domingo, 9 de enero de 2011

Opinión: Víctor Manuel Barceló R. / Ene 09

¿A quienes servirá la economía nacional en el 2011?.

La economía mexicana llega al 2011 en circunstancias harto preocupantes. Esto ocurre en cuanto a sus indicadores globales, como en lo que se refiere a su posibilidad de resolver la creciente demanda de empleos, en todo el territorio nacional. Se aprecian opiniones precisas de sectores: privado (capitanes del sector patronal, productivo y servicios) y social (contundentes apreciaciones del nuevo líder de la CNC, entre otros) que pugnan por cambios profundos al modelo económico y social, vigente. El país está rezagado en competitividad, productividad laboral y distribución del ingreso.

Las fortalezas de la economía son volátiles. Cuenta el respaldo a la moneda por más de 186mil mdd –como indica el Banco de México- que a pesar de su monto no impidió una devaluación de la moneda en más del 26% en cuatro años –de 10.02 pesos/dólar en 2007 a 12.63 pesos por dólar en el 2010-. Esto pretendería mejorar con el ingreso de divisas que compran bonos de la deuda interna del gobierno federal. Esto mejora la paridad del peso respecto a la divisa estadounidense, pero requirió de un crédito por 73 mil millones de dólares del FMI, disponible en caso de salidas masivas de divisas que disminuyan la reserva. Hasta aquí debe reconocerse el esfuerzo.

¿Pero como se refleja esa “solidez” monetaria en la inversión productiva, en especial la creación de empleos permanentes?. Este es uno de los temas más polémicos de la vida económica actual. Cifras van y vienen pero no cuentan con respaldos fidedignos, en cuanto a que se estén creando los empleos necesarios para cubrir la demanda creciente de ocupación remunerada –aumenta en más de un millón por los que se incorporan al mercado de trabajo, anualmente- que debe cubrir un amplio rezago.

No hay impacto social violento, gracias a la sangría humana cotidiana representada por quienes brincan frontera al norte del país, en busca de mejores horizontes, afrontando: costosas penurias, persecución policiaca, acosos mil. Algunos pierden la vida en el intento. Este esfuerzo desesperado de muchos miles, encuentra compensación en las remesas en dólares, que realizan una inmensa mayoría de quienes logran emplearse en el imperio, para solventar –en parte- las necesidades cotidianas de sus familiares.

Pero este esquema de país, cede ante los vendavales de la economía planetaria –cada vez más globalizada- porque le hace depender de un ingreso aleatorio, junto al que provee la industria del petróleo. Esta última, aporta más del 40% a las finanzas del gobierno federal, mediante retenciones e impuestos, que ponen en alto riesgo la viabilidad de la más importante empresa nacional, que tanto dio al crecimiento de la producción nacional, en las décadas del crecimiento sostenido, durante el siglo XX recién culminado.

Hoy PEMEX, de acuerdo a los anuncios relacionados con la nueva refinería, en operación dentro de cinco años –que tanta polémica causa- y la ampliación y modernización de la de Minatitlán -la tercera en ser renovada- elevaría su capacidad de refinación local, de 150 mil bpd, (barriles/día) a 335 mil bpd, cuando comience a operar. Ello cooperará a moderar la fuerte dependencia de México de la importación de combustibles -más de 40% del total que consumimos-. Si se agrega la demanda de la refinería en construcción, esta llegaría a 900 mil bpd para el 2016, creando otro problema a resolver con la demanda de más petróleo pesado, mismo que hoy no se extrae en el país.

Entretanto, la producción de crudo seguirá en alrededor de 2.5 millones bpd hasta el 2012, desconociendo si existen proyecciones de extracción para el largo plazo. Como tanpoco son públicos -o al menos en manos de los gobiernos estatales y municipales- los Mapas de riesgos en las rutas de conducción de petróleo crudo y gasolinas, que prácticamente existen por todo el territorio nacional. Estas exponen a las poblaciones por las que atraviesan, a tremendas explosiones, con perdida de vidas y destrucción de infraestructura –cuando son producto de sangrías fraudulentas de gasolinas - o a explosiones e incendios de alto costo en vidas y haciendas –en los casos de fallas criminales en mantenimiento de ductos y otras instalaciones-.

Estos dos datos nos muestran la vulnerabilidad de la economía nacional, por ahora enfocada a resolver problemas de bancos y de empresas, con la fuerza suficiente para negociar apoyos, entre los que sobresale el rezago –muchas veces pactado con Hacienda- en cuanto al pago de impuestos a través del SAT, el que a los mortales comunes y corrientes, atosiga de mil maneras.

Este rezago en pagos de grandes empresas y una construcción incompleta de la política fiscal, para que sea progresiva respecto al nivel de ingresos y no regresiva, son fuente de tanta penuria para atender necesidades muy sentidas de pueblos y comunidades, abandonados a su suerte. Seguramente será esta, otra línea de acción de nuevos gobiernos estatales y municipales. Unos ya están en funciones, otros pronto tendrán en sus manos el presente y futuro de millones de mexicanos, que optaron por una composición de mujeres y hombres al poder, bajo el comando de nuevos líderes locales.

Es allí, en el estado, la región o el municipio, adonde puede iniciarse la construcción del México nuevo, al que nadie tiene derecho a llamar mutilado, fallido y demás connotaciones que se aplican a naciones que no tienen una meta de crecimiento y desarrollo sostenido, en que el ser humano sea raíz y razón de todas las acciones de gobierno. Apuntalemos con ideas, proyectos y organización social para asegurar: educación de excelencia, salud preventiva y transformación de recursos naturales con nuestras propias manos. Es la vía para que se incremente, vigorosamente, el nivel del empleo, para bienestar de todos los que habitamos el territorio nacional, surgiendo de lo local.

Correo electrónico: v_barceló@hotmail.com Raleigh, N. C. 9-enero-2011.

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