lunes, 4 de abril de 2011

Transparencia Política: Erwin Macario Rodríguez / Columna / Abr 04

(Publicado en el Diario Rumbo Nuevo)
* erwinmacario@hotmail.com

Pañales sucios

La gente nos dice que no regulamos,
pero no podemos andar con un garrote
detrás de la gente. Silvia Whizar Lugo
310311 / Inicio reforestación unidad
deportiva en colonia Primero de Mayo

Dale de comer con manteca a un opositor y le tomarás la medida. Si no rechaza la pitanza tendrás al más servil de tu equipo. Y en esto no hay distinción de géneros.

Doña Silvia Whizar Lugo hasta antes de ingresar al presupuesto de Tabasco era una temida luchadora social identificada con el medio ambiente y, en particular, con la protesta por los daños que el petróleo causa. Fundó la organización no gubernamental Santo Tomás, que ha defendido en gran parte a esta entidad de los daños ecológicos.

Eso ya es historia. Tal vez mal recuerdo.

La oceanóloga, que cobra ahora como titular de la Secretaria de Recursos Naturales y Protección Ambiental del Estado de Tabasco (Semarnat), que estuvo como directora de Desarrollo Social en el Ayuntamiento de Centro presidido por Andrés Granier Melo y desapareció a la Comisión Interinstitucional para el Medio Ambiente y el Desarrollo Social (Cimades), tiene, empero, problemas para justificar su presencia en el actual gobierno.

A fines de enero de este año levantaba la voz, todavía, en defensa de los espacios que la mancha urbana ha robado a los cuerpos de agua en Villahermosa.

Decía entonces que no habrá inversión millonaria que sirva para proteger a la capital tabasqueña, si no hay conciencia de recuperar los vasos reguladores o zonas de amortiguamiento, cuidando el entorno y procurando no tirar basura en los cuerpos lagunares.

Planteaba doña Silvia la recuperación de las zonas de amortiguamiento fluvial para crear un “cinturón azul de desagüe”, tema que, se dijo, pasa a segundo término ante las obras de protección y el “córrele que ahí viene el agua”, que los tabasqueños leímos en un medio escrito.

Ya del otro lado del mostrador, la otrora defensora ecológica a ultranza e índice de fuego contra los presuntos culpables, tuvo un discurso distinto: “Éste no es un tema de culpas, porque siempre buscamos culpables, hay que entender que Tabasco es una planicie en formación desde el punto de vista geológico, entonces la gran aportación es de sedimento básicamente que arrastran los ríos permite el crecimiento del estado, pero, a la vez, también cambias los rastros fisiográficos muy rápido”.

Según la nota consultada, mencionó que uno de los principales problemas de la entidad es que falta delimitar las zonas lagunares y márgenes de los ríos, lo que ha llevado a que cada vez sean menos las lagunas que hay en la entidad, Esta delimitación es una tarea urgente que debe hacer la Comisión Nacional del Agua (Conagua), dijo.

Más reciente, al concluir el foro de consulta “Fortalecimiento del marco ambiental para el estado de Tabasco”, y ante las protestas de ambientalistas contra la tala de árboles obligada para las obras que darán mejor vialidad a Villahermosa, con el distribuidor vial de Indeco, la Whizar coincidió con el diputado local Armando Beltrán Tenorio en crear una ley que guarde el equilibrio de la biodiversidad y entorno ecológico ¡sin detener el desarrollo de la entidad en materia de obra social e infraestructura!

Lo que, en realidad, no está mal. Pero debió darse antes.

Claro que doña Silvia lució en todo su esplendor cuando propuso —también uso periódicos de esos días de la hemeroteca— como el gran negocio que puede hacerse con la basura al reciclar los pañales desechables.

Así se lee: En su oportunidad la secretaria de Recursos Naturales y Protección Ambiental, Silvia Whizar Lugo, planteó el interés de ambientalistas y autoridades, por llevar el tema de “la separación de los residuos” al marco de la ley, lo cual podría traducirse en generación de recursos.

Dicen que enfatizó que ese tema representa un gran desafío que tiene que ver con recilcar los pañales desechables, porque es una gran cantidad que llegan a los tiraderos, por ello esta clasificación pudiera dar oportunidades de negocios.

La coordinadora general de la Asociación Nacional de Autoridades Ambientales Estatales A.C., podría llevar está propuesta de reciclar pañales sucios a todo el país. Sería un negocio más limpio que otros que las aguas de las inundaciones sacan a flote.

Y la funcionaria no tendría que mostrarse cansada de enfrentar a quienes un día fueron sus compañeros ambientalistas. Ya no tendría frases como esa de que no se puede andar con un garrote detrás de la gente para que no ubiquen sus chozas en áreas inundables.

Y en verdad que el garrote de la ley no puede usarse contra quienes son influyentes para rellenar vasos reguladores y lagunas, como puede verse en estos días en Villahermosa.

Mejor es pensar en los pañales sucios.

LADO CLARO

Cuando un presunto luchador social dobla la cerviz, no se encuentra título ni nombre para calificarle. Lo más seguro que no es el miedo, sino la codicia que lo mueve. Con La Boétie, en su libro Sobre la servidumbre voluntaria puede preguntarse uno: ¿Qué monstruosidad pues será ésta que, ni el título merece de cobardía que no halla nombre lo bastante vil, que por su bajeza se resiste la naturaleza a conocerla y la lengua a pronunciarla?

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