Madrazo Pintado no lo arrolló porque la ciudadanía tabasqueña se dividió por el paisanaje, a Peña Nieto seis años después lo trituró, lo despedazó, lo hizo polvo, como lo avalan los resultados electorales de ese entonces. Y eso que estaba mejor posicionado que el ex gobernador en el 2006.
Andrés Manuel López Obrador aquí es invencible, imbatible, y ahora más que nunca cuando casi todos los escenarios están a su favor. No va a tener a ningún rival, que localmente vaya a serle sombra, como sucedió con Madrazo Pintado.
Si en sus anteriores participaciones, la gente se volcó a sufragar por él, como vimos en el 2012, en donde las petetistas, perredistas, priistas, panistas, aliancistas, etcétera, lo apoyaron con determinación; en el 2018 más a mi favor. Ni tirando todo el dinero del mundo, pierde AMLO en Tabasco.
En los otros estados del país, no sé cómo le vaya a ir electoralmente, pero aquí va a salir victorioso como en las pasadas elecciones presidenciales. Vaya o no en alianza con el PRD, no tengo la menor duda. Delo como un hecho consumado.
A los que no sé cómo les irás son a los demás candidatos de Morena a los demás cargos de elección popular, incluyendo al propio Adán Augusto López Hernández que con toda certeza va a ser el abanderado a la gubernatura.
Porque no hay que confundir a la magnesia con la gimnasia. Una cosa es Andrés Manuel López Obrador y otra situación muy distinta los otros aspirantes, que están atenidos y confiados en el efecto “andresmanuelista”. Son contextos y orígenes políticos muy diferentes.
Eso de que en automático van a ganar, está por verse. Si estuviera en sus zapatos no me confiaría del todo. Si así fuera en el 2006 hubieran barrido con la gubernatura, alcaldías y diputaciones federal y local y hasta con los escaños del Senado.
En ese entonces volvió a perder César Raúl Ojeda Zubieta ante el popular Químico Andrés Rafael Granier Melo y perdieron a nivel estatal.
Y sí ganaron el acceso a la Quinta Grijalva en el 2012, no fue tanto por el efecto de López Obrador, sino por la inexperiencia del ex mandatario priista, la arrogancia y soberbia de “Chucho Alí” y compañía, el jugueteó de la cúpula nacional priista y estatal y por el propio Arturo Núñez Jiménez, que capitalizó a su favor los grotescos errores y debilidades de sus adversarios.
Morena va a ser un jugador competente como el PRI en el 2018, pero no puede cantar victoria desde ahora, y menos si en el partido negro y amarillo se ponen de acuerdo y logran sacar a un candidato a la gubernatura consensado, como lo han logrado en otras ocasiones.
Si lo consiguen habrán dado un gigantesco paso para retener el máximo cargo que se va a disputar en la madre de todas las batallas electorales, de lo contrario todo estará prendido con alfileres.
Falta un buen tramo, y la correlación de fuerzas políticas van obligadamente a cambiar a favor de uno u otro candidato. Hoy ningún aspirante tiene garantizada la candidatura a la gubernatura, ni a ningún otro puesto de elección popular.
La moneda está en el aire.
“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)
Aparte de que “sapió” y “traicionó” a alcaldes perredistas que supuestamente están trabajando subrepticiamente para López Obrador, el tres veces malogrado candidato a la gubernatura por el PRD, César Raúl Ojeda Zubieta, también puso en la vitrina pública al senador Fernando Enrique Mayans Canabal.
No vaya a usted a creer que lo puso arriba de todos los demás aspirantes para fortalecerlo en sus legítimas aspiraciones políticas, sino para que comiencen a darle con todo, sin lástima. Fue una idea muy perversa del fracasado empresario, para sacarlo de la competencia por la candidatura perredista.
Y dice que es su hermano, que lo quiere, estima y respeta un chinguero. Imagínese entonces…si fuera su enemigo.
En serio, que no se le quita lo intrigoso, pusilánime y traidor. Actúa peor que un perro rabioso.
De que es cabrón…es más cabrón que Juanito.
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