jueves, 20 de enero de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Ene 20

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

Ya tenemos obispo

La excitación de una y de otra parte
el Gobierno la va a refrenar, puesto
que tiene la obligación de obrar con
toda la majestad de la ley. Plutarco
Elías Calles 210826/ Entrevista con
obispos Díaz Barreto y Ruiz Flores.

Signos de los tiempos. De otros tiempos. Andrés Granier, gobernador, recibe al obispo 13 de Tabasco. Prácticamente se lo entrega el gobernador de Chihuahua, César Duarte, pues monseñor Gerardo de Jesús Rojas López, fue tonsurado sacerdote e incardinado en la Diócesis de Ciudad Juárez y elevado a la dignidad de obispo para servir primero en aquel estado, en Nuevo Casas Grandes.

Fue el segundo obispo allá. A Tabasco llega como el número 13 en esta Diócesis cuyo primer pastor fue monseñor Agustín de Jesús Torres y Hernández, del 19 de noviembre de 1881 al 30 de julio de 1885.
Tabasco no ha sido tierra fácil para la evangelización, tarea prioritaria que tiene el nuevo prelado de la iglesia católica.

Lo puede usted leer en la misma página cibernética del catolicismo tabasqueño:

El 17 de Abril de 1519, frente a una gran cruz y ante la imagen de la Virgen María de la Victoria, Fray Bartolomé de Olmedo celebró por primera vez la Eucaristía y, a partir de entonces se impartió el bautismo con regularidad. Sin embargo esta tierra abundante en riquezas, fue motivo de ambiciones y abandonos ancestrales.

En 1535 el Virrey Antonio de Mendoza encomendó a los religiosos franciscanos el trabajo de la evangelización de los indígenas, pero la atención fue ejercida con muchísima irregularidad, manteniéndose la religión en una condición marginal. En Tabasco nunca se establecieron regularmente misiones franciscanas, dominicanas, agustinas ni jesuitas.

Esta situación de aislamiento y abandono se agravó por una razón económica. Desde el inicio de la conquista, la costa del Golfo de México y, en concreto Tabasco, no fueron codiciados por la corona española debido a la ausencia de metales preciosos.

Así, mientras en otras partes se enseñaba artesanías, alfarería y religión, se fundaban colegios y universidades, al mismo tiempo que se construían edificios monumentales y templos, en Tabasco la mayor parte de la población no sabía leer ni escribir y no recibía instrucción religiosa, ya que solo tenían acceso a la cultura las personas que tenían la oportunidad de salir del Estado.

Por siglos, Tabasco permaneció aislado del resto del país, y aún se le consideró como el basurero de la nación, ya que acá se enviaba a los indeseables en todos los niveles. Los gobernadores, nombrados muchas veces solo por favoritismo, fueron por regla general, gente mediocre, interesada en las explotaciones de riquezas naturales pero no en el mejoramiento de los pobladores.

En este espacio se ha tejido a vuelo de campanas sobre los problemas que la iglesia ha enfrentado y provocado a veces.

La llegada del obispo Rojas López puede —y debe— darle una vuelta a la página. Buena vecindad —La Quinta, residencia oficial, y la Catedral del Señor de Tabasco están separadas por una barda— la ha habido. Intromisiones de la iglesia en la política, también. Presiones en respuesta, claro.

Ahora se empieza bien. Todo indica que la cortesía política se dio en el aeropuerto y en la asunción obispal. Los asuntos del César, empero, son de la política. Los de Cristo, de la evangelización pendiente.

El número trece tiene que superar a los doce anteriores: Agustín de Jesús Torres y Hernández, Perfecto Amézquita y Gutiérrez, Francisco María Campos y Ángeles, Leonardo Castellanos y Castellanos, Antonio Hernández y Rodríguez, Pascual Díaz y Barreto, Vicente Camacho y Moya, José de Jesús Angulo del Valle y Navarro, Antonio Hernández Gallegos, Rafael García González, Florencio Olvera Ochoa y Benjamín Castillo Pascencia.

Tal vez al decimotercero obispo corresponda entregar a Tabasco un nuevo santo en los altares, pues uno de sus antecesores, el noveno pastor de esta diócesis, monseñor Antonio Hernández Gallegos, desde el 2005 está en causa de canonización.

Hernández Gallegos fue el primer obispo consagrado en Villahermosa y tonmo posesión de su iglesia el 11 de mayo de 1967. Fue un ejemplo de humildad y pobreza. Su lema episcopal fue “Como el Servidor”. Estuvo al frente del obispado 6 años, 5 meses y 10 días y los tabasqueños lo recuerdan por su ejemplo de pobreza y austeridad. El 21 de octubre de 1973, en Aguascalientes, sufrió un derrame cerebral que lo llevó a la Casa del Padre.

LADO CLARO
1555 "Entre los diversos ministerios que existen en la Iglesia, ocupa el primer lugar el ministerio de los obispos que, que a través de una sucesión que se remonta hasta el principio, son los transmisores de la semilla apostólica" (LG 20).

*Periodista. Premios: Radio Chapultepec, Club Primera Plana (35 y 40 años), Premio México de Periodismo, el Premio Estatal 1991 y el Rumbo Nuevo 2010. Ha publicado Periodismo y utopía, Vocabulario tabasqueño (en colectivo) y el prólogo de La última ruta de Cuauhtémoc, de Humberto Muñoz Ortiz www.erwinmacario.blogspot.com

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