domingo, 15 de mayo de 2011

Solo en Domingo: Francisco Peralta Burelo / Columna / May 15

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

¿Sabe usted cuál es el síndrome de la “Sejuela”?

“El Síndrome de la Sejuela”. Sí, así. ¿Le dicen algo a usted lector, lectora, estas palabras, leídas de manera asociada?. A mí, francamente, no me dijeron nada cuando las leí por primera vez. Es más, me destantearon. En primer lugar porque nunca jamás había leído la palabra “sejuela”, y en segundo lugar porque la leí asociada con “síndrome”. Quizá en circunstancias normales me hubiera valido que tal fuera el título de un pequeño libro --aunque no tan pequeño, porque luego me percataría que tiene cerca de doscientos páginas-- pero esta vez me picó la curiosidad. Fui por él y lo tomé en mis manos. Vi entonces su subtítulo “Las cosas de la edad” y la cara de un hombre mayor en portada con una serie de letreritos a su alrededor (“capacidad de perder las cosas”, “visión”, “recuerdos del ayer”, “necesidad de velocidad”, “nueva tecnología” y “contar malos chistes”). Seguía sin saber de qué se trataba el pequeño libro. Le di la vuelta y me puse a leer su texto de contraportada, en donde encontré la definición de la palabra “sejuela”, allí dividida por sílabas y no toda junta: “se-jue-la-juventud”. Ya no me quedaba duda alguna de qué se trataba. “Se juela” y se jue, o fue, es lo mismo aunque suene y parezca diferente. Todavía leí en la “contra” que “es una patología de lo más normal” y que “algunos no la sufren, pero son aquellos que mueren muy jóvenes”, así como que “para todos los demás el síndrome de la sejuela comenzará a presentarse cuando termina la maduración (etapa juvenil) y empieza la “madurez, dando a conocer algunos síntomas con la recomendación de que si uno padece más de la mitad de esos síntomas “es conveniente leer este libro” y que “si no te acuerdas de nada es absolutamente necesario que lo leas, pues aquí encontrarás aceptación, alivio, alegría y superación, por lo que muchas de esas cosas de la edad dejarán de tener ese tono dramático que tú les imprimes”. Compré el libro y lo empecé a leer. Debo decir que lo he disfrutado y que me ha resultado sumamente entretenido, pues está escrito con un gran sentido del humor impregnado de frases célebres, de chistes a costas de la vejez, de consejos, de cosas de la edad y de todo eso que es parte del síndrome de la sejuela. A mí me gustó la expresión de Jhon Patterson: “Cuando uno ve a Kirk Duglas no puede evitar el sentir una especie de sobresalto al constatar que todavía vive”. Una de Mark Twin: “yo vivo cargando y empujando mis sesenta años; eso es suficiente ejercicio para mí”. Otra del comediante Redd Foxx: “Con tanto que cuido mi salud algún día me voy a ver como un estúpido: muriendo de nada en algún hospital”. Una de la actriz Julie Walters: “me encanta la menopausia: ahora yo tengo mi propio clima, independiente del atmosférico”, Y así. Me gustó el comentario del escritor y comediante Garrison Keillor, a quien el autor del libro Shelley Klein cita, de que “yo creo es más fácil alcanzar la felicidad cuando se es viejo”, porque “un paseo tranquilo es siempre una experiencia importante; el sexo es siempre bueno; una simple hamburguesa se convierte en un manjar, porque tú te tomas el tiempo para aderezarla muy a tu gusto y te la comes sin la menor prisa...”. ¿Qué le parece lector, lectora, si en la próxima entrega le platico más de este libro?. Sale y vale. Un saludo para Leti Ortega, que acaba de cumplir un añito más. Ella es lectora de Tabasco Hoy y de “Sólo en Domingo”. fcoperalta42@hotmail.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.