viernes, 6 de mayo de 2011

Heraldo Político: Juan Ochoa Vidal / Columna / May 06

(Publicado en el Diario El Heraldo de Tabasco)

PRD: sus saldos en Tabasco

El PRD podría ser hoy el catalizador de la irritación ciudadana generada al cabo de más de cuatro años de violencia creciente en todo el país, así como de una imparable crisis económica aunque las cifras “macro” refieren una situación de maravilloso repunte que no percibe el pueblo.

Se cumplieron 22 años de aquella convención realizada en un antiguo teatro ubicado en el Centro Histórico de la ciudad de México, donde se discutieron y aprobaron los documentos básicos de un partido que tuvo como antecedente la Corriente Democrática del PRI, el Frente Democrático Nacional y la irrupción electoral de Cuauhtémoc Cárdenas el seis de julio de 1988.

Si nos referimos sólo a Tabasco, ese PRD ha tenido oportunidad de ser gobierno en los municipios de Cárdenas, Nacajuca, Jalpa, Macuspana, Teapa, Jalapa, Centla, Jonuta, Tenosique, Comalcalco, Paraíso. Esto es: once de diecisiete.

Los ciudadanos tuvieron oportunidad de comparar los alcances de la alternancia en el poder y, las más de las veces, se percataron de que los alcaldes surgidos de esas filas oposicionistas eran tanto o más pillos que sus antecesores priístas. Los menos, fueron más moderados pero se caracterizaron por su ineptitud, salvo escasas excepciones.

El PRD ha detentado el control de la mayoría en el Congreso del Estado y, en una maniobra aún hoy incomprensible, soltó el predominio y se lo regresó a los priístas en ese mismo 2003. Suman más de medio centenar aquellos que de pronto, en estos años, abandonaron su radicalismo y se pusieron a las órdenes del gobernador en turno.

Hoy, cierto número de tabasqueños quisiera creer que los principales exponentes del perredismo, los que buscan la gubernatura, alcaldías, diputaciones o senadurías, poseen la varita mágica que les permitirá atender y resolver el cúmulo de problemas con el que han tenido que lidiar las actuales administraciones, del estado y municipios.

Piensan esos paisanos que es por falta de voluntad política que problemas como el de la delincuencia y el desempleo no se resuelven. Los oposicionistas se esmeran en criticar y exacerbar ánimos. Prometen que ellos son honestos y tienen las soluciones.

Ojalá las cosas fuesen tan fáciles como se pretende. Es tan simple, por ejemplo, cuestionar qué se ha hecho con el presupuesto público y lanzar acusaciones de corrupción.

Ese PRD que jura que podría hacer las cosas mucho mejor en el caso específico de Tabasco a partir del primero de enero de 2013, es el mismo que en julio de 2009 bajó del 28.99 al 12.9 en porcentaje de votos captados durante las elecciones federales.

Es el mismo que dejó de gobernar a ocho millones de mexicanos y volvió a ser tercera fuerza política, aunque tres años antes su principal candidato pudo convertirse en Presidente.

En aquellas contiendas se adjudicó 71 diputaciones federales, entre las de mayoría y las plurinominales. En meses recientes, en alianza con Acción Nacional, retuvo gubernaturas como la de Guerrero y Baja California Sur, y ganó Oaxaca, mas perdió Zacatecas, donde el modelo perredista se agotó en el recuento de saldos y pasivos correspondiente a doce años.

Se trata de un partido donde no se practica la autocrítica que le pudiese permitir evaluar saldos negativos y reencauzar el rumbo. Es un alineamiento que se propone ante los ciudadanos como opción de gobierno, simplemente apoyándose en la crítica a las actuales autoridades.

Tan fácil que es criticar. Tan difícil que resulta corregir y construir.

Esto último lo viven hoy en carne propia alcaldes como Juan Armando Gordillo y Juan Francisco Deyá, de Cunduacán y Jalapa, respectivamente.

El primero gobernó como priísta hace tres décadas y media, en los albores del “boom” petrolero, cuando “llovían” cheques de Pemex y no había rendición de cuentas alguna. El hombre hizo entonces Central Camionera, pavimentó calles, metió drenaje y redes de agua potable, etcétera. Los ciudadanos se dieron por satisfechos.

Hoy, Cunduacán es un botón de muestra de decepción ciudadana en el llamado cambio democrático. Hasta da la impresión de que los habitantes del municipio ya olvidaron tanta crítica, tantos señalamientos en contra del priísta Francisco Sánchez Soberano.

Y el caso de Jalapa. Ese sí resulta ser dramático. Lo es, porque Luis Francisco Deyá es un hombre de bien, que extrañamente se enredó solito, al punto de que hoy lo rechazan sus otrora más cercanos simpatizantes.

¿A dónde va el PRD en Tabasco? Indudablemente se encamina a una lucha cerrada por el poder en 2012. En julio habrá dura pelea electoral aquí entre Enrique Peña y Andrés López, sin que ese desenlace comprometa –necesariamente- lo que vendrá tres meses después: los comicios locales.

¿Será que bajo un gobierno perredista no habría más secuestros, no más asesinatos como el del médico Rubén Padrón Magaña, no más infiltración y corrupción policiaca? De entrada, hay que recordar que esos mismos problemas se viven hoy en estados gobernados por panistas y perredistas, aunque desde esta aldea no nos demos por enterados.

De los apuntes

“Los precandidatos a la gubernatura como Gerardo Priego y Milton Lastra, o Milton Lastra y Gerardo Priego, deben entender que no se excluyen sino que se integran”, advierte Ricardo León Caraveo, en un interesante análisis sobre un tema que otro día comentaremos con amplitud***** En el Colegio de Bachilleres de Tabasco hay preparativos para la celebración, dentro de cinco semanas, del aniversario de la fundación de ese subsistema educativo, donde de manera discreta pero eficaz encabeza esfuerzos el jurista Jorge Abdó Francis.

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