jueves, 27 de enero de 2011

Chiapas / "No hubo un Comandante Sami en el EZLN" / Ene 27

"No hubo un Comandante Sami en el EZLN"
Fuente: ELUNIVERSAL.mx / San Cristóbal de las Casas, Ch / Jueves 27 de enero de 2011 / Alberto Torres/Enviado / El Universal

Samuel Ruiz sólo acompañó al pueblo diocesano durante la preparación del levantamiento Zapatista, sostiene Fray Pablo Iribarren, fraile dominico cercano a Tatic; admite, no obstante, que la estructura de la Iglesia sirvió de base a este grupo armado

Han pasado más de 20 años de aquellas misas que oficiaba en las festividades de agosto en la iglesia de San Jacinto, en Las Cañadas de Ocosingo, el lugar donde se formaron los cuadros que dieron origen al Ejército Zapatista de Liberación Nacional.

Su pelo cano, su hablar y su espíritu de misionero le dieron identidad entre los indígenas. Colaborador cercano del fallecido obispo Samuel Ruiz, fue testigo en primera fila de la creación y el alzamiento del EZLN.

"Don Samuel supo sentar a la mesa a los pueblos naturales, a los pueblos indígenas. Los sentó en la mesa del banquete de la sociedad, el banquete de la política, de la economía. En los ojos del mundo. Es decir, despertó todos sus derechos", asegura en entrevista.

Lo llaman Fray Pablo Iribarren. Un fraile dominico de origen español cuya vocación de misionero lo trajo a México en 1961. Desde 1987 hasta 1995 trabajó en Ocosingo. Tras el alzamiento del EZLN se fue a Centroamérica por ocho años. En 2005 regresó a San Cristobal.

- ¿Cuál fue la relación de Samuel Ruiz con el EZLN?

- "Es un tema aún muy delicado".

Niega de manera categórica la existencia del llamado Comandante Sami, es decir, la participación directa del obispo Samuel Ruiz con la guerrilla.

"No. Eso no. Yo estuve muy cercano a Don Samuel por muchos años. Yo me fui a Ocosingo donde pude adentrarme en la realidad que existía ahí desde 1987 hasta 1993 cuando comienza a lanzarse la encuesta: 'Le entramos a la guerra o no le entramos'.

"Don Samuel siempre fue respetuoso de la iniciativa de los pueblos, del caminar del pueblo, nunca fue amante del estallido de guerras".

"Eso sí, cuando viene el levantamiento armado no lo defiende tanto, defendió más los derechos de la gente, el que no se violentara a la gente ni se masacrara al pueblo. No hubo Comandante Samuel. Fue sólo un hombre que supo acompañar al pueblo diocesano durante el proceso que hubo de preparación de ese levantamiento".

"Buscó la defensa de los derechos de los pueblos oprimidos. Él decía, estamos con los oprimidos. Este pueblo levantado, aunque no correspondía a todos, él decía, tiene sus derechos y hay que respetarlos. No fue un líder del movimiento zapatista", niega categórico.

Para el párroco, el EZLN "fue un factor necesario porque contribuyó, más que todo, por las consecuencias a posteriori. Fue un grito que se escuchó en todo el mundo".

"El EZLN contribuyó a una conciencia social más clara de los derechos de igualdad y dignidad a los que tienen derecho todos los pueblos de México y que todavía están en condiciones de marginación. Quizá todo esto sea un proceso lento. Pero es tan lento que sufren demasiado".

- ¿La estructura de la Iglesia sirvió de base para el levantamiento del EZLN?

"No podemos negarlo. Aceptando que la Iglesia no tenía programada ninguna revolución ni levantamiento, pero sí se fue creando una 'estructura catequística', así le llamamos específicamente en Ocosingo aunque en otros lugares fue conocida con otros nombres".

Esa estructura, basada en regiones, luego en zonas y después en comunidades, fraguó el despertar de la conciencia social, asegura Fray Pablo.

"En todas estaban ‘las personas conscientes': los encargados de las capillas, los catequistas, los mayordomos y con los diáconos se completó esta organización. Todo esto sirvió perfectamente de base para los cuadros del movimiento del Ejército Zapatista. Sí, no se puede negar".

"Alguien ha dicho, y no es el momento de decir quién, porque me tocó caminar cuando hubo situaciones difíciles, que ´el Ejército Zapatista se montó en un caballo ensillado'; la organización catequística de la Iglesia".

Ese alguien, según narran testimonios de académicos y analistas, sería el obispo Samuel Ruiz, quien lo contaba en reuniones en privado.

Fray Pablo recuerda con detalles el día que conoció a Samuel Ruiz en 1975. Viajó a Ocosingo a presenciar los exámenes que le harían a indígenas tojolabales del catequismo. Habían sido preparados por el misionero luterano Carlos Lekendorf.

"Él asumió la diócesis como un misionero. Aceptó a gente de otras órdenes. Vio que podían ser hombres importantes en la formación de los jóvenes. Hombres y mujeres, extranjeros y mexicanos. Con él floreció el papel de las religiosas".

"Descubrí a un hombre de una gran pasión y gran amor por el prójimo, por el desprotegido, por el más pobre. Lo apasionaba la compasión. Esa fue la virtud y el valor que guiaba a don Samuel: la compasión por el doliente, el abandonado, por los más pobres. Cuando llegó aquí se dio cuenta de lo que era Chiapas. El hambre".

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.