LA POSTA
· EXTRAÑAS COINCIDENCIAS
Juan José Sánchez Gálvez
laposta_1@hotmail.com
RESERVA AZTECA.- Extrañas cosas pasan: puertas que crujen, cunas que se mecen solas, árboles torcidos que se enderezan, golpes debajo de la mesa, negociaciones en lo oscurito, todos contra todos. Dicen que estamos en tiempo de ante-precampaña y que así masca la iguana, pero mi sentido común me dice que no es argumento suficiente pues hay aves que cruzan el pantano sin devanar su plumaje, y no me refiero a mi paisano Andrés Manuel, sino al jefe de gobierno de la CDMX, Miguel Ángel Mancera a quien, si usted observa con detenimiento, lo tienen protegido de todo desgaste. Pordiositosanto.
MEDIAS DE SEDA.- Otro hecho político raro, es el supuesto roce entre Georgina Trujillo y Ady García, ambas con amigos en la lucha por la candidatura presidencial del PRI. El secretario de gobernación, Miguel Ángel Osorio, palanca de Ady, y el de relaciones exteriores, Luis Videgaray, palanca de Gina. La doctora dice que pretende llegar hasta donde le alcance, la gubernatura o la alcaldía de Centro y todo apunta a esto último, luego entonces, su real adversario sería el alcalde Gerardo Gaudiano quien pretende imponer a su reemplazo y ha sido criticado por Gina recientemente.
VINO DE CONSAGRAR.- El presidente Enrique Peña la tiene difícil para definir el candidato presidencial del PRI, escasean figuras que entusiasmen al electorado, tanto Chong como Videgaray están en la lona. Y en el PAN las cosas están color de hormiga, Felipe Calderón tatemó a su esposa Margarita Zavala y Ricardo Anaya se lo mandó a decir a través de Juan José Rodríguez. Ni Mago ni Richard, están muy quemados. Si los panistas y priistas no levantan, el PRD podría tener su oportunidad con Mancera para medirlo con Obrador. Veamos ¿Cuál es el punto de inflexión de los votantes para elegir a un candidato o candidata de su preferencia? ¿Los proyectos? ¿El marketing? ¿Las promesas de campaña?
LA DEL ESTRIBO.- El ciudadano común va con la idea de votar por un candidato que cambie el país, que proponga un gobierno honesto y elimine los privilegios de la clase política, pero conforme se acerca a la casilla piensa en su beneficio personal y le entra el temor por un cambio, entonces va por un gobernante que no sea radical pero tampoco sumiso y concluye que lo mejor es un término medio. El mentado término medio vuelve a tener vigencia, es lugar común muy visitado, pero el ciudadano no se da cuenta y cada seis años incurre en el mismo error. No hay cura para esta enfermedad. Sea por Dios.
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