lunes, 17 de enero de 2011

Opinión: Víctor Manuel Barceló R. / Ene 17

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)
Nuevas administraciones locales. ¿Nuevas políticas?.

Se dan últimos pasos en diversos rumbos del país, para consolidar una etapa de cambios locales. Estatales unos, municipales otros, que muestran -en muchos de ellos- determinación social por seguir dando oportunidades a la política, de atender requerimientos crecientes de todos en particular de los desposeídos. Estos han sido “carne de cañón” de movimientos sociales que conmemoramos el decenio que fenece. Dieron sus vidas –lo único que tenían- como otros aportaron sus haciendas y su espada, para hacer de la nación mexicana un mejor lugar para vivir.

Unos lo lograron, quedaron cerca de los que se hicieron del poder, tras la consumación de la Independencia (1821), el triunfo sobre el efímero imperio de corte europeo, Maximiliano (1864-1867) y la instauración de la República Juarista; así como al finalizar la llamada etapa armada de la Revolución Mexicana (1920). Pero el grueso de la población, que vivió cambios durante algunos lustros del siglo XX, volvió a caer en la pobreza y en la desesperación acentuada, durante los últimos tres decenios.

Se esperaba resurrección en el cambio de estafeta partidaria en el 2000, pero nunca se concretaron empeños, jalonados por el poder, para construir una Gran Alianza, por encima de intereses partidarios y de grupos. Esa es la gran asignatura pendiente para la vida política nacional.

En los últimos meses parece renacer la esperanza, por el norte, sur y centro del territorio, con la asunción al poder de grupos, que si bien representaron alternativas electorales definidas, en que participaron los partidos políticos del Sistema –única forma de intervenir en la contienda- al final el pueblo optó por figuras que ofrecían, en casi todos los casos, opciones reales de verticalidad en promesas de campaña, cercanía a ensueños populares y acompañamiento para ejercer el poder, de equipos plurales, cuya divisa es: un alto sentido de servicio a la sociedad.

Por supuesto que el compromiso es creciente. Sea cualesquiera el origen de quienes asumieron recientemente, o asumirán en breve el poder gubernamental en los órdenes de gobierno (Estatal o municipios) llegan con la mirada pendiente de sus electores, confiados en que se trabajará seriamente por resolver sus problemas y la expectación de los demás -que votaron por otras opciones- confiando en el compromiso generalizado de quienes asumen el poder: gobernar para todos, a través de la participación activa de organizaciones sociales de toda índole, con quienes se sopesará el alcance de los compromisos asumidos y la temporalidad para su cumplimiento, ante la escasez de recursos de todo tipo.

Sirva como ejemplo la afirmación del análisis del Observatorio de Política Social y de Derechos Humanos, en cuanto a que en un periodo de 3 meses la ingesta de alimentos, dejó de ser variada en dos de cada cinco viviendas, agudizando la escasez de alimentos en hogares del país. En 15% de las casas se omitió alguna de las tres comidas y en una de nueve viviendas, un día no se probó alimento. Esto explicaría la prevalencia de anemia en niños menores de cinco años y personas de la tercera edad, que se presentan en tasas superiores a 20%, advierte el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) en su estudio “Dimensiones de la seguridad alimentaria”, elaborado en base a información de la Encuesta Nacional de Ingreso-Gasto de los Hogares (ENIGH) divulgada hace dos años, que encontró problemas de acceso a la alimentación debido a escasez de recursos económicos.

De acuerdo con la reciente estimación de pobreza alimentaria publicada por el Coneval, hubo deterioro del poder de compra de los hogares entre 2006 y 2008, así la población en pobreza alimentaria pasó de 13.8% a 18.2%. Mientras, con base en la nueva metodología de medición multidimensional de la pobreza en 2008, Chiapas, Guerrero, Guanajuato, Michoacán, Oaxaca, Puebla, Tabasco, Veracruz y Tlaxcala tenían entre 25 y 35% de su población con carencia de acceso a la alimentación, mientras uno de cada dos hogares en Guerrero, Oaxaca, Tlaxcala y Puebla reportaron problemas para acceder a los alimentos necesarios.

En la población indígena, si bien la prevalencia de desnutrición crónica en menores de cinco años, disminuyó 15% entre 1998 y 2006, actualmente es de 33.2%, en comparación con 10.6% de los no indígenas. El Coneval afirma que la vulnerabilidad ante un alza de precios se incrementa mientras más bajo es el ingreso de los hogares. Estos destinan en promedio 52% de su gasto a la compra de alimentos; la población del sector que más ingresos percibe, destina únicamente 23%.

Por otra parte, los alimentos incrementan sus precios al menudeo, encareciéndose, con lo que aceleran el deterioro en países pobres (Banco Mundial). Si los precios mundiales siguen en alza podrían repetirse las condiciones de 2008. Cierto que la economía global se desplaza hacia una fase de repunte. Según el Banco, México fue de los pocos de AL que no se recuperó de la crisis en 2010; prevé PIB de 3.6% en 2011. ¿Será este el primer aspecto para la atención de los nuevos gobiernos?. Es difícil afirmarlo porque no es el único, pero lo que si será prioritario es buscar mecanismos que mejoren los programas existentes y los encaucen a la producción, misma que arraigue y atienda urgencias locales y regionales.

Así, de manera local se avanzaría –al ritmo de las circunstancias- en pactos sociales o como se les quiera denominar, a veces puntuales con sectores específicos (campesinos, obreros, transportistas, industriales) otras con quienes integran el triángulo del poder (legislativo y judicial con el ejecutivo). En todos los casos tendrán que ser elementos para el análisis, junto a la determinación de ir al fondo de los requerimientos específicos o generales que se planteen, la viabilidad para ajustar los recursos, asignados o por asignar, al sector, área o situación específica.

En este juego de intereses legítimos, pero momentáneos, habrá de considerarse el futuro de cada área, en función de los lineamientos generales de un Plan de Desarrollo Sustentable que abarque un estado completo o, al menos, las regiones decididas a dar tan trascendental paso. Recuperar la planeación, para acciones reales y sustantivas, requiere desembarazarnos de la inmediatez, para pensar en grande, hacia una patria chica de pleno bienestar para sus pobladores. Ensayo que sirva de preámbulo para una nación digna, noble y generosa con todos.

Correo electrónico: v_barcelo@hotmail.com Puebla, Pue. 16-I-2011

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