La Agenda Settings: Jorge A. Leyva / Columna / May 18

(Publicado en el Diario Presente)

Un dolarito para cruzar la Frontera Sur

A finales del año pasado, un cable de los Estados Unidos dado a conocer por WikiLeaks reveló algo que, para los que vivimos en el Sur de México no es nada nuevo. Detalló en un informe la escasa o nula vigilancia que existe en la frontera sur. "Ninguno de los dos países trabaja seriamente para que se cumpla la ley". Nada nuevo bajo el sol. De todos -prácticamente- es sabido que la frontera de México con Guatemala es un territorio sin ley, donde narcotraficantes, tratantes de blancas, contrabandistas de armas, en fin la delincuencia organizada en varias expresiones opera sin el menor recato y las muchas de las veces con una policía coludida o lo menos omisa, pues se hacen de la vista gorda en un territorio que se ha convertido en una verdadera papa caliente que nadie quiere tener en sus manos. En esa zona fronteriza aunque la población les teme a los grupos delincuenciales, peor aún es el miedo a los elementos encargados de la “protección a migrantes”, que incluso también se traslada a las policías de todos los niveles en esa franja del sur.

Curiosamente mientras entre Estados Unidos y México existen tres mil kilómetros de frontera vigilados por 30 mil elementos estadounidenses. En contraparte en nuestro país, sólo contamos la ridícula cantidad de 125 agentes vigilar los 1,140 kilómetros de la frontera sur que tiene México con Centroamérica. Si bien el tema de la migración centroamericana a México es histórico, este ha sido consecuencia de un proceso social fuertemente arraigado y rejuvenecido con nuevos flujos con traslados temporales y permanentes. Y es que con el equivalente a un dólar y sin ningún documento oficial prácticamente se puede cruzar sin problemas la frontera entre México y Guatemala. Mientras los vecinos del norte cuentan con sofisticados equipos para tratar de detener el flujo migrante ilegal. En nuestra porosa frontera sur un ejemplo es el llamado "Paso Limón" en Chiapas. Un cruce clandestino donde ninguna autoridad parece enterarse de lo que pasa entre ambas fronteras, sólo divididas por el río Suchiate y que, con improvisadas balsas con llantas de camiones los ilegales centroamericanos cruzan el río por la módica cantidad de diez pesitos. Poquito menos que un dólar norteamericano.

Lo mismo pasa en la zona de Talismán, otro de los cruces con mayor intercambio de mercancías guatemaltecas hacia México y viceversa. Ahí decenas de niños trabajan como cargadores. Transportando desde comestibles hasta ropa. Pero como no hay control o es mínimo, es el lugar ideal para pasar cualquier cosa. Ante este panorama no es de extrañar que el Comité Estatal de Derechos Humanos solicite al Gobierno Federal que haga una limpia pero de verdad a todos los elementos del Instituto Nacional de Migración asignados en Tabasco. Cuestión que debería extenderse a los estados de Chiapas Campeche y Quintana Roo entidades fronterizas que lucen olvidadas por la Federación. Cada vez son más constantes las denuncias que en contra de los elementos del Instituto Nacional de Migración, que a diario cometen abusos y violaciones en contra de los indocumentados y, en complicidad con las bandas de criminales que operan impunemente la frontera sur fomentan la corrupción y las violaciones a los indocumentados centroamericanos.

Para tener en cuenta en la agenda: este domingo 22 de mayo la Federación de Asociaciones Periodistas Mexicanos entregará a Víctor Manuel Acosta el "Premio México de Periodismo 2010". Amigo nuestro, colega de Diario Presente y gran periodista. Hablar de Víctor Acosta es hablar del quehacer periodístico con un sentido de análisis profundo en Tabasco. Sin él y sus acuciosas observaciones difícilmente podríamos adentrarnos a la política a lo largo de por lo menos un par de décadas. Valoro y aprecio su amistad. Por ello mis felicitaciones a Víctor Acosta por tan merecido galardón. Enhorabuena.