Selva Tabasqueña: El Jaguar / Columna / May 20

(Publicado en el Diario Presente)

Delira el Bolivariano

Andrés Granier Melo lo acaba de explicar a modo de sentencia apenas la semana pasada: “la educación no se lleva con la política, la educación está en las aulas”, sin embargo hay funcionarios, maestros y dirigentes sindicales que siguen midiéndole inútilmente el agua a los camotes en lugar de asumir su responsabilidad pese a que la entidad sufre un histórico rezago en ese rubro.

Y a más, el jefe del Ejecutivo subrayó que habría que, dadas las circunstancias que hacer a un lado las diferencias que existan en el sector para intentar consolidar la educación en Tabasco. “Necesitamos avanzar en el terreno educativo, pero necesitamos de los maestros y de los padres de familia para un mejor resultado en la preparación de nuestros hijos”, abundó.

No obstante, hoy nos amanecemos los tabasqueños con la mala nueva de que un líder charro, el bolivariano Roger Arias, vuelve a tomar las calles para exigir montado en su base magisterial y megáfono en mano frente a las oficinas de la Secretaría de Planeación y Finanzas (SEPLAFIN) 500 millones de pesos en el pago de prestaciones pendientes desde el 2010.

Además y como si fuera poco, el secretario general del SITET anunció que el viernes sostendrá una reunión con el pleno de delegados del comité para tomar acuerdos importantes, destacándose entre ellos el posible estallido de una huelga la próxima semana hasta que se liberen los millonarios recursos que dice les adeudan a los maestros de su grey.

En este contexto es importante traer a colación que además de las enormes crisis económicas y en materia de seguridad que se sufren en todo el orbe, en el caso de nuestra entidad el rezago educativo que se arrastra desde varias administraciones atrás dificulta las posibilidades reales de crecimiento y desarrollo de una sociedad joven pero que se ubica en los últimos lugares de aprovechamiento en la materia.

Aquí es donde independientemente de que puedan encauzarse los reclamos de este y otros sectores mediante el diálogo pero sobretodo la buena voluntad de las partes, se antoja retrograda que como porros los responsables de formar nuevas generaciones desde las aulas se muestren más interesados en alcanzar su propio provecho sin pensar en el daño que le hacen a los escolapios.

Todos, autoridades, maestros y padres de familia somos responsables de la realidad vigente de la educación en Tabasco pero cuando un grupo de facinerosos comandados por un comerciante de la política en lugar de ayudar dificulta nuestro tránsito a mejores estadios nos preguntamos, ¿con que derecho pide a gritos un reconocimiento que en los hechos no han sabido ganarse? Si estamos mal en educación no es simplemente asunto de acusar la falta de inversión para el sector, valdría revisar hasta donde está el compromiso de los maestros de invertir su tiempo para capacitarse, para educar, para vigilar al estudiantado pero sobretodo, hasta donde la lealtad a la vocación antes que a la grilla y a la búsqueda del dinero fácil.