sábado, 21 de mayo de 2011

Doble Filo: Homero T. Calderón / Columna / May 21

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Violencia contra jóvenes charros (II)

Desde hace unos 20 años, Tabasco me hizo descubrir un deporte –la charrería- que hace que uno, individuo quizá ególatra porque sus deportes de juventud fueron el beisbol y el futbol americano, éste último muy formativo, te llevan por una vereda que tú ni te enteras por qué la tomaste. ¿Por qué es el fut americano un deporte formativo? Porque su principal característica es involucrar al individuo en tareas colectivas, de equipo. En nuestra lejana juventud, esa tarea formativa que da el deporte nacional de los Estados Unidos, se complementaba con capaces maestros que te enseñaban desde todos los ángulos lo que es el civismo.

Luego ingresabas a la prepa y ahí te llenaban de conocimientos de lógica y ética, que te hacían con el tiempo un individuo de excepción. Regreso –usted disculpe el largo exordio- a la charrería. En una de esas circunstancias que te presenta la vida, conocí al ingeniero Manuel F. Ordóñez Galán –hijo y nieto de Camborios- como bien lo dice Federico García Lorca en uno de sus poemas, "Prendimiento de Antoñito el Camborio en el camino de Sevilla", también excepcional.

"Antonio Torres Heredia, Hijo y nieto de Camborios, Con una vara de mimbre Va a Sevilla a ver los toros.

Moreno de verde luna, Anda despacio y garboso.

Sus empavonados bucles Le brillan en los ojos.

A la mitad del camino Cortó limones redondos Y los fue tirando al agua Hasta que la puso de oro.

Y a la mitad del camino, Bajo las ramas de un olmo, Guardia civil caminera Lo llevó codo con codo"… En España, aplicarle a un individuo el término Camborio, liga a éste de inmediato con una calidad excepcional, lo investía de un linaje moral que sólo dan la honestidad y el decoro.

Bien, le decía que la amistad de Ordóñez Galán me llevó posteriormente a un compadrazgo que mucho respeto. Mi compadre, permítame expresarme adelante como el burro, me involucró en el deporte de los charros, obviamente, desde abajo, a ras del piso pues aunque me gustan estos nobles pencos, la madre naturaleza nunca me otorgó dones como para guiar una de estas nobles bestias, dicho sea con todo respeto (para los caballos).

El involucramiento en este deporte me sirvió para usar –dicho sea también con todo respeto- al Tabasco HOY, para promoverlo. Así, he sido desde columnista de charrería hasta editor de una revista ya desaparecida (Tabasco Charro). Conozco el ambiente y conozco igualmente a los charros de muchos puntos de la República.

Merced a ello, el pasado jueves 7 de abril del año que corre, publiqué una columna donde denuncié que jóvenes charros de la Asociación Potrillos de Cárdenas, eran constantemente perseguidos por individuos que se dicen charros pero terminan por convertir al deporte charro en un estercolero, porque carecen de educación.

Le dije ese 7 de abril que un individuo –José de Jesús Figueroa- a quien todos conocen como "Torolimpio, por el solo hecho de tener muchos años en Cárdenas, se quiere adjudicar la propiedad del Lienzo charro de esa municipalidad. En lo particular, todos sabemos que a este individuo no le interesa promover la charrería, e incluso, ni siquiera encabeza ninguna asociación local.

En todo caso, usa a Javier Hernández, viejo y estimado charro cardenense, quien con mucho sacrificio formó el equipo "San Antonio de los Naranjos", como un ariete para provocar y botar del lienzo charro a los jóvenes que quieren hacer deporte, en este caso los "Potrillos de Cárdenas".

El capitán de este equipo, el C.P. Marco Antonio Gómez, previniendo alguna situación violenta por parte de "Torolimpio" y asociados, prefirió ponerles gorro a los regidores del Ayuntamiento, de los que sacó un oficio que le destina a su equipito los días lunes, jueves y sábados para entrenar. Los sábados, Marco Antonio Gómez dirige una escuelita para niños que quieren ser charros.

Sin embargo, Javier Hernández, azuzado por el "Torolimpio" metió a las muchachas de su escaramuza a entrenar cuando los "Potrillos" estaban ahí e incluso la hijita de "Torolimpio" le echó el caballo al niño de 8 años, Felipe Mateos. Afortunadamente, el niño montaba un caballito que aguantó vara, pero pudo el episodio traer una desgracia.

Ojalá alguna autoridad, la del propio presidente municipal de Cárdenas, Nelson López Hernández, hoy agobiado por el narco, ponga un hasta aquí a tan inmoral sujeto que ha tomado a la charrería, un deporte limpio y noble, como un encausamiento para curar su andropausia y bajas pasiones…

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