martes, 7 de junio de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Jun 07

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
erwinmacario@hotmail.com

De Alí para la prensa

Uno muere cuando ya no se
acuerdan de uno. La memoria
colectiva supera la memoria gremial
y familiar. Por eso es bueno el intento
del Ayuntamiento de Centro por
recordar a periodistas que han escrito
páginas de la historia.

Jesús Alí de la Torre ha superado el rencor y la envidia —y en parte los intereses de montarse en los cadáveres para sacar dividendos— al organizar una ceremonia en la que se colocarán las primeras placas con los nombres de periodistas fallecidos. Esto se hará mañana miércoles, a las 8.00 horas, en lo que se conoce como la Plaza de la Comunicación.

La inquina de un político como Roberto Madrazo impidió que las primeras placas se colocaran durante su gobierno, cuando se edificó la plaza en la colonia Gaviotas, por el periférico Luis Donaldo Colosio.

Esa vez Madrazo se opuso a que en la lista de periodistas apareciera el nombre de Luis C. Márquez, uno de los periodistas enlistados. Tenía el gobernador pleito con Miguel Cantón Zetina, hijo del director de Diario de Tabasco. El “organizador” aceptó y el homenaje se frustró.

Hay quienes quieren, retirando fotos o impidiendo la colocación de placas, tapar la historia. Se vio en el edificio del PRI en Tabasco, durante por mucho tiempo desapareció la fotografía de Andrés Manuel López Obrador, en la sala de presidentes estatales de ese partido.

Ahí fue Martha Andrade Alcocer la que regresó la foto a su lugar. Ahora es el presidente municipal de Centro, Jesús Alí, el que, libre de odios, regresa el nombre de don Luis junto a los de otros periodistas, a esa plaza.

La memoria de don Luis, uno de los columnistas políticos más influyentes de todos los tiempos, no se borró por la actitud del gobernador Madrazo: En frente del edificio del diario Tabasco Hoy en una rotonda se le rinde tributo. Homenaje filial que el gremio ha recogido. En las columnas que rodean su busto podría, algún día, colocarse los nombres de otros periodistas que conciten el odio pasajero de un sexenio.

Otro lugar se ha consagrado como el panteón para los periodistas y escritores a fin de que la memoria colectiva retenga sus nombres, que por cierto no puede ningún dictadorzuelo de ocasión borrar de las hemerotecas y bibliotecas.

La Rotonda de los Periodistas y Escritores de Rumbo Nuevo fue el primer homenaje de periodista a periodista que se graba en placas, y bustos, en una plaza frente a este periódico, sin hacer distinciones entre quienes ejercieron el periodismo, desde el más modesto comunicador hasta el empresario más destacado.

En ello no se ha dejado a la memoria reciente —a veces incompleta, a veces ingrata cuando no envidiosa— la recopilación de los nombres, sino que se ha indagado en la Historia y en la propia historia del periodismo tabasqueño.

Junto a los bustos y placas a colegas y escritores fallecidos hay también una placa, en toda una pared, donde se consignan los nombres de periodistas que a través de los 67 años de Rumbo Nuevo, el decano de la prensa tabasqueña, han publicado en sus páginas

Ha servido esa rotonda pare reconocer, también, con el Premio Rumbo Nuevo, a periodistas en ejercicio y a instituciones como la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

La Plaza de la Comunicación —mal construida pues le da la espalda a Villahermosa o quizá mira hacia fuera—, por lo contrario, era un elefante blanco, como muchas obras públicas construidas sin tomar en cuenta al pueblo.

Ahora se ha recuperado. Limpiada del olvido oficial. Servía sólo para que un “líder” de periodistas la usara para una comelitona llamada la Feria del Taco, la Fiesta del Taco o no se que mengambrea, diría Pedro Luis Hernández Sánchez, otro de los que se homenajeará mañana miércoles.

Libre de “dueños”, esa Plaza de la Comunicación puede ser un sitio público para la expresión. El alcalde Alí de la Torre, ha puesto la primera piedra de lo que puede ser un sitio para las libertades, para las expresiones de la cultura. Pese a su mala ubicación.

En ella se irán colocando, y debe ser sin rencores políticos, los nombres de los que han escrito la historia. No se debe dependen en ello sólo de la memoria gremial, a veces interesada, que deja en el olvido nombres ilustres del periodismo. Se tiene que investigar en las hemerotecas, en los libros, en la memoria de los viejos periodistas para no cometer injusticias y colocar placas de colegas que han fallecido recientemente y olvidar la de otros que ya el gremio ha olvidado o quiere olvidar.

No estoy contra los nombres que mañana quedarán inscritas en placas que, también, pueden desaparecer los delincuentes comunes, pero sí se insiste en que no se puede recurrir solamente a la memoria de los que viven.

LADO CLARO

Por ahí queda la deuda, para el año entrante, con Manuel Antonio Romero Zurita, Trinidad Malpica H., Humberto Muñoz Ortiz, Jacinto Adriano, Belisario Colorado Jr., Mario N. y Ezequiel Madera, Jesús Ezequiel de Dios, Ramón Salvador Soler, José Antenor Ancona Cadena, Jesús Pérez Sánchez, Filomeno Plata y Abraham Sosa, por mencionar algunos.

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