domingo, 5 de junio de 2011

Solo en Domingo: Francisco Peralta Burelo / Columna / Jun 05

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Cosas que pasan: Velorio y boda a la vez

Podría uno creer que esto es de novela, de película o, vamos, de telenovela. Sí, eso es menos que cualquiera pensaría de inmediato. Sin embargo no es de novela, no es de película, no es de telenovela, no es algo que se hubiera soñado. No, nada de eso. Más bien ¡todo lo contrario! Es, sí, sí, aunque usted lector, usted lectora, no lo crea ¡de la vida real! Sí, de la puritita vida real. De esa, y no de la que lleva a las pantallas chica o grande y que uno, cuando lo ve, sabe que es totalmente irreal, producto neto de la imaginación humana. Eso, digamos, de que en la trama de una película o de una telenovela, una novia, por ejemplo, se casa con el novio muerto, quizá emocione a alguien y hasta lo haga derramar una lágrima, pero siempre lo tendrá por irreal. Por novelesco o por peliculesco, pues. ¿Quién se habría de creer una historia así, por mejor que sea la actuación de sus protagonistas? Nadie el menos usted no, lector, ni usted lectora. Eso de que en pleno velorio de su madre una novia celebre su unión matrimonial con el novio, haya llanto y felicitaciones, toque el mariachi las golondrinas y canciones de amor, ambos sean felicitados por los invitados y dolientes, que a la vez les presenten sus condolencias, y ya para qué seguirle, se verá --diría uno-- sólo en película y en telenovela. Ahí y nada más ahí. ¿O acaso se podría ver en otra parte? Pues sí se podría ver en otra parte, créalo o no usted: es la meritita realidad. Y es posible, dicho sea de paso, que en ninguna película telenovela se haya visto algo así quizá porque a los escritores y productores de sus guiones jamás se les hubiera ocurrido imaginar, y menos llevar a la pantalla, tamaña irrealidad. La madre de la reconocidísima Thalía falleció uno o dos días antes de la boda de la hermana de ésta, de nombre Ernestina. La llevaron a una capilla funeraria para ser velada, luego cremada y guardada sus cenizas las invitaciones para la ceremonia nupcial habían sido circuladas ya y realizados todos los preparativos. ¿Qué hacer? ¿Cancelar la boda?, ¿posponerla para mejor ocasión? (unos días, unas semanas). Tras pensarlo varias veces, seguramente, llegaban a una conclusión: celebrarla en la capilla velatoria al lado del féretro de la madre, para que estuviera presente durante su desarrollo. Y así lo hicieron. Un sacerdote celebró la misa de exequias en la capilla funeraria e inmediatamente un Oficial del Registro Civil a casar a Ernestina con su novio Mauricio en el mismo lugar y con la difunta al lado. "La ceremonia (nupcial) se hizo con la presencia de la señora, como ella hubiera deseado", declararía después a la prensa una hermana del nuevo consorte. Laura Zapata (la media hermana) cantó "Amor Eterno". Los Paladines ofrecieron temas como "hasta mi Final", "Mi Credo" y "Nada se Compara Contigo". Los mariachis interpretaron "Las Golondrinas". Dice la Crónica del acto que "los dolientes se despedían de la mamá de Thalía y felicitaban a "Tití" y a Mau. En pleno funeral la boda se había celebrado. Como de película, como de telenovela, o más que eso, real. Cuando la realidad --como dicen-- no tiene límite.

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