jueves, 28 de abril de 2011

Opinión: Francisco Peralta Burelo / Abr 28

(Publicado en el Diario Tabasco Hoy)

Reforma Política

En lo general --con algunas artículos reservados en lo particular-- el proyecto de Reforma Política fue aprobado por el Senado (tendrá que pasar todavía por la Cámara de Diputados y por las legislaturas locales para poderse concretar). Sin embargo la mitad del camino legislativo parece estar andado ya (o todo, si esta reforma fue negociada --consensuada, dirían ahora-- por los partidos políticos y las diferentes corrientes políticas del país y de los estados). Quizá, inclusive, para las elecciones del 2012, diversas novedades suyas se hagan sentir. Tal vez, entre éstas, las candidaturas ciudadanas, anhelo de muchos mexicanos --más ahora, cuando se dice tanto que los partidos políticos están en crisis, y además no hay modo de que democraticen sus procesos internos de selección de candidatos--, que difícilmente conseguirían operar con éxito al corto o mediano plazo, cuando menos a nivel nacional, aunque a la larga podrían crear condiciones para que los ciudadanos sin pertenencia partidista alguna puedan ver su nombre en las boletas electorales. La reelección de diputados y senadores --aquellos por dos veces consecutivas y éstos por sólo una-- es otra de las novedades, aunque habría que ver qué tanto funciona en un sistema político como el nuestro, en donde la reelección mediata --y el ir de una diputación a una senaduría y a una legislatura local-- no ha rendido frutos positivos hasta el día de hoy, porque eso no ha hecho mejor legislador o mejor representante a nadie (o acaso a muy pocos). La atribución ciudadana para presentar iniciativas de leyes podría ser un punto importante de esta novedosa reforma política. Empero habría que ver cómo funciona en los hechos, con Cámaras (federales y locales), como las que históricamente hemos tenido, en donde las propuestas de los diputados y senadores --por mejor hechas que estén-- terminan en la "congeladora" o durmiendo el sueño de los justos, puesto que solamente pasan las que envía el titular del Ejecutivo o las que promueven los bloques políticocamarales poderosos. Es bueno que no haya pasado la reelección de alcaldes. Inconveniente que no se hubiera reducido el número de legisladores, porque ¿a final de cuentas para qué le sirven al país quinientos diputados y ciento veinte tantos senadores? Hubiera sido pertinente, quizá, la segunda vuelta en elecciones presidenciales, porque eso a lo mejor podría funcionar en México. Lo importante, no obstante, es que la reforma política está en marcha y que de allí podría resultar algo positivo para el país. Ojalá y que entre los pendientes no quede por mucho tiempo la reorganización del sistema de partidos en México, convertidos hoy en día no solamente en verdaderas franquicias de grupos sino en entidades de corte antidemocrático.

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