(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)
Pierde el PRI, mas no gana el PRD
Media hora antes del cierre de casillas, en flagrante violación al código electoral estatal, Jesús Ortega proclamaba como triunfador de la elección de gobernador de Guerrero al priísta ( ¿ex?) Angel Aguirre. En realidad, el ganador de esa contienda, al margen de las siglas que identifican a quien se adjudica el triunfo, es el PRI. ¿Acaso gana el PRD?
El que se impone es alguien que representa todo eso que repudian Andrés Manuel López Obrador y, formalmente, también el PRD: Carlos Salinas, los viejos vicios del antiguo partido de Estado, el clientelismo, la corrupción del electorado…
El que queda como derrotado –a reserva de que en su momento el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación así lo confirme o corrija- es también un priísta, para colmo hasta hace poco tiempo compañero del mismo grupo político de su hoy enemigo jurado.
El gran derrotado –se supo desde hace muchos meses- es el PRD, el partido al que en Guerrero terminó de hundir el gobernador Zeferino Torreblanca; el instituto que, para variar, despreció a sus militantes y, en característico pragmatismo, prefirió recoger despojos de otro alineamiento.
Se trató de una lucha por el poder a la que inequívocamente puede atribuírsele el título de la famosa película protagonizada por Dustin Hoffman y Meryl Streep, Kramer vs. Kramer.
No se antepusieron proyectos de gobierno distintos. No luchó el bien contra el mal; ni siquiera en un bosquejo de claroscuros. No existen rasgos distintivos entre el triunfador y el derrotado. Poco o nada pueden esperar los guerrerenses que cambien las políticas y el estado de cosas imperantes en uno de los estados más violentos y con mayores rezagos.
Queda de manifiesto, sí, cómo en pocos meses se pueden modificar diametralmente escenarios electorales, de manera que quien se perfilaba para ganar, en este caso Manuel Añorve, es derrotado por otro priísta que se negó a aceptar la “candidatura de unidad” del primero, que trató de imponer el comité de Beatriz Paredes.
Ya se sabe que en esta contienda claramente los dos alineamientos recurrieron a todo tipo de recursos para imponerse. Empero, no deja de sorprender el hecho de que, al menos en términos formales o legales, la mayoría de los votantes refrendan su confianza en el partido gobernante, pese al mal gobierno de Zeferino Torreblanca.
Eso sí, en el contexto de la pugna por la sucesión presidencial, la operación política conjunta de PRD y PAN logra imponerse sobre la del grupo que se presume más fuerte para hacerse de la candidatura presidencial por el PRI.
El saldo comicial fortalece la expectativa de una cada día más probable alianza electoral PRD-PAN para la sucesión gubernamental en el Estado de México.
Por ahora, como se previó, las dos partes proclamaron madrugadoramente su presunto triunfo sin importar lo que eventualmente dirá el cómputo electoral. La última palabra la tendrá, obviamente, el Trife.
Tabasco 2012
¿Se imagina usted, lector, a Georgina Trujillo Zentella como candidata del PRD a la gubernatura de Tabasco? Es mera especulación, que a muchos les puede parecer absurda y a algunos quizá hasta ofensiva.
Al menos en esta hora, con todo y que hay indeterminado número de personas que expresan su desacuerdo con la situación política imperante en Tabasco, no se aprecia que ese partido tenga capacidad para sacar adelante, en los comicios de 2012, a alguno de sus cuatro principales prospectos que son Rosalinda y Adán López, Arturo Núñez Jiménez y Oscar Cantón Zetina.
El PRD tabasqueño está desmembrado. Enfrenta contradicciones similares o peores que las que vivió el perredismo guerrerense en los últimos años. Por eso mismo, dado ese extraño pragmatismo del partido de Obrador en Tabasco, no habría qué descartar la posibilidad de que, ante un eventual desenlace del proceso interno del PRI, al segundo finalista de esa puja se le ofrezca la candidatura amarilla.
Arturo Núñez Jiménez habría sido gobernador y no Manuel Andrade Díaz, si en el 2000 se hubiese animado a romper con el priísmo. Por las razones que sean, no lo hizo a su tiempo. Ahora busca su última oportunidad, con el visto bueno de Obrador, pero con un partido disminuido.
Entre los simpatizantes de Rosalinda y de Adán se escucha la consigna de que si no se les abre el espacio, simplemente se harán a un lado. Esto es: dejarían “morir” sólo a Arturo.
Coloquémonos, entonces, en la posibilidad, equivocada si usted quiere lector, de que alguien como la señora Trujillo no consigue la candidatura del PRI en el 2012, y se la ofrecen y compite por el PRD.
¿Tendría esa candidatura la fuerza necesaria para ganar la elección? Francamente, no vemos que la tenga dentro del PRI.
Para comenzar, Tabasco no es Guerrero. Allá también se tiene como lección de la jornada comicial de ayer, el hecho de que la mala percepción que los guerrerenses tuvieron de su administración estatal, en ese caso de filiación perredista, no fue determinante para el resultado que ya se conoce.
Aquí mucho dependerá, nos parece, de que el PRI tabasqueño tenga la capacidad suficiente para conducir de manera adecuada ese proceso interno.
Tanto la diputada Trujillo (usamos su nombre sólo a manera de botón de muestra en un ejercicio especulativo), como Humberto Mayans Canabal, Francisco Herrera León, Jesús Alí de la Torre, Luis Felipe Graham Zapata y José Carlos Ocaña Becerra, son priístas de manera reiterada.
Incluso alguien ubicado en la beligerancia, como lo es Evaristo Hernández, será suficientemente inteligente para negociar su asunto, en su momento. Todo político profesional sabe que todo tiene, precisamente, su momento.
Juan_ochoa45@hotmail.com
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