jueves, 7 de junio de 2018

TABASCO POLÍTICO / José Luis Gutiérrez Gutiérrez / “SUEÑOS GUAJIROS” / Columna / Jue Ju 07

TABASCO POLÍTICO

José Luis Gutiérrez Gutiérrez
jlggutierrez@hotmail.com

“SUEÑOS GUAJIROS”


Si algún candidato al gobierno está pensando que va a obtener los 547 mil 663 votos que obtuvo en la elección de 2012 el mandatario Arturo Núñez Jiménez amparado en la coalición: “Movimiento Progresista Por Tabasco” está alardeando.

¡Vaya! Ni los 425 mil 056 sufragios que logró arropado bajo las siglas del PRD van a conseguir.

Las condiciones políticas, sociales y económicas son exponencialmente diferentes. Los escenarios son otros.
A mi parecer dos son los factores políticos que más coadyuvan a que la historia no se repita: la atomización del voto y la división de la izquierda y del propio PRI.

La participación de más candidatos (léase: Oscar Cantón Zetina, Chucho Alí de la Torre y Manuel Paz Ojeda) en la sucesión gubernamental va a generar de entrada que ninguno obtenga en las urnas lo que alcanzó el actual gobernador.

La conformación de Morena y de que el PT se haya en esta ocasión aliado a este partido político restará votos a la coalición: “Por Tabasco al Frente”. En el PRI la deserción qué más pesa no es la de su ex abanderado a la gubernatura Jesús Alí de la Torre -como muchos creen- sino el que el PVEM no haya ido en alianza con el institucional como en el 2012, como sí lo fue de nueva cuenta a nivel presidencial.
La salida de Oscar Cantón Zetina del PRD también pega; aunque a uno y otro partido político.

El candidato de PANAL Manuel Paz Ojeda también va a afectar a las tres principales fuerzas políticas.

La ventaja del PRD y del PRI es que tienen una estructura política-electoral más consolidada, más aceitada que la de Morena. Más voto duro y mejores candidatos.

En el 2012 votaron en la elección para gobernador 1 millón 065 575 ciudadanos. Si se supera el porcentaje de ese entonces -69.64 por ciento- por el crecimiento del padrón electoral y, por ende, de la lista nominal, se calcula que ahora acudirán a las urnas: 1 millón 118 mil 133 electores (70 por ciento) de los 1,687,618 ciudadanos con credencial en mano.

Lo que nos lleva a la conclusión de que el próximo gobernador no llegará a las 400 mil boletas electorales, salvo que “el efecto andresmanuelista” se cumpla en todas sus expectativas, tal y como confían los candidatos de Morena, de lo contrario, van a darse contra la pared.

Lo demás son leyendas urbanas…sueños guajiros.


“SQUOD SCRIPSI, SCRIPSI”
(LO ESCRITO, ESCRITO ESTÁ)

Es más factible que Chucho Alí de la Torre y Manuel Paz Ojeda declinen a sus pretensiones de alcanzar la gubernatura a que lo haga Oscar Cantón Zetina.

Si alguien tiene asegurado su futuro político -suceda lo que suceda el 1 de julio- ese es el candidato externo al gobierno del PVEM.

Políticamente ya ganó.

El PVEM va a conseguir una cantidad de votos que va a rebasar sus cálculos electorales. Y en gran parte se lo va a deber sustancialmente a su candidato Cantón Zetina.

Lo mejor que ha hecho Federico Madrazo Pintado al frente del PVEM es haber invitado y convencido al exsenador y exdiputado federal para que fuera su representante en la madre de todas las batallas electorales.

Fue un acierto del hijo del exgobernador Roberto Madrazo Pintado y de la dirigencia nacional.

Si como aspirante independiente rebasó casi cinco veces el requisito del IEPCT -33 mil y pico de firmas- para obtener su candidatura independiente, como abanderado del PVEM con toda seguridad va a superarlo.

Oscar Cantón Zetina les cayó del cielo al PVEM.

Necesitaban a un candidato que se las supiera de todas a todas, y quien mejor que él.

Lo demostró en el proceso interno del PRI frente a Andrés Rafael Granier Melo. En el que hubo la necesidad de echarle toda la maquinaria del gobierno de Manuel Andrade Díaz, pues amenazaba con quitarle al popular químico la candidatura al gobierno.

En el 2012 se disciplinó y apoyó la decisión de Andrés Manuel López Obrador a favor de Arturo Núñez Jiménez.

Díganme entonces si no es un político con las tablas suficientes en estos menesteres.

La meta electoral del PVEM es ambiciosa: convertirse en la tercera fuerza política en la entidad.

A lo mejor y lo logran.

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