domingo, 2 de enero de 2011

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España estrena el año con una restrictiva ley antitabaco
Fuente: Grupo Fórmula / 2 de Enero, 2011

A partir de ahora, además de todos los espacios cerrados de uso público, también serán zonas libres de humo los accesos a los hospitales y colegios, además de parques y zonas de juego infantiles al aire libre, algo que ha hecho que algunos consideren la ley española como una de las más restrictivas del mundo.

MADRID.- Esta vez, los fumadores que cada 1 de enero se hacen el propósito de dejar el tabaco, lo tendrán más fácil en España. Tras la "tregua" de Nochevieja, este domingo entran en vigor varias e importantes modificaciones a la ley antitabaco, que supondrán el fin de los humos en todos los bares, restaurantes, discotecas, aeropuertos e incluso, algunas zonas al aire libre.

A partir de ahora, además de todos los espacios cerrados de uso público, también serán zonas libres de humo los accesos a los hospitales y colegios, además de parques y zonas de juego infantiles al aire libre, algo que ha hecho que algunos consideren la ley española como una de las más restrictivas del mundo.

El Gobierno asegura que el endurecimiento de la norma cuenta con el respaldo de una "mayoría abrumadora de los ciudadanos", pero entre ellos no parecen estar los hosteleros, que han criticado la reforma y estiman que se perderán unos 350.000 empleos, con un impacto de más de 7.000 millones de euros.

El sector de la hostelería esgrime informes como uno reciente del Instituto de Estudios Económicos, que prevé una caída de las ventas de bares, restaurantes y cafeterías de hasta un 10 por ciento, un sector que genera en torno al 7 por ciento del PIB y emplea a 1,5 millones de personas.

Sin embargo, desde el Ministerio de Sanidad se niega la mayor, y se citan otros estudios de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de otros países como Irlanda con leyes similares que descartan repercusiones económicas por la prohibición de fumar en estos locales.

"No conviene olvidar que más del 70 por ciento de la población española es no fumadora. Por tanto, es lógico prever que este porcentaje de personas se sentirán más cómodas en los bares cuando no haya humo de tabaco en ellos", dijo la ministra de Sanidad, Leire Pajín, durante la sesión del Congreso de los Diputados del pasado 21 de diciembre en la que se aprobó la ley.

Pajín recordó que cada año mueren en España alrededor de 50.000 personas por enfermedades derivadas del consumo del tabaco, una cifra mayor que el conjunto de fallecidos por accidentes de tráfico, por ejemplo, o por consumo de drogas ilegales. Además, de todos los fallecimientos, al menos 1.200 muertos corresponden a fumadores pasivos.

Según un estudio británico conocido este año, la prohibición de fumar en lugares públicos en Inglaterra llevó a una rápida y significativa caída del número de ataques al corazón, ahorrando al sistema de salud 8,4 millones de libras (unos 9,8 millones de euros) en el primer año.

ADIÓS AL CIGARRILLO CON EL CAFÉ Y LA COPA

Al margen de las consideraciones sanitarias, lo que está claro es que el fin del binomio café-cigarrillo o copa-tabaco, preocupa a muchos propietarios y empleados de establecimientos.

"Pienso que no es el momento para cambiar la ley. Se puede cambiar, pero cuando las cosas estén en condiciones, no ahora, que los negocios van ajustaditos (...) Cuando los negocios se vengan abajo vamos a ir a Moncloa a pedir el paro todos", dijo Fidel, un camarero de cincuenta y tantos años de una cafetería de Madrid.

"Si vas a tomar un café pues te apetece fumarte un cigarro, al que le guste fumar. Si no dejan fumar, pues el café ya no se lo van a tomar, es una cosa lógica", añadió, criticando que sigan permitiendo sin embargo la venta de tabaco en los bares. "Si es tan malo, que prohíban el tabaco, que no lo vendan, pero claro, de ahí chupan todos".

La nueva normativa modifica la ley de 2005 que prohibía fumar en centros de trabajo, pero que dejó abierta la posibilidad de que los locales de ocio más pequeños se declararan o no libres de humo, y preveía la creación de zonas de no fumadores en los más grandes.

Ahora, los que invirtieron grandes sumas de dinero en acondicionar sus locales consideran que han tirado el dinero, aunque la ley prevé compensar, mediante beneficios fiscales, a los titulares de los establecimientos que habilitaron zonas para fumadores.

A partir de 2011, y sólo si el tiempo lo permite, las terrazas de los locales serán el único punto de ocio en el que se podrá fumar. Los corrillos de fumadores en las puertas de las oficinas se extenderán previsiblemente a las entradas de los bares y restaurantes.

¿HABRÁ MENOS FUMADORES?

Aunque no están claros los efectos sobre la población fumadora que tendrá la nueva normativa, algunas farmacias han notado un aumento de los clientes que preguntan por sistemas para dejar el tabaco.

"Es el momento para dejarlo. Un poco exagerado me parece lo (de no poder fumar en algunas zonas) de la calle, pero bueno. Pienso que cada uno es libre pero yo desde luego intentaré dejarlo", dijo Laura Navarro, de unos cuarenta años, mientras se fumaba un cigarrillo y desayunaba en una cafetería.

Tras el descenso registrado en 2005 con la aprobación de la Ley de Prevención del Tabaquismo, los datos de la última Encuesta Domiciliaria sobre consumo de Alcohol y otras Drogas reflejan que el 31,8% de los entrevistados consume tabaco a diario, frente al 29,6% de la encuesta anterior.

Sin embargo, lo que no consiga la ley o la voluntad puede que lo haga el bolsillo, debido a la crisis y al reciente incremento de los impuestos sobre el tabaco, que representa alrededor del 77 por ciento del precio final de la cajetilla de 20 cigarrillos, que tiene un precio medio de unos 3,60 euros.

Según cifras del Comisionado para el Mercado de Tabacos, después de años de estabilidad, en 2009 y lo que va de 2010 se ha registrado una caída considerable de la venta de cajetillas. Si en 2005 se vendieron alrededor de 4.635 millones de cajetillas, el año pasado la cifra cayó a unos 4.068 millones, y hasta noviembre de 2010, el número se situaba en 3.333 millones.

Lo que no se ha visto afectada es la recaudación, que ha registrado incluso un aumento. Si en 2005 los ingresos derivados de las cajetillas se situaban en 10.244 millones de euros, esa cifra se elevó a 11.720 millones de euros en 2009, y a 30 de noviembre de 2010 ya iba por los 11.005 millones.

Reuters

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