martes, 11 de enero de 2011

PRESIDIUM: Maryichuy Castillo / Columna / Ene 11

(Publicado en el Diario Avance)

DE REGRESO A CLASES

El inicio de clases regresó a la vida de quienes todavía, aunque no acudamos a las aulas educativas, aún tenemos que ver con las cuestiones escolares. Es así como vemos a nuestros hijos seguir por el camino del saber. Hay quienes se encargarán de sus nietos, y en menor medida quizá, de sus sobrinos. Lo cierto es que acompañamos esta nueva bienvenida a las escuelas de las famosas horas pico; esos momentos del día en donde se vuelve un auténtico viacrucis llegar de un lugar a otro, ya sea para ir a buscar a los alumnos, o simplemente interponerte en el tráfico sea cual sea tu necesidad de estar en la calle en este momento.

Este regreso a los inmuebles educativos no es sólo de los educandos y del tráfico; se unen a ellos también un calvario un poco menos visible pero igual de importante en el desarrollo de la vida de los niños; la alimentación. Aunque se han implementado algunas medidas para prevenir que comida chatarra circunde las escuelas, estamos todavía lejos de poder prevenir que nuestros hijos consuman refrescos, papas, jugos artificiales, dulces y demás comestibles que no ayudan para nada una buena alimentación de los niños. Las cifras son contundentes y reflejan el grave problema que es la obesidad ya no sólo en adultos, sino entre jóvenes, y esto, con todos los problemas como son hipertensión, baja en la autoestima y hasta diabetes juvenil. Las armas con las que los adultos, porque todos debemos contribuir a que esta condición baje, es hablar con los pequeñines y tratar de dejar plantados en ellos la idea de comer bien y saludable, y solamente poder consumir, de muy de vez en cuando, alguna clase de dulces, si se lo han ganado, o como premio en cantidades muy consideradas.

De testigos.- No iba a tardar mucho, después del incremento en el precio de la gasolina, todo lo demás iba a experimentar también una escalada de precios. El día de hoy, y también unido al regreso a clases de una gran cantidad de alumnos, se suma el alza a frutas y verduras. Indignación como siempre es el sustantivo que mejor describe la situación para miles de familias que ahora o comerán menos, o dejarán de lado otras necesidades básicas para poder comprar la misma cantidad, pero obvio, esta vez más caro. Sin contar, que, también costará más el medio que uno use para transportarse a ese lugar donde se abastecerá de la comida…

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